Crónicas
Soderbergh produce documental sobre el juicio a Polanski
10-XI-06
Es de conocimiento público la acusación de abuso de menores que pesa sobre Roman Polanski en Estados Unidos, de donde huyó para no ser encarcelado por mantener relaciones sexuales con una jovencita de 13 años, amparándose en la constitución francesa que no permite que sus ciudadanos sean extraditados por crímenes sexuales. Mientras el mundo del cine ha tomado este episodio como fuente de bromas e ironías, la documentalista Marina Zenovich ha decidido abordar el tema con seriedad y explorar el juicio al que fue sometido el cineasta, contando para esta empresa con la producción de Steven Soderbergh.
Cuando en el año 2002 Polanski, de 73 años, obtuvo el Oscar como mejor director por "El pianista", su ausencia de la gala para recoger la estatuilla dorada no necesitaba demasiada explicación, era sabido que el director corría el riesgo de quedar detenido por haber optado por salir del país tras ser acusado ante la justicia por abuso de menores. Pero ello sirvió a la prensa estadounidense para reabrir un debate sobre el caso y en una entrevista con la CNN, Samantha Geiger, hoy una mujer que supera los 40 años y madre de tres hijos, que fue esa chica de 13 años que mantuvo relaciones con Polanski, declaró que la salida del país del realizador fue "uno de los capítulos más tristes de la historia judicial norteamericana".
Valiéndose de esa frase, Zenovich comenzó a planear un documental donde se retratara los pormenores de un caso que es de conocimiento público, pero cuyos detalles son desconocidos. "El asunto Polanski no me cerraba. Quería echar un poco de luz sobre lo que luego se reveló como una de las condenas más infames jamás enunciadas por un tribunal norteamericano", explicó la directora a Corriere della Sera sobre su proyecto, que se encuentra en producción con vistas a un estreno en 2007.
A priori, el documental, coproducido por Soderbergh, se adelanta como una mirada determinante sobre el caso, tomando en cuenta que Zenovich trabaja desde hace tres años en el mismo y ha conseguido las valiosas declaraciones de la mismísima Geiger y de figuras relacionadas con Polanski como Mia Farrow y Nastassja Kinski, protagonistas de "La semilla del diablo" y "Tess", respectivamente, si bien no logró contar con la voz del protagonista principal de esta historia: Polanski, quien se excusó de participar.
Pero no sólo Geiger y Polanski son el centro de este documental sino también Laurence J. Rittenband, juez fallecido en 1993 que estaba embriagado por los flashes y la popularidad que le otorgaba el caso, cuya fachada moralista se contradecía con su espíritu libertino.
Tras tanto tiempo de investigación para Zenovich la conclusión es clara: "Polanski fue víctima del fallo de un juez parcial y de comportamiento incorrecto que aplicó al director una pena excepcionalmente desproporcionada con relación al hecho. Debe quedar bien claro, por supuesto, que acostarse con una menor es un delito, pero la mayor parte del público ignora que Polanski ya había cumplido la pena correspondiente antes de caer en la enloquecida red tramada por el juez".
Es de conocimiento público la acusación de abuso de menores que pesa sobre Roman Polanski en Estados Unidos, de donde huyó para no ser encarcelado por mantener relaciones sexuales con una jovencita de 13 años, amparándose en la constitución francesa que no permite que sus ciudadanos sean extraditados por crímenes sexuales. Mientras el mundo del cine ha tomado este episodio como fuente de bromas e ironías, la documentalista Marina Zenovich ha decidido abordar el tema con seriedad y explorar el juicio al que fue sometido el cineasta, contando para esta empresa con la producción de Steven Soderbergh.
Cuando en el año 2002 Polanski, de 73 años, obtuvo el Oscar como mejor director por "El pianista", su ausencia de la gala para recoger la estatuilla dorada no necesitaba demasiada explicación, era sabido que el director corría el riesgo de quedar detenido por haber optado por salir del país tras ser acusado ante la justicia por abuso de menores. Pero ello sirvió a la prensa estadounidense para reabrir un debate sobre el caso y en una entrevista con la CNN, Samantha Geiger, hoy una mujer que supera los 40 años y madre de tres hijos, que fue esa chica de 13 años que mantuvo relaciones con Polanski, declaró que la salida del país del realizador fue "uno de los capítulos más tristes de la historia judicial norteamericana".
Valiéndose de esa frase, Zenovich comenzó a planear un documental donde se retratara los pormenores de un caso que es de conocimiento público, pero cuyos detalles son desconocidos. "El asunto Polanski no me cerraba. Quería echar un poco de luz sobre lo que luego se reveló como una de las condenas más infames jamás enunciadas por un tribunal norteamericano", explicó la directora a Corriere della Sera sobre su proyecto, que se encuentra en producción con vistas a un estreno en 2007.
A priori, el documental, coproducido por Soderbergh, se adelanta como una mirada determinante sobre el caso, tomando en cuenta que Zenovich trabaja desde hace tres años en el mismo y ha conseguido las valiosas declaraciones de la mismísima Geiger y de figuras relacionadas con Polanski como Mia Farrow y Nastassja Kinski, protagonistas de "La semilla del diablo" y "Tess", respectivamente, si bien no logró contar con la voz del protagonista principal de esta historia: Polanski, quien se excusó de participar.
Pero no sólo Geiger y Polanski son el centro de este documental sino también Laurence J. Rittenband, juez fallecido en 1993 que estaba embriagado por los flashes y la popularidad que le otorgaba el caso, cuya fachada moralista se contradecía con su espíritu libertino.
Tras tanto tiempo de investigación para Zenovich la conclusión es clara: "Polanski fue víctima del fallo de un juez parcial y de comportamiento incorrecto que aplicó al director una pena excepcionalmente desproporcionada con relación al hecho. Debe quedar bien claro, por supuesto, que acostarse con una menor es un delito, pero la mayor parte del público ignora que Polanski ya había cumplido la pena correspondiente antes de caer en la enloquecida red tramada por el juez".
- © Redacción-NOTICINE.com
Falleció el actor Jack Palance a los 87 años
10-XI-06
El veterano actor Jack Palance, ganador de un Oscar tras una larga carrera por "Cowboys de ciudad", falleció este viernes a los 87 años de edad en Montecito, California, por causas naturales, de acuerdo a la información otorgada a la prensa por su agente.
Nacido como Vladimir Palaniuk, este hijo de un minero ucraniano llegó al mundo en Pennsylvania, Estados Unidos, el 18 de febrero de 1919. Palance fue boxeador profesional en la máxima categoría en los años 40, antes de enrolarse en las fuerzas armadas y participar en la Segunda Guerra Mundial. Allí sufrió graves quemaduras en su rostro, debiendo ser intervenido quirúrjicamente en diversas ocasiones, que le dejaron ese porte recio que el cine tanto supo explotar. En 1949 se licenció como dramaturgo en la Universidad de Stanford y comenzó su andadura en el mundo del espectáculo.
Su imponente voz y presencia -medía 1,90 metros- eran señas particulares que caracterizaban a Palance, las mismas que le limitaron a los papeles de malvado que siempre le tocaba jugar. Los años 50, 60 y 70 fueron de gran actividad para el actor, quien destacó en películas como "Raíces profundas", "Atila, rey de los Hunos", "Salario para matar", "Los compañeros" o "Che!", donde interpretó a Fidel Castro. En los 80 fue convocado para películas tan diferentes como "Bagdad Café", "Batman" y "Tango y Cash", siendo además el presentador del programa televisivo "Ripley's Believe It or Not! / Aunque Ud. no lo crea".
Es en los años 90 cuando la carrera de Palance vuelve a los primeros planos gracias a la comedia "Cowboys de ciudad", donde compartía créditos con Billy Crystal, que le mereció el Oscar al mejor actor secundario. Al recibir la estatuilla dorada protagonizó uno de esos momentos que quedaron en la historia de la gala, al demostrar estar en buena forma a pesar de su edad, realizando una serie de flexiones con un sólo brazo.
Políglota (hablaba inglés, ucraniano, español, francés, italiano y ruso), aficionado a la pintura y la poesía, y autocrítico (consideraba que la mayoría de sus films eran "basura"), Palance debió superar sus propios prejuicios para dar forma a una de las carreras más prolíficas del cine: "Siempre quise expresarme a través de las palabras. Pero siempre pensé que era demasiado grande para ser actor. Podía verme golpeando mesas. Pensaba que la actuación era para pequeños...muchachos".
El veterano actor Jack Palance, ganador de un Oscar tras una larga carrera por "Cowboys de ciudad", falleció este viernes a los 87 años de edad en Montecito, California, por causas naturales, de acuerdo a la información otorgada a la prensa por su agente.
Nacido como Vladimir Palaniuk, este hijo de un minero ucraniano llegó al mundo en Pennsylvania, Estados Unidos, el 18 de febrero de 1919. Palance fue boxeador profesional en la máxima categoría en los años 40, antes de enrolarse en las fuerzas armadas y participar en la Segunda Guerra Mundial. Allí sufrió graves quemaduras en su rostro, debiendo ser intervenido quirúrjicamente en diversas ocasiones, que le dejaron ese porte recio que el cine tanto supo explotar. En 1949 se licenció como dramaturgo en la Universidad de Stanford y comenzó su andadura en el mundo del espectáculo.
Su imponente voz y presencia -medía 1,90 metros- eran señas particulares que caracterizaban a Palance, las mismas que le limitaron a los papeles de malvado que siempre le tocaba jugar. Los años 50, 60 y 70 fueron de gran actividad para el actor, quien destacó en películas como "Raíces profundas", "Atila, rey de los Hunos", "Salario para matar", "Los compañeros" o "Che!", donde interpretó a Fidel Castro. En los 80 fue convocado para películas tan diferentes como "Bagdad Café", "Batman" y "Tango y Cash", siendo además el presentador del programa televisivo "Ripley's Believe It or Not! / Aunque Ud. no lo crea".
Es en los años 90 cuando la carrera de Palance vuelve a los primeros planos gracias a la comedia "Cowboys de ciudad", donde compartía créditos con Billy Crystal, que le mereció el Oscar al mejor actor secundario. Al recibir la estatuilla dorada protagonizó uno de esos momentos que quedaron en la historia de la gala, al demostrar estar en buena forma a pesar de su edad, realizando una serie de flexiones con un sólo brazo.
Políglota (hablaba inglés, ucraniano, español, francés, italiano y ruso), aficionado a la pintura y la poesía, y autocrítico (consideraba que la mayoría de sus films eran "basura"), Palance debió superar sus propios prejuicios para dar forma a una de las carreras más prolíficas del cine: "Siempre quise expresarme a través de las palabras. Pero siempre pensé que era demasiado grande para ser actor. Podía verme golpeando mesas. Pensaba que la actuación era para pequeños...muchachos".
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Adiós a William Styron, autor de "La decisión de Sophie"
9-XI-06
Por Alberto Duque López
Por muchos motivos el escritor William Styron, fallecido el pasado 1 de noviembre a los 81 años de edad, seguirá siendo recordado durante largo tiempo, no sólo por quienes lo vimos, alto y fornido, al lado de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Werner Herzog y Víctor Nieto junto a la piscina del hotel Caribe, en Cartagena de Indias varios años atrás, sino por miles y miles de lectores, en todos los idiomas, que sintieron y seguirán sintiendo la emoción de haber descubierto el verdadero rostro de la soledad con su libro “Las confesiones de Nat Turner”, o el aroma descompuesto del mal en “La decisión de Sophie”, o el perverso atractivo del suicidio con su delgado volumen “Esa visible oscuridad”, o por la conmovedora película de Alan Pakula y Meryl Streep que nos dejó tantas y amargas enseñanzas.
El encuentro de Cartagena de Indias en marzo de 1994 durante el festival de cine, le sirvió a Styron para recorrer, bajo el sol absolutamente blanco del Caribe, escenarios similares a los que padeció su personaje Nat Turner cuando en agosto de 1831, en Virginia, encabezó la primera y única revuelta de los negros de Estados Unidos contra el poder de los blancos opresores. Styron, quien siempre mantuvo una relación profunda con Fuentes, se dejó tentar por la invitación a conocer Cartagena de Indias, y estuvo varios días sosteniendo largos diálogos con quienes compartimos la emoción que producen sus personajes e historias, oscuros y tortuosos, marcados por la presencia del Mal, el Sur, el Pecado, la Culpa y sobre todo, el Dolor manifestados de distintas y salvajes formas en libros como “Tendido en la oscuridad” (1951), “La larga marcha” (1957), “Esta casa en llamas” (1960) y “Las confesions de Nat Turner” (1967), que despertó la ira y envidia de numerosos escritores sureños que no le perdonaron que un blanco se vistiera con la piel de un negro para contar esas memorias terribles de la insurrección; luego “La decisión de Sophie” en 1979 (Pakula filmaría la película en 1982), quizás su obra maestra y así sucesivamente.
Styron fue feliz en Cartagena de Indias, comió arroz con coco, pescado, patacones de plátano verde, ensalada de aguacate con tomates, cebollas y pepinos, y bebió con moderación el “ron blanco” que sus amigos colombianos y el mexicano le ofrecieron. Antes de marcharse aceptó brindar antes que finalizara el verano en su casa enorme de Martha´s Vineyard, una isla al sur de Boston, Massachusetts, una cena para el presidente Bill Clinton, sus amigos García Márquez, Fuentes y otros personajes con un solo propósito: hablar de literatura, por supuesto, y de paso, temas latinoamericanos del momento. La cena, que ha pasado a la leyenda de la diplomacia de Estados Unidos con sus vecinos latinoamericanos, y la literatura, se realizó bajo la hospitalidad de Styron el 29 de agosto de ese mismo 1994, durante más de cinco horas.
Ya van doce años y muchas cosas han cambiado en la vida de sus protagonistas, pero los detalles han pasado de boca en boca, han sido publicados y corregidos, y dejan la sensación deliciosa de un momento entretenido e inolvidable por la estatura de los invitados (además del presidente, su esposa, su hija y los tres escritores, estaban Lady Di, la dueña del Washington Post, el propietario del New York Times y otros personajes en medio de una las peores crisis cubano-norteamericanas), sus palabras y el buen humor y la inteligencia que marcaron una velada durante la cual fue degustada una cena espléndida: sopa de almejas al estilo de Nueva Inglaterra, pollo frito a la sureña, jamón de Virginia, por supuesto y torta de moras.
Cuando le preguntaron sobre la velada, García Márquez respondió: “La comida fue muy buena pero la conversación fue aún mas sabrosa”. Sus recuerdos serían resumidos en su columna de El País, del 24 de enero de 1999, cuando defendió al amigo de la campaña hipócrita que le montaron luego del episodio con la becaria Mónica Lewinsky. Styron, García Márquez y Fuentes comprobaron que Clinton no solo es un ser humano bueno, sino un excelente lector y un político muy hábil. Intercambiaron opiniones sobre sus lecturas favoritas y cuáles libros hubieran querido escribir (“Huckleberry Finn”, Styron; “El conde de Montecristo”, García Márquez y “Absalón, Absalón”, Fuentes), mientras el presidente confesaba las lecturas de algunos libros de sus invitados.
Liberal convencido, defensor de las minorías raciales y religiosas, declarado el heredero natural del más importante escritor sureño, William Faulkner, Styron creó personajes que reprodujeron algunas de las zonas oscuras de su alma, especialmente ese estado de depresión devastadora que lo llevó a varios intentos de suicidio que desembocaron en un libro sorprendente, “Esa visible oscuridad”, en el que recostruye uno de sus peores episodios en una cena de gala en París, cuando rechaza la comida, se siente envuelto en una gasa oscura y no escucha los aplausos que le rinden.
En ese libro intenta explicarse y explicar a los demás los orígenes de la crisis, agravada quizás al abandonar el alcohol después de cuarenta años de adicción, aunque siempre afirmó que no era alcohólico, sino un buen bebedor. Sabe que algo se ha roto por dentro, bueno, ya llevaba muchos años roto pero ahora las esquirlas lo maltrataban por dentro: “Siento odio por mí mismo, odio la sensación de no ser nadie, odio esta oscuridad que me invade. Siento terror y enajenación. Sofocante ansiedad. Lentitud, semiparálisis. Confusión. Fallas de memoria. Descontrol en mis actos. Dolor indescriptible que no entiendo ni soporto. Desvalido estupor. Pegado a un lecho de clavos. Deseo sexual desaparecido. Los alimentos, sin sabor. Noches enteras desvelado”.
Para superar del todo la depresión, lo contó en ese libro delgado. Se recuperó y dijo que “Muchos han dado testimonio de que la depresión no es invencible. Yo regresé del abismo, salí de las negras profudidades del infierno y emergí por fin a la luz del mundo. Recobré el don de la serenidad y la alegría, y quizás sea el premio por haber soportado la desesperación más allá de la desesperación”.
En el fondo de ese pozo quizás quedó la muerte de su madre. Tenía 11 años y durante mucho tiempo permaneció destrozado y con un terrible sentimiento de culpa. La misma que sintió, siendo marino, cuando regresó con vida de la guerra en Okinawa. Por eso, su primer libro “Tendido en la oscuridad” habla de una familia destrozada por el alcoholismo, el incesto, la locura y el suicidio. Desemboca en el monólogo de la hija, Peyton, minutos antes de saltar por una ventana y matarse.
Sus libros siempre provocaron polémicas. “Las confesiones de Nat Turner” fue atacado, especialmente por los escritores negros y sureños, a quienes el autor respondió con acritud, afirmando que un artista tenía pleno derecho a escribir lo que le provocara, con los elementos que quisiera, y lo mismo ocurrió con “La decisión de Sophie”, cuando analistas judíos criticaron que la sobreviviente del campo de concentración fuera una católica polaca. Las reacciones ante su análisis de la depresión, fueron peores.
Había nacido el 11 de junio de 1925 en Newport News, Virginia y siempre estuvo en el ojo del huracán en defensa de situaciones extremas, como la de los judíos en la Unión Soviética o el caso del maestro acusado de no jurar lealtad a Estados Unidos, o su visita de buena voluntad a Cuba con Arthur Miller.
Una de sus actuaciones públicas más notables se presentó el 24 de septiembre de 1998, cuando a pedido de Jack Lang, suscribió con otros intelectuales del mundo una protesta por el cerco que la intolerancia montó contra el presidente Clinton y el caso Lewinsky. En esa ocasión encabezó el documento que apareció en Le Monde con las firmas de Costa Gavras, Bernardo Bertolucci, Jeanne Moreau, Alain Delon, García Márquez, Gunter Grass, Alvaro Mutis, Antonio Tabucchi, Fuentes, Peter Gabriel y otros famosos para un total de setenta.
Habrá que repasar sus libros, especialmente “La decisión de Sophie” y mirar la película que ganó un Oscar y un Globo de Oro para Streep; recordarlo junto a la piscina del hotel Caribe en Cartagena de Indias, sonriente y tranquilo, soportando el resplandor de las dos de la tarde mientras sus amigos latinos le hacían bromas, o mirarlo como uno de los mejores defensores que han tenido la libertad y la inteligencia en todos estos años, en todos los idiomas.
Por Alberto Duque López
Por muchos motivos el escritor William Styron, fallecido el pasado 1 de noviembre a los 81 años de edad, seguirá siendo recordado durante largo tiempo, no sólo por quienes lo vimos, alto y fornido, al lado de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Werner Herzog y Víctor Nieto junto a la piscina del hotel Caribe, en Cartagena de Indias varios años atrás, sino por miles y miles de lectores, en todos los idiomas, que sintieron y seguirán sintiendo la emoción de haber descubierto el verdadero rostro de la soledad con su libro “Las confesiones de Nat Turner”, o el aroma descompuesto del mal en “La decisión de Sophie”, o el perverso atractivo del suicidio con su delgado volumen “Esa visible oscuridad”, o por la conmovedora película de Alan Pakula y Meryl Streep que nos dejó tantas y amargas enseñanzas.
El encuentro de Cartagena de Indias en marzo de 1994 durante el festival de cine, le sirvió a Styron para recorrer, bajo el sol absolutamente blanco del Caribe, escenarios similares a los que padeció su personaje Nat Turner cuando en agosto de 1831, en Virginia, encabezó la primera y única revuelta de los negros de Estados Unidos contra el poder de los blancos opresores. Styron, quien siempre mantuvo una relación profunda con Fuentes, se dejó tentar por la invitación a conocer Cartagena de Indias, y estuvo varios días sosteniendo largos diálogos con quienes compartimos la emoción que producen sus personajes e historias, oscuros y tortuosos, marcados por la presencia del Mal, el Sur, el Pecado, la Culpa y sobre todo, el Dolor manifestados de distintas y salvajes formas en libros como “Tendido en la oscuridad” (1951), “La larga marcha” (1957), “Esta casa en llamas” (1960) y “Las confesions de Nat Turner” (1967), que despertó la ira y envidia de numerosos escritores sureños que no le perdonaron que un blanco se vistiera con la piel de un negro para contar esas memorias terribles de la insurrección; luego “La decisión de Sophie” en 1979 (Pakula filmaría la película en 1982), quizás su obra maestra y así sucesivamente.
Styron fue feliz en Cartagena de Indias, comió arroz con coco, pescado, patacones de plátano verde, ensalada de aguacate con tomates, cebollas y pepinos, y bebió con moderación el “ron blanco” que sus amigos colombianos y el mexicano le ofrecieron. Antes de marcharse aceptó brindar antes que finalizara el verano en su casa enorme de Martha´s Vineyard, una isla al sur de Boston, Massachusetts, una cena para el presidente Bill Clinton, sus amigos García Márquez, Fuentes y otros personajes con un solo propósito: hablar de literatura, por supuesto, y de paso, temas latinoamericanos del momento. La cena, que ha pasado a la leyenda de la diplomacia de Estados Unidos con sus vecinos latinoamericanos, y la literatura, se realizó bajo la hospitalidad de Styron el 29 de agosto de ese mismo 1994, durante más de cinco horas.
Ya van doce años y muchas cosas han cambiado en la vida de sus protagonistas, pero los detalles han pasado de boca en boca, han sido publicados y corregidos, y dejan la sensación deliciosa de un momento entretenido e inolvidable por la estatura de los invitados (además del presidente, su esposa, su hija y los tres escritores, estaban Lady Di, la dueña del Washington Post, el propietario del New York Times y otros personajes en medio de una las peores crisis cubano-norteamericanas), sus palabras y el buen humor y la inteligencia que marcaron una velada durante la cual fue degustada una cena espléndida: sopa de almejas al estilo de Nueva Inglaterra, pollo frito a la sureña, jamón de Virginia, por supuesto y torta de moras.
Cuando le preguntaron sobre la velada, García Márquez respondió: “La comida fue muy buena pero la conversación fue aún mas sabrosa”. Sus recuerdos serían resumidos en su columna de El País, del 24 de enero de 1999, cuando defendió al amigo de la campaña hipócrita que le montaron luego del episodio con la becaria Mónica Lewinsky. Styron, García Márquez y Fuentes comprobaron que Clinton no solo es un ser humano bueno, sino un excelente lector y un político muy hábil. Intercambiaron opiniones sobre sus lecturas favoritas y cuáles libros hubieran querido escribir (“Huckleberry Finn”, Styron; “El conde de Montecristo”, García Márquez y “Absalón, Absalón”, Fuentes), mientras el presidente confesaba las lecturas de algunos libros de sus invitados.
Liberal convencido, defensor de las minorías raciales y religiosas, declarado el heredero natural del más importante escritor sureño, William Faulkner, Styron creó personajes que reprodujeron algunas de las zonas oscuras de su alma, especialmente ese estado de depresión devastadora que lo llevó a varios intentos de suicidio que desembocaron en un libro sorprendente, “Esa visible oscuridad”, en el que recostruye uno de sus peores episodios en una cena de gala en París, cuando rechaza la comida, se siente envuelto en una gasa oscura y no escucha los aplausos que le rinden.
En ese libro intenta explicarse y explicar a los demás los orígenes de la crisis, agravada quizás al abandonar el alcohol después de cuarenta años de adicción, aunque siempre afirmó que no era alcohólico, sino un buen bebedor. Sabe que algo se ha roto por dentro, bueno, ya llevaba muchos años roto pero ahora las esquirlas lo maltrataban por dentro: “Siento odio por mí mismo, odio la sensación de no ser nadie, odio esta oscuridad que me invade. Siento terror y enajenación. Sofocante ansiedad. Lentitud, semiparálisis. Confusión. Fallas de memoria. Descontrol en mis actos. Dolor indescriptible que no entiendo ni soporto. Desvalido estupor. Pegado a un lecho de clavos. Deseo sexual desaparecido. Los alimentos, sin sabor. Noches enteras desvelado”.
Para superar del todo la depresión, lo contó en ese libro delgado. Se recuperó y dijo que “Muchos han dado testimonio de que la depresión no es invencible. Yo regresé del abismo, salí de las negras profudidades del infierno y emergí por fin a la luz del mundo. Recobré el don de la serenidad y la alegría, y quizás sea el premio por haber soportado la desesperación más allá de la desesperación”.
En el fondo de ese pozo quizás quedó la muerte de su madre. Tenía 11 años y durante mucho tiempo permaneció destrozado y con un terrible sentimiento de culpa. La misma que sintió, siendo marino, cuando regresó con vida de la guerra en Okinawa. Por eso, su primer libro “Tendido en la oscuridad” habla de una familia destrozada por el alcoholismo, el incesto, la locura y el suicidio. Desemboca en el monólogo de la hija, Peyton, minutos antes de saltar por una ventana y matarse.
Sus libros siempre provocaron polémicas. “Las confesiones de Nat Turner” fue atacado, especialmente por los escritores negros y sureños, a quienes el autor respondió con acritud, afirmando que un artista tenía pleno derecho a escribir lo que le provocara, con los elementos que quisiera, y lo mismo ocurrió con “La decisión de Sophie”, cuando analistas judíos criticaron que la sobreviviente del campo de concentración fuera una católica polaca. Las reacciones ante su análisis de la depresión, fueron peores.
Había nacido el 11 de junio de 1925 en Newport News, Virginia y siempre estuvo en el ojo del huracán en defensa de situaciones extremas, como la de los judíos en la Unión Soviética o el caso del maestro acusado de no jurar lealtad a Estados Unidos, o su visita de buena voluntad a Cuba con Arthur Miller.
Una de sus actuaciones públicas más notables se presentó el 24 de septiembre de 1998, cuando a pedido de Jack Lang, suscribió con otros intelectuales del mundo una protesta por el cerco que la intolerancia montó contra el presidente Clinton y el caso Lewinsky. En esa ocasión encabezó el documento que apareció en Le Monde con las firmas de Costa Gavras, Bernardo Bertolucci, Jeanne Moreau, Alain Delon, García Márquez, Gunter Grass, Alvaro Mutis, Antonio Tabucchi, Fuentes, Peter Gabriel y otros famosos para un total de setenta.
Habrá que repasar sus libros, especialmente “La decisión de Sophie” y mirar la película que ganó un Oscar y un Globo de Oro para Streep; recordarlo junto a la piscina del hotel Caribe en Cartagena de Indias, sonriente y tranquilo, soportando el resplandor de las dos de la tarde mientras sus amigos latinos le hacían bromas, o mirarlo como uno de los mejores defensores que han tenido la libertad y la inteligencia en todos estos años, en todos los idiomas.
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"Nativity" tendrá su lanzamiento mundial en el Vaticano
9-XI-06
Siguiendo la senda de "La Pasión de Cristo", el largometraje sobre el nacimiento de Jesucristo, "Nativity", tendrá su avant-premiere mundial en el Vaticano con la posible presencia del Papa Benedicto XVI, buscando así el aval de la Iglesia Católica para esta película que busca emular al film de Mel Gibson.
De acuerdo al distribuidor italiano, Eagle Pictures, "Nativity" tendrá su primera proyección pública el domingo 26 de noviembre en el Hall Pablo VI del Vaticano. A tal evento ha sido invitado el Papa Benedicto XVI como así también la realizadora de esta película, Catherine Hardwicke, directora de "Thirteen / A los trece" y "Los amos de Dogtown", el guionista Mike Rich y Oscar Isaac, actor que interpreta a José. No se ha confirmado la presencia de la encargada de dar vida a la Virgen María, Keisha Castle-Hughes, la revelación de "Whale Rider / Jinete de ballenas", que a sus escasos 16 años está embarazada de su primer hijo.
Para poder acceder a esta exhibición y recibir la correspondiente aprobación del Vaticano, "Nativity" ha sido examinada por las autoridades del Vaticano, incluyendo el Consejo Pontificio de Cultura, el Consejo Pontificio de Comunicación Social y los archivos fílmicos del Vaticano.
La película de New Line Cinema, que será lanzada mundialmente el 1 de diciembre, sigue a María a lo largo de un año, desde que se le anuncia su embarazo, pasando por la decisión de Herodes de asesinar a todos los niños menores de 2 años y el largo peregrinar que inicia con José para dar finalmente a luz a Jesucristo en su humilde pesebre.
"La mayoría de las audiencias van a interesarse por esta película, evocando sus emociones relativas a esta historia y su participación en las memorias religiosas, devoción y reflexión en su fe Cristiana. También muestra una retrospectiva a las narraciones de la infancia de los evangelios según San Mateo y San Lucas, para aquellos que no son Cristianos", detalló sobre el film Signis, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación.
Siguiendo la senda de "La Pasión de Cristo", el largometraje sobre el nacimiento de Jesucristo, "Nativity", tendrá su avant-premiere mundial en el Vaticano con la posible presencia del Papa Benedicto XVI, buscando así el aval de la Iglesia Católica para esta película que busca emular al film de Mel Gibson.
De acuerdo al distribuidor italiano, Eagle Pictures, "Nativity" tendrá su primera proyección pública el domingo 26 de noviembre en el Hall Pablo VI del Vaticano. A tal evento ha sido invitado el Papa Benedicto XVI como así también la realizadora de esta película, Catherine Hardwicke, directora de "Thirteen / A los trece" y "Los amos de Dogtown", el guionista Mike Rich y Oscar Isaac, actor que interpreta a José. No se ha confirmado la presencia de la encargada de dar vida a la Virgen María, Keisha Castle-Hughes, la revelación de "Whale Rider / Jinete de ballenas", que a sus escasos 16 años está embarazada de su primer hijo.
Para poder acceder a esta exhibición y recibir la correspondiente aprobación del Vaticano, "Nativity" ha sido examinada por las autoridades del Vaticano, incluyendo el Consejo Pontificio de Cultura, el Consejo Pontificio de Comunicación Social y los archivos fílmicos del Vaticano.
La película de New Line Cinema, que será lanzada mundialmente el 1 de diciembre, sigue a María a lo largo de un año, desde que se le anuncia su embarazo, pasando por la decisión de Herodes de asesinar a todos los niños menores de 2 años y el largo peregrinar que inicia con José para dar finalmente a luz a Jesucristo en su humilde pesebre.
"La mayoría de las audiencias van a interesarse por esta película, evocando sus emociones relativas a esta historia y su participación en las memorias religiosas, devoción y reflexión en su fe Cristiana. También muestra una retrospectiva a las narraciones de la infancia de los evangelios según San Mateo y San Lucas, para aquellos que no son Cristianos", detalló sobre el film Signis, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación.
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Cine en femenino: El remake de "Mujeres" vuelve a revitalizarse, Ashley Judd debuta como guionista
8-XI-06
- Un nuevo proyecto de larga data parece dispuesto a entrar en producción. El remake de "Mujeres", película realizada por George Cukor en 1939 y que bien podría definirse como la primera chick-flick de la historia, vuelve a revitalizarse con el anuncio de que Diane English, galardonada guionista y productora televisiva, se dispone a debutar como directora con esta historia sobre un grupo de mujeres de la alta sociedad que pasan sus días cotilleando, mientras lidian con sus problemas afectivos, que en principio sólo iba a escribir.
Esta cinta se planea desde mediados de los años 90, por lo cual su reparto ha ido variando conforme avanzaron los tiempos, con excepción de Meg Ryan, quien sigue estando ligada a esta producción. A ella se unirían Lisa Kudrow, que conoce bastante del tema de la amistad y camaradería tras diez temporadas de ser Phoebe Buffay en la serie "Amigos"; Anne Hathaway, muy buscada gracias al suceso de "El diablo viste de Prada" y la veterana Candice Bergen. El rodaje se iniciaría en marzo en Nueva York.
- Ashley Judd ha decidido ampliar su espectro laboral y sumar a su faceta como actriz la de guionista, adaptando nada menos que una novela de época sobre la Inquisición. La intérprete de "Doble traición / Doble riesgo" anunció que adquirió los derechos de la obra "The Burning Time", de Robin Morgan, para convertirla en un guión cinematográfico, donde tendrá la oportunidad de dar rienda suelta a su pasión por la palabra.
"Fracasará espectacularmente o será un suceso modesto", explicó Judd a Comingsoon, adelantando que se tomará el invierno para viajar a sitios como la India y dedicarse enteramente a la escritura de esta historia sobre una mujer irlandesa, Alice Kyteler, que se negó a entregar su tierra y su fe cuando la Inquisición llegó a Irlanda en el siglo XIV. La actriz estrenará este viernes en Estados Unidos "Come Early Morning", ópera prima de la actriz Joey Lauren Adams ("Persiguiendo a Amy").
- Un nuevo proyecto de larga data parece dispuesto a entrar en producción. El remake de "Mujeres", película realizada por George Cukor en 1939 y que bien podría definirse como la primera chick-flick de la historia, vuelve a revitalizarse con el anuncio de que Diane English, galardonada guionista y productora televisiva, se dispone a debutar como directora con esta historia sobre un grupo de mujeres de la alta sociedad que pasan sus días cotilleando, mientras lidian con sus problemas afectivos, que en principio sólo iba a escribir.
Esta cinta se planea desde mediados de los años 90, por lo cual su reparto ha ido variando conforme avanzaron los tiempos, con excepción de Meg Ryan, quien sigue estando ligada a esta producción. A ella se unirían Lisa Kudrow, que conoce bastante del tema de la amistad y camaradería tras diez temporadas de ser Phoebe Buffay en la serie "Amigos"; Anne Hathaway, muy buscada gracias al suceso de "El diablo viste de Prada" y la veterana Candice Bergen. El rodaje se iniciaría en marzo en Nueva York.
- Ashley Judd ha decidido ampliar su espectro laboral y sumar a su faceta como actriz la de guionista, adaptando nada menos que una novela de época sobre la Inquisición. La intérprete de "Doble traición / Doble riesgo" anunció que adquirió los derechos de la obra "The Burning Time", de Robin Morgan, para convertirla en un guión cinematográfico, donde tendrá la oportunidad de dar rienda suelta a su pasión por la palabra.
"Fracasará espectacularmente o será un suceso modesto", explicó Judd a Comingsoon, adelantando que se tomará el invierno para viajar a sitios como la India y dedicarse enteramente a la escritura de esta historia sobre una mujer irlandesa, Alice Kyteler, que se negó a entregar su tierra y su fe cuando la Inquisición llegó a Irlanda en el siglo XIV. La actriz estrenará este viernes en Estados Unidos "Come Early Morning", ópera prima de la actriz Joey Lauren Adams ("Persiguiendo a Amy").
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