Hollywood y Washington: juntos contra el terrorismo
- por © Ursula Albrecht-NOTICINE.com
7-VI-02
El 11 de septiembre dejó marcado a todo el mundo, sobre todo a los norteamericanos, cuyos ciudadanos desde entonces padecen todos del mismo síntoma: patriotismo sin límites. Esto incluye a Hollywood, cuya industria cinematográfica ha respondido a la llamada contra el terrorismo, haciéndose más conservadora. El gobierno norteamericano muestra su interés en la meca del cine, como emisor de mensajes que llegan al mundo entero. El objetivo es mejorar las relaciones entre el gobierno de los Estados Unidos y la capital del entretenimiento. Hollywood satisface al público hambriento de ver películas de carácter bélico que muestran a los norteamericanos como grandes héroes invencibles, y a menos de un año de los acontecimientos del 11-S, varias de esas cintas ya han pasado por las salas comerciales.
No siempre visten uniforme. El último éxito de taquilla, "The sum of all fears" muestra a un hábil agente (Jack Ryan) precisamente en tiempos en los que los servicios secretos están en entredicho. Muchos pensaban que el reflejo de un gran atentado en la pantalla asustaría al público o le traería malos recuerdos, pero al contrario, los espectadores han apreciado una historia en la que las pérdidas de hoy significan la victoria de mañana.
Las nuevas tendencias políticas de Hollywood se hicieron por primera vez notables en 2000, despúes que George W. Bush obtuvo un gran apoyo económico para su campaña electoral en un terreno hasta entonces proclive sobre todo a los demócratas. Ahora, despúes de los atentados terroristas islámicos, la "fábrica de los sueños" estadounidense se muestra más política que nunca, influyendo al espectador con una "refundada" ideología conservadora que se ve reflejada en sus proyectos para la pantalla grande.
Este "trabajar mano a mano" entre Hollywood y Washington no es una novedad, ya que durante la segunda Guerra Mundial mostraron también esta unidad. Hoy, la Casa Blanca muestra un gran interés de ver su lucha antiterrorista proyectada en el cine, alentando el espíritu patriótico y conservador. Sin embargo, Hollywood se reserva su libertad artística, cosa que no pasaba en los años 40, cuando los directores de moda hacían películas a petición del ejército.
Más de la mitad de la población estadounidense quiere ver películas basadas en el 11 de septiembre, según una encuesta realizada este mes. Sobre todo si muestran el heroísmo de los pasajeros de los vuelos suicidas y si se cuenta la vida de las víctimas. La encuesta revela también que la misma cantidad de cuidadanos no tiene interés en escuchar a estrellas de cine hablando de política, como lo hicieron Susan Sarandon, Tim Robbins o Cher durante la celebraciónes del Oscar. Poco aprecio reciben también los actores Jane Fonda y Alec Baldwin por sus ideas progresistas. Este último había dicho que los hechos del 11 de septiembre merecían ser considerados en Estados Unidos, en más de un sentido, como ataques a la democracia de consecuencias similares a las que provocó el controvertido recuento de votos en Florida que le dio a Bush su ajustada victoria electoral sobre el demócrata Al Gore. Arnold Schwarzenegger y Oprah Winfrey a su vez cuentan con una gran popularidad por parte de la población.
El patriotismo frenético que se mostró en la población estadounidense después del trágico día, fue aprovechado por el gobierno. Aparicieron muchas películas de carácter bélico, que hicieron que los norteamericanos se aferraran más a su patria. La industria cinematográfica en Norteamerica, apoyada por la Casa Blanca, ahora se concentra en subrayar la nueva ruta ideológica, mostrando películas de guerra cómo "Black Hawk derribado", "We were soldiers", "Tras líneas enemigas" y "Windtalkers". La televisión a su vez se muestra también muy política, pero con una ideología más abierta que la que enseña el cine. En la pequeña pantalla, por ejemplo, se pueden ver series sobre el ex alcalde de Washington Marion Barry (protagonizado por Jamie Foxx) y Rudolph Giuliani (James Woods). También se ve ahí una de las series más exitosas de los últimos tiempos: "The west wing" con Martin Sheen como presidente de los Estados Unidos.
El 11 de septiembre dejó marcado a todo el mundo, sobre todo a los norteamericanos, cuyos ciudadanos desde entonces padecen todos del mismo síntoma: patriotismo sin límites. Esto incluye a Hollywood, cuya industria cinematográfica ha respondido a la llamada contra el terrorismo, haciéndose más conservadora. El gobierno norteamericano muestra su interés en la meca del cine, como emisor de mensajes que llegan al mundo entero. El objetivo es mejorar las relaciones entre el gobierno de los Estados Unidos y la capital del entretenimiento. Hollywood satisface al público hambriento de ver películas de carácter bélico que muestran a los norteamericanos como grandes héroes invencibles, y a menos de un año de los acontecimientos del 11-S, varias de esas cintas ya han pasado por las salas comerciales.
No siempre visten uniforme. El último éxito de taquilla, "The sum of all fears" muestra a un hábil agente (Jack Ryan) precisamente en tiempos en los que los servicios secretos están en entredicho. Muchos pensaban que el reflejo de un gran atentado en la pantalla asustaría al público o le traería malos recuerdos, pero al contrario, los espectadores han apreciado una historia en la que las pérdidas de hoy significan la victoria de mañana.
Las nuevas tendencias políticas de Hollywood se hicieron por primera vez notables en 2000, despúes que George W. Bush obtuvo un gran apoyo económico para su campaña electoral en un terreno hasta entonces proclive sobre todo a los demócratas. Ahora, despúes de los atentados terroristas islámicos, la "fábrica de los sueños" estadounidense se muestra más política que nunca, influyendo al espectador con una "refundada" ideología conservadora que se ve reflejada en sus proyectos para la pantalla grande.
Este "trabajar mano a mano" entre Hollywood y Washington no es una novedad, ya que durante la segunda Guerra Mundial mostraron también esta unidad. Hoy, la Casa Blanca muestra un gran interés de ver su lucha antiterrorista proyectada en el cine, alentando el espíritu patriótico y conservador. Sin embargo, Hollywood se reserva su libertad artística, cosa que no pasaba en los años 40, cuando los directores de moda hacían películas a petición del ejército.
Más de la mitad de la población estadounidense quiere ver películas basadas en el 11 de septiembre, según una encuesta realizada este mes. Sobre todo si muestran el heroísmo de los pasajeros de los vuelos suicidas y si se cuenta la vida de las víctimas. La encuesta revela también que la misma cantidad de cuidadanos no tiene interés en escuchar a estrellas de cine hablando de política, como lo hicieron Susan Sarandon, Tim Robbins o Cher durante la celebraciónes del Oscar. Poco aprecio reciben también los actores Jane Fonda y Alec Baldwin por sus ideas progresistas. Este último había dicho que los hechos del 11 de septiembre merecían ser considerados en Estados Unidos, en más de un sentido, como ataques a la democracia de consecuencias similares a las que provocó el controvertido recuento de votos en Florida que le dio a Bush su ajustada victoria electoral sobre el demócrata Al Gore. Arnold Schwarzenegger y Oprah Winfrey a su vez cuentan con una gran popularidad por parte de la población.
El patriotismo frenético que se mostró en la población estadounidense después del trágico día, fue aprovechado por el gobierno. Aparicieron muchas películas de carácter bélico, que hicieron que los norteamericanos se aferraran más a su patria. La industria cinematográfica en Norteamerica, apoyada por la Casa Blanca, ahora se concentra en subrayar la nueva ruta ideológica, mostrando películas de guerra cómo "Black Hawk derribado", "We were soldiers", "Tras líneas enemigas" y "Windtalkers". La televisión a su vez se muestra también muy política, pero con una ideología más abierta que la que enseña el cine. En la pequeña pantalla, por ejemplo, se pueden ver series sobre el ex alcalde de Washington Marion Barry (protagonizado por Jamie Foxx) y Rudolph Giuliani (James Woods). También se ve ahí una de las series más exitosas de los últimos tiempos: "The west wing" con Martin Sheen como presidente de los Estados Unidos.