Colaboración: Una alfombra roja, por caridad

Por Sergio Berrocal    

Nepotismo, amiguismo, sinvergonzonería. Como tontos, admirativos, con la boca abierta y babosa y los ojos espantados por el cansancio, mañana hay que trabajar, papá, el mundo de los que piensan que todo se le debe al Imperio, ha pasado sueño y rabia, pero admiraba, babeaba ante los premios Globos de oro, que se repartían los norteamericanos allá por Jalisco, con alfombra roja copiada de Cannes y vestidos de modistas que se forjaron en París.
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El presidente Trump se toma la revancha y ridiculiza a Schwarzenegger por la baja audiencia de "The Apprentice"

El flamante presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se tomó este viernes la revancha con su compañero de partido y astro cinematográfico Arnold Schwarzenegger por los bajos índices de audiencia que tuvo con "The New Celebrity Apprentice", donde sustituyó a Trump como mentor-presentador. A través de su cuenta en Twitter -su controversial forma de comunicarse y hacer declaraciones políticas tras su elección- el presidente aseguró que mientras que él fue "una máquina de conseguir audiencia", el actor austríaco y exgobernador californiano terminó "empantanado".
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Colaboración: El cerdo que murió como un hombre

Por Sergio Berrocal     

He tenido un sueño. Soñaba que Britney Spears era la verdadera Barbara Stanwyck que lleva a la perdición a un tontorrón agente de seguros con el que se compincha y encapricha amorosamente, él la cree, pobre incauto, para asesinar a su marido y cobrar una suculenta póliza de seguros. El autor intelectual de la ejecución era el escritor norteamericano James M. Cain, ayudado por el director Billy Wilder que en "Perdición / Double Indemnity" (1944) tenían como hacedores a la rubísima y pérfida Barbara Stanwyck y al feo pero listo de la muerte Fred MacMurray.
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Colaboración: El último vals

Por Sergio Berrocal    

Cuando la Orquesta Filarmónica de Viena ejecutaba alegres valses en el tradicional concierto de Año Nuevo, en Estambul ya habían sonado ritmos más endiablados de música moderna y eléctrica en la discoteca frecuentada por la alta burguesía turca. Ritmos acompañados, callados, por disparos y más disparos y la policía empezó a contar muertos.
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