Johnny Depp

Michael Douglas y Johnny Depp se preocupan por sus hijos

10-IV-01

Dos astros del cine norteamericano, pese a su diferencia de edad, han coincidido en mostrar su preocupación por la educación y la madurez de sus hijos. Michael Douglas, quien interpreta a un juez cuya hija se droga en "Traffic", ha asegurado que ocultar este tipo de situaciones es contraproducente, y que lo aconsejable es pedir ayuda. El actor y productor sale así al paso del reciente hallazgo de cocaína en posesión de su hijo Cameron, por medio de unas declaraciones a la revista alemana Max. El hijo de Kirk Douglas, uno de cuyos hermanos también tuvo problemas legales con los narcóticos, afirma que no está enfadado con Cameron, de 22 años, y que al contrario, le quiere mucho. "Apenas aparece a tu lado tuyo un padre famoso, de golpe te vuelves invisible, no existes", dice Michael, que también vivió en carne propia esa situación.

Y cuando la droga o la violencia amenazan a tus hijos, quizás escapar del ambiente puede ser una solución. Así lo cree Johnny Depp, quien tiene ahora mismo en pantalla en EEUU la película "Blow", en la que interpreta a un narcotraficante que importó en los 70 toneladas de coca del cartel de Medellín a EEUU. "Estados Unidos es simplemente demasiado peligroso y violento para la familia", declaró el actor, de 37 años, en el estreno de su película.

Depp, que vive con su novia Vanessa Paradis y la hija de ambos Lily-Rose en Francia, considera más dañina la situación de odio y violencia que las drogas: "Los niños pequeños van al colegio armados y disparan a sus compañeros de clase. Tengo una niña de dos años y no quisiera verla crecer con esos pensamientos y temores en la cabeza", comentó Johnny.
Super User
Una de sus nominaciones al Oscar

¡Feliz cumpleaños, Mr.Peck!

5-IV-01

Alto (1,90 m.), guapo, honesto y entrañable, Gregory Peck ha dibujado en sus casi 60 años de carrera como actor una imagen inolvidable. Este jueves 5, cuando cumplió 85 años rodeado de su amplia familia, es difícil olvidar al abogado Atticus Finch de "Matar a un ruiseñor" (la que considera su mejor cinta), el amnésico John Ballentine de "Recuerda", el vaquero McCanles de "Duelo al sol", el periodista Joe Bradley de "Vacaciones en Roma" o el capitán Ahab de "Mobby Dick". Peck, además, compuso personajes reales como los de Abraham Lincoln, el "angel de la muerte" nazi Josef Mengele, el escritor Ambrose Bierce, el general MacArthur o el bíblico rey David.

Homenajeado en los últimos años por festivales como los de Cannes, Berlín o San Sebastián, su avanzada edad nunca ha sido impedimento para que viajara a contar ante privilegiados oídos sus recuerdos como memoria viva de los años dorados de la industria de Hollywood. En los años 40, 50 y 60, Peck trabajó con los más grandes, de Hitchcock a Huston, pasando por King Vidor, Raoul Walsh, William Wyler, Vincente Minnelli, Robert Mulligan, Elia Kazan o Stanley Donen.

Presentado en su día como "el hombre más atractivo de Hollywood", no descansó hasta demostrar que poseía los resortes dramáticos de los mejores intérpretes clásicos, y que podía incorporar a los más complicados personajes. Hijo de un farmacéutico californiano, empezó a hacer teatro mientras estudiaba medicina en Berkeley. Debutó en el cine a mediados de la década de los 40, y seis años después logró su primera candidatura al Oscar por "Las llaves del reino". Repetiría los dos años siguientes con "El despertar" y "La barrera invisible", y en 1950 con "Almas en la hoguera", pero hasta su quinta candidatura no logró la ansiada estatuilla, de la mano de su papel de abogado anti-racista en "Matar a un ruiseñor". Deseamos larga vida a quien tan buenos momentos nos ha hecho pasar en la pantalla.
© Redacción-NOTICINE.com
En la gala de clausura

Raquel Welch: "Las películas se han desvinculado de mí"

2-IV-01

Una, a sus 61 años, todavía exuberante Raquel Welch acudió a clausurar la II Edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria para recibir un homenaje a toda su carrera y unir las huellas de sus manos a las de estrellas como Alberto Sordi y Concha Velasco. La rueda de prensa estaba a rebosar y Raquel Welch mostró, en todo momento, un humor que, como ella dijo, hubiese querido demostrar más a menudo en la gran pantalla. Pues es en la comedia, tras el rodaje de "Los tres Mosqueteros", por la que recibió el Globo de Oro, donde ella se siente más cómoda. Precisamente, su última película titulada "La Boda" se encuentra dentro de este género. Está muy ilusionada con este proyecto a pesar de que sus compañeros de reparto, para los que no hubo más que alabanzas, son totalmente desconocidos.


La actriz se quejó de que ya no se hacen películas para "sex symbols", porque la industria cinematográfica no las fabrica. " No me he estado desvinculando del mundo del cine, sino que las películas son las que se han desvinculado de mí...". "Siempre he sido muy valiente y me he arriesgado más que he pensado a la hora de elegir mis papeles...". Por eso no dudó en aceptar el que para ella es su film más importante, " Los Tres Mosqueteros".

En su segunda visita a la isla, tras casi 30 años, quiso dejar una huella aún más profunda, y se inclinó ante los periodistas presentes para hundir sus manos en el que será un nuevo paseo de las estrellas. Con algun a dificultad, debida a su agradecido escote y a la estrechez de su falda, volvió a mostrar su simpatía y, ante todo, buen estado físico.



En la Gala de Clausura, junto al actor canario Jose Manuel Cervino, Raquel Welch se convirtió en el centro indiscutible de todas las miradas. Una mujer visiblemente emocionada subió al escenario a recibir su Lady Harimaguada, con la que casi sufre un pequeño accidente, por su trayectoria cinematográfica. A pesar de tener el discurso de agradecimiento escrito en castellano, la actriz tuvo que terminarlo en su idioma natal, debido a la congoja que para ella supuso recibir ese premio. Un homenaje que esta legendaria "Sex symbol" tardará mucho tiempo en olvidar.
© M.Gutiérrez y M.Martín (Las Palmas)-NOTICINE.com
La actriz levanta pasiones

Un enamorado italiano acosa a Sharon Stone

29-03-01Definitivamente, "ya es primavera..." como Sharon Stone promueve en unos anuncios televisivos de grandes almacenes que se emiten en las televisiones españolas. Y sabemos que la primavera la sangre altera... mucho más si se tiene un carácter de ardiente latino. La justicia norteamericana ha dictado una norma que prohibe al ciudadano italiano de 32 años Agostino P'omato acercarse a menos de cien metros de Stone y su familia, después de que el pasado día 19 llegara a casa de la actriz en Los Angeles con intención de "llevársela".

El señor P'omato, que no debe de andar bien de la cabeza (no por gustarle Sharon, sino por las consecuencias de su pasión), dijo a una empleada de la protagonista de "Instinto básico" que "había venido especialmente de Italia para casarse con ella" y que había venido a "llevarse a Sharon Stone". Total, que hubo que llamar a la policía, porque el fogoso italiano no sólo no se iba, sino que como Stone acababa de llegar, se fue tras ella. Su chofer y dos jardineros tuvieron que sujetarle para impedir que se acercara a ella.

La policía llegó finalmente y se llevó a P'omato a un centro psiquiátrico. Mientras se ha decretado la fecha del 17 de abril para celebrar el juicio contra el admirador europeo, el juez ha dictado la orden de que no se acerque a menos de 100 metros de la actriz, ya sea en su casa o allí donde trabaje. Sharon Stone, casada desde hace casi tres años con el periodista Phil Bronstein, tiene una casa en la ciudad de su marido, San Francisco, pero pasa temporadas en su antigua residencia de Los Angeles por motivos de trabajo.
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Gladiador

OPINION: La previsible noche del tío Oscar

27-III-01Al menos la 73 ceremonia de entrega de los Premios Oscar fue la más corta de la última década: solamente tres horas con veintitrés minutos. Un aliciente más que refrescante ante una noche acechada por el tedio de lo previsible. La auto-celebración anual de la industria de Hollywood permitió en esta ocasión -como hace un año lo hiciera con Pedro Almodóvar y hace dos con Roberto Benigni- la presencia de un par de docenas de personalidades del cine asiático comandadas por el realizador Ang Lee; tan fuerte era esa presencia que, toda una novedad, incluso una de las jóvenes que asisten sobre el escenario a presentadores y ganadores portaba un hermoso par de ojos rasgados. “El tigre y el dragón” terminó llevándose cuatro estatuillas -incluyendo el Oscar a Mejor Película Extranjera, culminando de esa manera una exitosa campaña de comunión Oriente-Occidente que puede tener -y de seguro, tendrá- más de un ejemplo continuador.

Cuanto mal pueda esta nueva prosapia de cine asiático “occidentalizado” hacerle a las cinematografías emergentes de esa zona -en particular, la coreana y tailandesa, dos de los sitios geográficos donde se produce el cine más interesante de la actualidad- todavía está por verse.

Quizá la gran perdedora de la velada haya sido “Gladiador”. Al final de la noche, la epopeya épica con Russell Crowe -quien merecería ganar un premio especial a la Mejor Cara Enojosa de la Noche- había ganado en sólo cinco de los doce rubros nominados; el film que aparecía como favorito apenas si superó en una estatuilla a “Traffic” y al mencionado film de Ang Lee. Los “números fijos”, por utilizar una expresión de los apostadores que hace mención a los ganadores seguros, fueron las estrellas de la noche: Julia Roberts como Mejor Actriz, Steven Soderbergh como Mejor Director, “Gladiador” como Mejor Película, etcétera, hicieron que esta noche de los Oscar fuera, con poco margen de diferencia, una de las menos estimulantes de los últimos años. Ante tanto tedio, al menos la conducción de Steve Martín fue ácida y divertida y los números musicales más interesantes que en ceremonias anteriores, en particular los de Björk y Bob Dylan, en directo desde Australia. En definitiva, poca cosa ante semejante despliegue de lentejuela y traje Armani. Poco arte cinematográfico. Pero, nuevamente, ¿acaso los “Premios de la Academia” fueron alguna vez otra cosa?
© Diego Brodersen-NOTICINE.com