Crónicas
"The producers" volverá al cine con sus protagonistas teatrales
7-I-04
Mientras bate records tras el regreso de sus protagonistas originales, Nathan Lane y Matthew Broderick, a los escenarios de Broadway, la obra musical del escritor y cineasta Mel Brooks "The Producers" se prepara para hacer su camino de regreso al cine. Y es que todo empezó en la gran pantalla, en 1968, cuando el propio Brooks realizó una película -su opera prima- que entonces protagonizaron Zero Mostel y Gene Wilder, respectivamente en los papeles del empresario teatral Max Bialystock y el contable Leo Bloom, quienes se ponen de acuerdo para estafar dinero a ancianas inversoras con una obra que será un seguro fracaso. La cinta mereció un Oscar al mejor guión.
Hace tres años, el propio Brooks decidió adaptarla para los escenarios de Broadway, escribiendo él mismo las letras de las canciones. El éxito fue arrollador, con no sólo un record de entradas vendidas en la meca del espectáculo neoyorquino, sino también en los premios Tony, los Oscars del teatro. Ganó 12 estatuillas, entre ellos mejor musical y mejor actor, para Nathan Lane.
Tras un descanso de más de un año para hacer cine, en el que "The producers" siguió representándose con otros intérpretes poco conocidos, el pasado día 30 de diciembre Lane y Broderick retomaron sus papeles, con un sueldo semanal para cada uno de 100.000 dólares. Sin embargo, sus ocho primeras representaciones generaron en taquilla más de un millón seiscientos mil dólares, así que el sueldo está plenamente justificado.
Ahora, Universal, quien produjo el film original, apadrina un "remake" en el que Brooks ejercerá como productor y Susan Stroman, directora y coreógrafa de la obra en Broadway, se colocará tras la cámara como realizadora. El gran problema es de fechas, ya que se quiere contar con Lane y Broderick, y estos están muy comprometidos. En los escenarios neoyorquinos, de momento, tienen que estar hasta el 4 de abril, y luego el segundo tiene tres estrenos consecutivos, "Marie and Bruce", con Julianne Moore; "The Stepford wives", con Nicole Kidman y Christopher Walken, y "The last shot", con Alec Baldwin y Calista Flockhart. Por su parte, Nathan Lane tiene otra cita teatral, en el musical de Stephen Sondheim "The frogs", que -con adaptación del propio actor- debutará en julio. En resumidas cuentas: parece más que probable que no se empiece a rodar hasta 2005.
Mientras bate records tras el regreso de sus protagonistas originales, Nathan Lane y Matthew Broderick, a los escenarios de Broadway, la obra musical del escritor y cineasta Mel Brooks "The Producers" se prepara para hacer su camino de regreso al cine. Y es que todo empezó en la gran pantalla, en 1968, cuando el propio Brooks realizó una película -su opera prima- que entonces protagonizaron Zero Mostel y Gene Wilder, respectivamente en los papeles del empresario teatral Max Bialystock y el contable Leo Bloom, quienes se ponen de acuerdo para estafar dinero a ancianas inversoras con una obra que será un seguro fracaso. La cinta mereció un Oscar al mejor guión.
Hace tres años, el propio Brooks decidió adaptarla para los escenarios de Broadway, escribiendo él mismo las letras de las canciones. El éxito fue arrollador, con no sólo un record de entradas vendidas en la meca del espectáculo neoyorquino, sino también en los premios Tony, los Oscars del teatro. Ganó 12 estatuillas, entre ellos mejor musical y mejor actor, para Nathan Lane.
Tras un descanso de más de un año para hacer cine, en el que "The producers" siguió representándose con otros intérpretes poco conocidos, el pasado día 30 de diciembre Lane y Broderick retomaron sus papeles, con un sueldo semanal para cada uno de 100.000 dólares. Sin embargo, sus ocho primeras representaciones generaron en taquilla más de un millón seiscientos mil dólares, así que el sueldo está plenamente justificado.
Ahora, Universal, quien produjo el film original, apadrina un "remake" en el que Brooks ejercerá como productor y Susan Stroman, directora y coreógrafa de la obra en Broadway, se colocará tras la cámara como realizadora. El gran problema es de fechas, ya que se quiere contar con Lane y Broderick, y estos están muy comprometidos. En los escenarios neoyorquinos, de momento, tienen que estar hasta el 4 de abril, y luego el segundo tiene tres estrenos consecutivos, "Marie and Bruce", con Julianne Moore; "The Stepford wives", con Nicole Kidman y Christopher Walken, y "The last shot", con Alec Baldwin y Calista Flockhart. Por su parte, Nathan Lane tiene otra cita teatral, en el musical de Stephen Sondheim "The frogs", que -con adaptación del propio actor- debutará en julio. En resumidas cuentas: parece más que probable que no se empiece a rodar hasta 2005.
- © Redacción-NOTICINE.com
Productores y directores norteamericanos anuncian candidatos a sus premios anuales
7-I-04
Siguen día a día desgranándose los premios y candidaturas paralelos que gremios de críticos y profesionales del cine norteamericano dedican a las que consideran mejores películas del año. Los productores y directores acaban de hacer públicos las suyas. Marginando a cintas independientes, los primeros se han decantado por films de altos presupuestos respaldados por las "majors" de la industria, mientras que los directores han prescindido de la teórica favorita a los Globos de Oro, "Could mountain". Por otra parte, empiezan a conocerse los nombres de presentadores que el próximo día 29 de febrero pisarán el escenario del Kodak Theatre, con dos guapas, Nicole Kidman y Catherine Zeta-Jones como seguras.
Para los productores, sus candidatas a mejor cinta del año son "Cold mountain," "El último samurai, "El señor de los anillos: El retorno del rey, "Master and Commander", "Mystic river" y "Seabiscuit". Fuera quedaron títulos independientes con recientes recompensas críticas, como "Lost in translation" o "American splendor". Conoceremos la ganadora definitiva del premio de la PGA, el sindicato de productores, el 17 de enero.
Por su parte, los realizadores, agrupados en la Directors Guild of America (DGA) anunciaban este martes una lista de candidatos algo más equilibrada: Clint Eastwood por "Mystic River", Sofía Coppola por "Lost in translation", Peter Jackson por "El retorno del rey", Gary Ross por "Seabiscuit", y Peter Weir por "Master and Commander". Habrá que estar atentos al resultado de este galardón, que se entregará en una gala el 7 de febrero, ya que desde 1949 sólo seis veces el título triunfador ha sido distinto del luego ganador del Oscar a la mejor realización.
La DGA entregará su galardón homenaje a toda una carrera a Mike Nichols, ganador del Oscar por "El graduado", una de sus cuatro candidaturas. "¿Quién teme a Virginia Woolf?", "Conocimiento carnal", "Silkwood" o "Armas de mujer". Nacido en Berlín hace 72 años en el seno de una familia judía, Michael Igor Peschkowsky, su verdadero nombre, lleva desde los siete años en Estados Unidos y su cine se considera clave en la evolución social y de las costumbres en Estados Unidos entre los 60 y los primeros 70. Sin embargo, en los últimos años el nivel de sus films ha sido bastante criticado, con títulos como "Lobo", "Una jaula de grillos" o "¿De qué planeta vienes?". Este mes inicia su nuevo trabajo, "Closer", con un espectacular reparto que incluye a Julia Roberts, Natalie Portman y Jude Law.
Finalmente, anotemos que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood ha anunciado que contará con la puede que de nuevo nominada (lo sabremos a finales de este mes) Nicole Kidman y con Catherine Zeta Jones en su elenco de presentadoras de la ceremonia del próximo 29 de febrero, la 76 de su historia. Ambas recibieron el año pasado sendas estatuillas en esta misma gala.
Siguen día a día desgranándose los premios y candidaturas paralelos que gremios de críticos y profesionales del cine norteamericano dedican a las que consideran mejores películas del año. Los productores y directores acaban de hacer públicos las suyas. Marginando a cintas independientes, los primeros se han decantado por films de altos presupuestos respaldados por las "majors" de la industria, mientras que los directores han prescindido de la teórica favorita a los Globos de Oro, "Could mountain". Por otra parte, empiezan a conocerse los nombres de presentadores que el próximo día 29 de febrero pisarán el escenario del Kodak Theatre, con dos guapas, Nicole Kidman y Catherine Zeta-Jones como seguras.
Para los productores, sus candidatas a mejor cinta del año son "Cold mountain," "El último samurai, "El señor de los anillos: El retorno del rey, "Master and Commander", "Mystic river" y "Seabiscuit". Fuera quedaron títulos independientes con recientes recompensas críticas, como "Lost in translation" o "American splendor". Conoceremos la ganadora definitiva del premio de la PGA, el sindicato de productores, el 17 de enero.
Por su parte, los realizadores, agrupados en la Directors Guild of America (DGA) anunciaban este martes una lista de candidatos algo más equilibrada: Clint Eastwood por "Mystic River", Sofía Coppola por "Lost in translation", Peter Jackson por "El retorno del rey", Gary Ross por "Seabiscuit", y Peter Weir por "Master and Commander". Habrá que estar atentos al resultado de este galardón, que se entregará en una gala el 7 de febrero, ya que desde 1949 sólo seis veces el título triunfador ha sido distinto del luego ganador del Oscar a la mejor realización.
La DGA entregará su galardón homenaje a toda una carrera a Mike Nichols, ganador del Oscar por "El graduado", una de sus cuatro candidaturas. "¿Quién teme a Virginia Woolf?", "Conocimiento carnal", "Silkwood" o "Armas de mujer". Nacido en Berlín hace 72 años en el seno de una familia judía, Michael Igor Peschkowsky, su verdadero nombre, lleva desde los siete años en Estados Unidos y su cine se considera clave en la evolución social y de las costumbres en Estados Unidos entre los 60 y los primeros 70. Sin embargo, en los últimos años el nivel de sus films ha sido bastante criticado, con títulos como "Lobo", "Una jaula de grillos" o "¿De qué planeta vienes?". Este mes inicia su nuevo trabajo, "Closer", con un espectacular reparto que incluye a Julia Roberts, Natalie Portman y Jude Law.
Finalmente, anotemos que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood ha anunciado que contará con la puede que de nuevo nominada (lo sabremos a finales de este mes) Nicole Kidman y con Catherine Zeta Jones en su elenco de presentadoras de la ceremonia del próximo 29 de febrero, la 76 de su historia. Ambas recibieron el año pasado sendas estatuillas en esta misma gala.
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Los 40 años de Nicolas Cage, un actor atormentado
7-I-04
Nicolas Cage, que este miércoles ha cumplido 40 años, está considerado como uno de los actores más carismáticos del panorama cinematográfico actual. Sin duda, tal distinción le llegó gracias a su papel protagonista en "Leaving las Vegas", en el año 1996. La interpretación del alcohólico Ben le valió el globo de oro y el Oscar de Hollywood y, además, llegó al corazón del público, que sufrió con la historia del perdedor y atormentado personaje.
Sin embargo, esta no fue la única ocasión en la que la crítica y el público reconocieron de forma unánime el trabajo del actor. De hecho, por su encarnación de los gemelos Kaufmann fue nuevamente nominado en el año 2002, en el filme "Adaptation", una comedia dramática de Spike Jonze. Pero Cage también ha ofrecido otras interpretaciones que han cautivado a los espectadores, como la del Roy, un gran timador lleno de problemas personales (agorafóbico, además de obsesivo-compulsivo) en la película de "Los Impostores", de Ridley Scott.
Si seguimos atendiendo a la filmografía de Nicolas Cage, nacido el 7 de enero de 1964 en Long Beach (California) constataremos cómo el actor estadounidense ha demostrado, a lo largo de su carrera, una especial predilección por personajes angustiados. Es el caso de "Asesinato en 8 mm", en la que Cage, metido en la piel de un investigador privado, baja paulatinamente a los infiernos del horror humano en su investigación de unos asesinatos escalofriantes.
La búsqueda de ese tipo personajes carismáticos ha sido una constante en su trayectoria, entre las que destacan en el pasado films como "La ley de la calle" y "Peggy Sue se casó" (ambas dirigidas por su tío Francis F.Coppola), "Arizona baby", "Hechizo de luna", "Corazón salvaje" o "Te puede pasar a tí". Este año, estrenará o rodará "National treasure", "The weather men", "Ghost rider" y "Land of destiny".
Nicolas Cage, que este miércoles ha cumplido 40 años, está considerado como uno de los actores más carismáticos del panorama cinematográfico actual. Sin duda, tal distinción le llegó gracias a su papel protagonista en "Leaving las Vegas", en el año 1996. La interpretación del alcohólico Ben le valió el globo de oro y el Oscar de Hollywood y, además, llegó al corazón del público, que sufrió con la historia del perdedor y atormentado personaje.
Sin embargo, esta no fue la única ocasión en la que la crítica y el público reconocieron de forma unánime el trabajo del actor. De hecho, por su encarnación de los gemelos Kaufmann fue nuevamente nominado en el año 2002, en el filme "Adaptation", una comedia dramática de Spike Jonze. Pero Cage también ha ofrecido otras interpretaciones que han cautivado a los espectadores, como la del Roy, un gran timador lleno de problemas personales (agorafóbico, además de obsesivo-compulsivo) en la película de "Los Impostores", de Ridley Scott.
Si seguimos atendiendo a la filmografía de Nicolas Cage, nacido el 7 de enero de 1964 en Long Beach (California) constataremos cómo el actor estadounidense ha demostrado, a lo largo de su carrera, una especial predilección por personajes angustiados. Es el caso de "Asesinato en 8 mm", en la que Cage, metido en la piel de un investigador privado, baja paulatinamente a los infiernos del horror humano en su investigación de unos asesinatos escalofriantes.
La búsqueda de ese tipo personajes carismáticos ha sido una constante en su trayectoria, entre las que destacan en el pasado films como "La ley de la calle" y "Peggy Sue se casó" (ambas dirigidas por su tío Francis F.Coppola), "Arizona baby", "Hechizo de luna", "Corazón salvaje" o "Te puede pasar a tí". Este año, estrenará o rodará "National treasure", "The weather men", "Ghost rider" y "Land of destiny".
- © Susana Guirado-NOTICINE.com
Tom Cruise, en vísperas de viajar a España, elogia el honor samurai y la diversidad cultural
6-I-04
Berlín fue la ciudad elegida para el estreno en Europa, este lunes, de "El último samurai", y con ella llegó su protagonista y coproductor Tom Cruise, quien sigue toda la semana su periplo por el viejo continente, cuya escala en Madrid será este jueves. Cruise, del que se acaba de confirmar que protagonizará "Iron man", adaptación del célebre comic de Marvel, aseguró a la prensa alemana que tiene una elevada sintonía con los valores de los antiguos guerreros nipones: "Me identifico con valores como el honor, la lealtad y la responsabilidad".
El actor norteamericano, miembro de la secta Iglesia de la Cienciología, nada bien vista en Alemania, y novio de la actriz española Penélope Cruz, contó que se entrenó en esgrima, equitación y puesta a punto física en general durante cerca de un año antes de rodar -principalmente en Nueva Zelanda- su película. De paso, confirmó que le faltó poco para ser decapitado por uno de los sables de sus compañeros de filmación, cuando falló el caballo mecánico que montaba y cayó. "He filmado muchas escenas peligrosas en mi vida, pero ésto fue algo totalmente diferente", comentó Cruise.
Aprovechó el protagonista de "Minority report" y "Jerry Maguire" para abogar por el entendimiento entre culturas: "Deberíamos encontrar una base común, y esto sólo se logra con comunicación. Permítannos no solamente aceptar sino celebrar las diferencias culturales". Entre los proyectos de Tom Cruise para este año 2003 figura trabajar al lado del español Javier Bardem en "Criminal", dirigida por Michael Mann.
Berlín fue la ciudad elegida para el estreno en Europa, este lunes, de "El último samurai", y con ella llegó su protagonista y coproductor Tom Cruise, quien sigue toda la semana su periplo por el viejo continente, cuya escala en Madrid será este jueves. Cruise, del que se acaba de confirmar que protagonizará "Iron man", adaptación del célebre comic de Marvel, aseguró a la prensa alemana que tiene una elevada sintonía con los valores de los antiguos guerreros nipones: "Me identifico con valores como el honor, la lealtad y la responsabilidad".
El actor norteamericano, miembro de la secta Iglesia de la Cienciología, nada bien vista en Alemania, y novio de la actriz española Penélope Cruz, contó que se entrenó en esgrima, equitación y puesta a punto física en general durante cerca de un año antes de rodar -principalmente en Nueva Zelanda- su película. De paso, confirmó que le faltó poco para ser decapitado por uno de los sables de sus compañeros de filmación, cuando falló el caballo mecánico que montaba y cayó. "He filmado muchas escenas peligrosas en mi vida, pero ésto fue algo totalmente diferente", comentó Cruise.
Aprovechó el protagonista de "Minority report" y "Jerry Maguire" para abogar por el entendimiento entre culturas: "Deberíamos encontrar una base común, y esto sólo se logra con comunicación. Permítannos no solamente aceptar sino celebrar las diferencias culturales". Entre los proyectos de Tom Cruise para este año 2003 figura trabajar al lado del español Javier Bardem en "Criminal", dirigida por Michael Mann.
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Reportaje: Sammy Davis Jr., una vida polémica en dos libros
5-I-04
Hace algunos meses, con el estreno de la nueva versión de la película "Ocean eleven", las nuevas generaciones de espectadores descubrieron el personaje de Sammy Davis Jr., amigo y compinche de esa banda de parranderos ("Rat pack"), mujeriegos, apostadores y desordenados compuesta por Frank Sinatra, Peter Lawford, Dean Martin y Joey Bishop, protagonistas de la película original sobre el asalto a varios casinos de Las Vegas. El artista negro nacido en Harlem (Nueva York) en 1925 y fallecido hace pronto 14 años, filmó más títulos con Sinatra y a veces otros miembros del clan: "Tres sargentos", "Cuatro gángsters de Chicago", "Pepe", "¡Viva Las Vegas", "Los Locos del Cannonball II"...
A quienes se asoman por primera vez a la turbulenta, frustrante, triste y desperdiciada vida de quien se convirtió, durante varios años, en símbolo de los artistas negros en Estados Unidos, sorprende esa mezcla de leyenda y realidad que atraviesa la carrera de un hombre que a los cuatro años ya zapateaba en un escenario y a los ocho, era capaz de imitar los gestos, las voces y los defectos de los famosos que se hallaban entre el público.
Detestado por el presidente John F. Kennedy; adorado por Richard Nixon; perseguido por los reaccionarios que no soportaban sus ideas liberales; acosado por las mujeres blancas que enloquecían por llevarlo a la cama (se casó con una rubia perfecta, May Britt y trasnochó muchas veces con otra rubia, adicta a la zoofilia, Kim Novak); triunfador en espectáculos cómicos y musicales; protagonista de algunas películas afortunadas; número uno con varios discos; pésimo marido y peor padre; tuerto después de un accidente de automovilismo; autor de una biografía con la que se cobró muchos insultos y desprecios; convertido en elemento incómodo para los negros y vengador racista para los blancos; arrastrado por el juego, las drogas, el alcohol, las mujeres y otros pecados, ha sido retomado ahora por dos periodistas que publican sendas biografías sobre un personaje que, para muchos norteamericanos, blancos y negros, debería permanecer olvidado.
Los dos libros aparecieron para en Estados Unidos la pasada Navidad. "In Black and White. The Life of Sammy Davis, Jr." de Wil Haygood (editado por Alfred Knopf, cuesta 27 dólares) y "Gonna Do Great Things. The Life of Sammy Davis, Jr." de Gary Fishgall (A Lisa Drew/Scribner, 26 dólares), han despertado toda clase de reacciones porque no se limitan a reconstruir con cartas, testimonios, la misma autobiografía del personaje, películas, grabaciones de TV, amigos y otras fuentes esos años en los que la pandilla liderada por Sinatra cometía toda clase de atropellos en Las Vegas, Nueva York y Los Angeles, apoyada por personajes oscuros que Mario Puzo supo retratar en sus libros sobre la Mafia, mientras Davis Jr., sabía que era el más vulnerable y despreciado de todos.
Los libros escarban en esos años 60 cuando la aparente limpieza moral de Camelot, encabezada por un presidente que era católico y tenía un poco más de 40 años, una esposa sofisticada que hablaba a los criados en francés, dos hijos hermosos y otras ventajas sobre el resto de los mortales, era la tapadera para situaciones desagradables que un negro como Davis Jr., sabía soportar en silencio. Ambos volúmenes, escritos según un comentarista del New York Times con pasión y falta de objetividad, van más allá de la figura del cómico y lo muestran como un ser desperdiciado, ambicioso, equivocado en sus afectos, que alcanzó el más grande poder de negro alguno dentro del mundo del espectáculo de Estados Unidos y al estar en la cumbre, ya no supo ni pudo ni quiso conservarla.
Por supuesto, de ese grupo canallesco solo sobreviven Sinatra, sus discos, su fama y las leyendas de juego, sexo, drogas, política, relaciones sospechosas y otros ingredientes que seguirán alimentando un ego que aún después de muerto, sigue despertando curiosidad y morbo porque su música permanece viva, y los sobrevivientes de esos años escandalosos siguen sentándose en los atardeceres de Miami y otras ciudades falsas a recordar al hombre que agrupó a sus amigos talentosos, los explotó, los manipuló, los utilizó y luego los desechó o dejó que ellos mismos se excluyeran, como este negro que ahora es revivido en dos libros que las nuevas generaciones deberían leer por disciplina, para que comprueben que Davis Jr. Era más que un contador de chistes racistas, más que un buen cantante, más que un mujeriego, más que un apostador compulsivo: un artista que nunca supo que lo era.
A los cuatro años zapateaba, bailaba y cantaba en un espectáculo con su padre Sammy Davis y un amigo, Will Mastim. Nunca fue a la escuela ni recibió educación alguna, ni salió del escenario y casi veinte años después llevó a los dos ancianos al show de Eddie Cantor, "La Hora Colgate" y provocó una de las tormentas racistas más peligrosas. Ese fue el sello de su vida. Ser atacado o ensalzado por su color, no por su talento. Para defenderse escogió un método equivocado, hacer reir a los demás burlándose de sí mismo. Como cuando afirmaba que era el único actor negro, judío y tuerto que existía en el mundo. Si estallaban las carcajadas se consideraba recompensado. En una época que resolvía de maneras violenta y salvaje las diferencias raciales, los demás artistas negros se comportaban correctamente, tratando de no llamar la atención como si pisaran cáscaras de huevos. Davis Jr., descuidado y cínico, volcaba todas las tazas, provocaba la ira de los negros, desafiaba a los liberales y demócratas y se sintió bien cuando un reaccionario como Richard Nixon lo invitó a la Casa Blanca. Era su necesidad de afecto, su hambre de amistad lo que empujaba a este negro a la mesa de un tramposo inquisidor como el presidente. Bueno, otro artista grande, Louis Armstrong también fue perseguido por los mismos.
Con estas dos biografías uno comprueba que, por ahora, este hombre no podrá descansar en paz. No solo lo acusan de irresponsable y maleducado, sino de sentirse un blanco dentro de una piel negra, y que por eso frecuentaba tanto esos clubes nocturnos de Las Vegas al lado de sus compinches blancos, porque el color, supuestamente, no era una barrera en su vida. Pero quienes lo conocieron de cerca, saben que era todo lo contrario. La abuela materna tenía raíces cubanas y detestaba a sus familiares negros. Esas raíces, alimentadas con música y sabor debieron influir en el personaje que el niño, a los 8 años, logra crear en dos cortos de 1933, "Seasoned Greetings" y "Rufusa Jones for President". Will Mastim y no el padre fue quien organizó la carrera del joven y lo amarró hasta tal punto que uno de los biógrafos habla de "esclavitud" contractual. Todavía los críticos de Broadway recuerdan su papel en el musical "Golden Boy" que fue nominado a un Tony; los historiadores lo miran como uno de los negros que supo saltar sobre las barreras racistas de los sesentas y setentas; otros, como los dos periodistas de estos libros lo contemplan como alguien talentoso que desperdició sus dones, por simple reacción ante la vida que supo maltratarlo.
Hace algunos meses, con el estreno de la nueva versión de la película "Ocean eleven", las nuevas generaciones de espectadores descubrieron el personaje de Sammy Davis Jr., amigo y compinche de esa banda de parranderos ("Rat pack"), mujeriegos, apostadores y desordenados compuesta por Frank Sinatra, Peter Lawford, Dean Martin y Joey Bishop, protagonistas de la película original sobre el asalto a varios casinos de Las Vegas. El artista negro nacido en Harlem (Nueva York) en 1925 y fallecido hace pronto 14 años, filmó más títulos con Sinatra y a veces otros miembros del clan: "Tres sargentos", "Cuatro gángsters de Chicago", "Pepe", "¡Viva Las Vegas", "Los Locos del Cannonball II"...
A quienes se asoman por primera vez a la turbulenta, frustrante, triste y desperdiciada vida de quien se convirtió, durante varios años, en símbolo de los artistas negros en Estados Unidos, sorprende esa mezcla de leyenda y realidad que atraviesa la carrera de un hombre que a los cuatro años ya zapateaba en un escenario y a los ocho, era capaz de imitar los gestos, las voces y los defectos de los famosos que se hallaban entre el público.
Detestado por el presidente John F. Kennedy; adorado por Richard Nixon; perseguido por los reaccionarios que no soportaban sus ideas liberales; acosado por las mujeres blancas que enloquecían por llevarlo a la cama (se casó con una rubia perfecta, May Britt y trasnochó muchas veces con otra rubia, adicta a la zoofilia, Kim Novak); triunfador en espectáculos cómicos y musicales; protagonista de algunas películas afortunadas; número uno con varios discos; pésimo marido y peor padre; tuerto después de un accidente de automovilismo; autor de una biografía con la que se cobró muchos insultos y desprecios; convertido en elemento incómodo para los negros y vengador racista para los blancos; arrastrado por el juego, las drogas, el alcohol, las mujeres y otros pecados, ha sido retomado ahora por dos periodistas que publican sendas biografías sobre un personaje que, para muchos norteamericanos, blancos y negros, debería permanecer olvidado.
Los dos libros aparecieron para en Estados Unidos la pasada Navidad. "In Black and White. The Life of Sammy Davis, Jr." de Wil Haygood (editado por Alfred Knopf, cuesta 27 dólares) y "Gonna Do Great Things. The Life of Sammy Davis, Jr." de Gary Fishgall (A Lisa Drew/Scribner, 26 dólares), han despertado toda clase de reacciones porque no se limitan a reconstruir con cartas, testimonios, la misma autobiografía del personaje, películas, grabaciones de TV, amigos y otras fuentes esos años en los que la pandilla liderada por Sinatra cometía toda clase de atropellos en Las Vegas, Nueva York y Los Angeles, apoyada por personajes oscuros que Mario Puzo supo retratar en sus libros sobre la Mafia, mientras Davis Jr., sabía que era el más vulnerable y despreciado de todos.
Los libros escarban en esos años 60 cuando la aparente limpieza moral de Camelot, encabezada por un presidente que era católico y tenía un poco más de 40 años, una esposa sofisticada que hablaba a los criados en francés, dos hijos hermosos y otras ventajas sobre el resto de los mortales, era la tapadera para situaciones desagradables que un negro como Davis Jr., sabía soportar en silencio. Ambos volúmenes, escritos según un comentarista del New York Times con pasión y falta de objetividad, van más allá de la figura del cómico y lo muestran como un ser desperdiciado, ambicioso, equivocado en sus afectos, que alcanzó el más grande poder de negro alguno dentro del mundo del espectáculo de Estados Unidos y al estar en la cumbre, ya no supo ni pudo ni quiso conservarla.
Por supuesto, de ese grupo canallesco solo sobreviven Sinatra, sus discos, su fama y las leyendas de juego, sexo, drogas, política, relaciones sospechosas y otros ingredientes que seguirán alimentando un ego que aún después de muerto, sigue despertando curiosidad y morbo porque su música permanece viva, y los sobrevivientes de esos años escandalosos siguen sentándose en los atardeceres de Miami y otras ciudades falsas a recordar al hombre que agrupó a sus amigos talentosos, los explotó, los manipuló, los utilizó y luego los desechó o dejó que ellos mismos se excluyeran, como este negro que ahora es revivido en dos libros que las nuevas generaciones deberían leer por disciplina, para que comprueben que Davis Jr. Era más que un contador de chistes racistas, más que un buen cantante, más que un mujeriego, más que un apostador compulsivo: un artista que nunca supo que lo era.
A los cuatro años zapateaba, bailaba y cantaba en un espectáculo con su padre Sammy Davis y un amigo, Will Mastim. Nunca fue a la escuela ni recibió educación alguna, ni salió del escenario y casi veinte años después llevó a los dos ancianos al show de Eddie Cantor, "La Hora Colgate" y provocó una de las tormentas racistas más peligrosas. Ese fue el sello de su vida. Ser atacado o ensalzado por su color, no por su talento. Para defenderse escogió un método equivocado, hacer reir a los demás burlándose de sí mismo. Como cuando afirmaba que era el único actor negro, judío y tuerto que existía en el mundo. Si estallaban las carcajadas se consideraba recompensado. En una época que resolvía de maneras violenta y salvaje las diferencias raciales, los demás artistas negros se comportaban correctamente, tratando de no llamar la atención como si pisaran cáscaras de huevos. Davis Jr., descuidado y cínico, volcaba todas las tazas, provocaba la ira de los negros, desafiaba a los liberales y demócratas y se sintió bien cuando un reaccionario como Richard Nixon lo invitó a la Casa Blanca. Era su necesidad de afecto, su hambre de amistad lo que empujaba a este negro a la mesa de un tramposo inquisidor como el presidente. Bueno, otro artista grande, Louis Armstrong también fue perseguido por los mismos.
Con estas dos biografías uno comprueba que, por ahora, este hombre no podrá descansar en paz. No solo lo acusan de irresponsable y maleducado, sino de sentirse un blanco dentro de una piel negra, y que por eso frecuentaba tanto esos clubes nocturnos de Las Vegas al lado de sus compinches blancos, porque el color, supuestamente, no era una barrera en su vida. Pero quienes lo conocieron de cerca, saben que era todo lo contrario. La abuela materna tenía raíces cubanas y detestaba a sus familiares negros. Esas raíces, alimentadas con música y sabor debieron influir en el personaje que el niño, a los 8 años, logra crear en dos cortos de 1933, "Seasoned Greetings" y "Rufusa Jones for President". Will Mastim y no el padre fue quien organizó la carrera del joven y lo amarró hasta tal punto que uno de los biógrafos habla de "esclavitud" contractual. Todavía los críticos de Broadway recuerdan su papel en el musical "Golden Boy" que fue nominado a un Tony; los historiadores lo miran como uno de los negros que supo saltar sobre las barreras racistas de los sesentas y setentas; otros, como los dos periodistas de estos libros lo contemplan como alguien talentoso que desperdició sus dones, por simple reacción ante la vida que supo maltratarlo.
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