Woody Allen, galardonado con el español Premio Príncipe de Asturias de las Artes

por © Redacción-NOTICINE.com
Con la Palma de las Palmas, en Cannes
Con la Palma de las Palmas, en Cannes
En su primera épocaCon la Palma de las Palmas, en Cannes4-VI-02

El director, actor y guionista norteamericano Woddy Allen ha sido agraciado este martes en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2002, dotado con 50.000 euros. El neoyorquino fué seleccionado por el jurado, a propuesta del también cineasta Gonzalo Suárez, "su gran talento creador y su trabajo como escritor, guionista, actor y director cinematográfico, expresado en las 32 películas que lleva realizadas hasta el momento, han hecho de él un hombre clave en el último tercio de la historia del cine". El jurado además aseguro que sus films ayudan a conseguir una unión entre la cinematografía americana y europea.

El pasado mayo el "neurótico" cineasta volvió a sorprender al inaugurar personalmente el Festival de Cannes con su película "Hollywood Ending", evento al cuál nunca había asistido en persona. Su estilo propio, su sensibilidad y su sentido crítico e irónico ayudaron al afamado director de "Hanna y sus hermanas" a obtener este premio. Esta es la cuarta vez que un cineasta obtiene el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, que ya ha asegurado acudirá a recoger en persona.

Ninguna otra figura cinematográfica ha hecho tanto por la psiquiatría moderna como Woody Allen. Los psicoanalistas deberían tener una foto suya en la pared de su despacho. Este escritor, actor y realizador bajito, judío, tímido, quisquilloso, enamoradizo e hipocondríaco se ha hecho a sí mismo, ha construido un personaje que ha devorado al auténtico creador.

Woody Allen nació el 18 de enero de 1935 en Brooklyn, el barrio judío de Nueva York. Tanto uno como otra tienen una presencia preponderante en su obra. En el barrio pasó sus primeras dos décadas de vida. Fue cómico de cabaret, radio y TV. Vendió chistes para otros y entró en el cine por el camino de la escritura. Aunque alguna vez haya dicho que no le importaría que Dustin Hoffman u otro actor hubieran interpretado los papeles de su carrera como actor, Woody resultaba gracioso no sólo por sus escritos o improvisaciones. Su peculiar aspecto ya invitaba a la sonrisa.

De hecho, cuando debutó en el cine, lo hizo en una doble faceta: guionista y actor. Fue en "¿ Qué tal Pussicat?" (1965), de Clive Donner. Como realizador, se estrenó cuatro años después con "Toma el dinero y corre". Le seguirían "Bananas", "Sueños de seductor" (realizada por Herbert Ross), "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero temía preguntar" o "El dormilón". Para algunos, alcanzó la madurez o la cúspide de su éxito con "Annie Hall" (1977). A partir de ahí, hizo periódicas incursiones fuera del humor, en un cine de estilo bergmaniano, con "Interiores" u "Otra mujer". Sus más recientes comedias han tenido mucha mejor acogida en Europa que en Estados Unidos, donde ya casi ningún gran estudio confía en sus posibilidades comerciales. "Misterioso asesinato en Manhattan", "Todos dicen I love you", "Poderosa Afrodita", "Desmontando a Harry", "Celebrity", "Acordes y desacuerdos", "Granujas de medio pelo", "La maldición del escorpión de jade"... han sido sus últimos títulos que han triunfado en Europa. También ha vuelto a dejarse dirigir por otros cineastas, como en "Picking up the pieces", de Alfonso Arau, y "Lío en La Habana".

Allen tiene tras de sí muchas estimables comedias. Su influencia sobre artistas de todo el mundo es indudable. Los hermanos Marx y él han contagiado su humor corrosivo, iconoclasta y nada autocomplaciente a varias generaciones.