Crónicas
Colaboración: La sábana de Marilyn
Por Sergio Berrocal
Hay momentos, muchos, plenos momentos, en que a uno le gustaría perderse en los dobladillos mugrientos de una telenovela encharcada en la lágrima fácil, la admiración todavía más sencilla, para escapar a la actualidad aún más bochornosa, por absurda, descarada y falta de la menor piedad.
Hay momentos, muchos, plenos momentos, en que a uno le gustaría perderse en los dobladillos mugrientos de una telenovela encharcada en la lágrima fácil, la admiración todavía más sencilla, para escapar a la actualidad aún más bochornosa, por absurda, descarada y falta de la menor piedad.
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Murió Jonathan Demme, ganador del Oscar por "El silencio de los corderos / El silencio de los inocentes" y elogiado documentalista musical
Conocido sobre todo por "El silencio de los corderos / El silencio de los inocentes / The Silence of the Lambs", la película que le dio en 1992 el Oscar a mejor director, Jonathan Demme ha fallecido este miércoles a los 73 años, como consecuencia de complicaciones del cáncer de esófago que padecía. Aparte de la popular cinta que le supuso el reconocimiento de la Academia, el cineasta nacido el 22 de febrero de 1944 en Baldwin, Long Island, Nueva York, dirigió otros conocidos films, como "Algo salvaje / Totalmente salvaje / Something Wild", "Philadelphia" o "Casada con todos / Casada con la mafia / Married to the Mob", así como numerosos documentales musicales.
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Colaboración: Hemingway el Rojo
Por Sergio Berrocal
Puede sentar como una descarga de sal del desierto del Gobbi disparada en las nalgas por un Winchester 77. Pero eso sería tomándolo con la imbecilidad del cachondeo. Lo más acertado es sentirse profundamente cabreado y vilipendiado por quienes divulgan, cincuenta y seis años después de su suicidio, que Ernest Hemingway, maestro de escritores, fue un rojo cuando la guerra de ideas en el mundo era algo muy maligno. Que jugó a ser comunista como un niño tonto. ¿Y a quién le importa eso? Pero claro, hay que intentar vender libros.
Puede sentar como una descarga de sal del desierto del Gobbi disparada en las nalgas por un Winchester 77. Pero eso sería tomándolo con la imbecilidad del cachondeo. Lo más acertado es sentirse profundamente cabreado y vilipendiado por quienes divulgan, cincuenta y seis años después de su suicidio, que Ernest Hemingway, maestro de escritores, fue un rojo cuando la guerra de ideas en el mundo era algo muy maligno. Que jugó a ser comunista como un niño tonto. ¿Y a quién le importa eso? Pero claro, hay que intentar vender libros.
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Perfil; Chris Pratt, de un muchachito más a todo un "Lord" estelar
No hay duda de que Chris Pratt es uno de los actores de moda en Hollywood. Gracias a su éxito con la saga galáctica de Marvel "Guardines de la galaxia / Guardians of the Galaxy", saltó a la primera línea de todos los medios especializados. Además de la saga espacial, también forma ha formado parte de otras de las dos franquicias con más futuro en el cine hollywoodiense; "Jurassic World" y "La Lego película / La gran aventura Lego / The Lego Movie". Entre los 3 films consiguieron recaudar en total alrededor de 2900 millones de dólares, superando todas con creces todas las expectativas, lo que llevó a planear secuelas de estas cintas tan rentables.
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Colaboración: Van Gogh y el amarillo maldito
Por Sergio Berrocal
El primer color que contó en mi infancia fue el verde olivo, que identifiqué en una guerrera con estrellas en las bocamangas. Me persiguió durante varios años, suficientes para comprender que era el color de mi padre, como también era suyo un olor que no podría identificar y que salía del tejido del uniforme. Un día –cosas de mayores, me dijo una criada—tuve que acostumbrarme al negro luto negro riguroso de la cocinera, que de pequeño se convirtió en mi faro. En la Andalucía de entonces viví en medio del verde olivo y del negro del delantal y de las botas de cuero altas de los militares que atravesaban mi campo de visión.
El primer color que contó en mi infancia fue el verde olivo, que identifiqué en una guerrera con estrellas en las bocamangas. Me persiguió durante varios años, suficientes para comprender que era el color de mi padre, como también era suyo un olor que no podría identificar y que salía del tejido del uniforme. Un día –cosas de mayores, me dijo una criada—tuve que acostumbrarme al negro luto negro riguroso de la cocinera, que de pequeño se convirtió en mi faro. En la Andalucía de entonces viví en medio del verde olivo y del negro del delantal y de las botas de cuero altas de los militares que atravesaban mi campo de visión.
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