Whitaker: "El Oscar supondría dar más perfil a mi trabajo y tener más ojos observando, pero no cambiaría mis elecciones profesionales"

por © Redacción-NOTICINE.com
El actor con McAvoy en otra imagen del film
El actor con McAvoy en otra imagen del film
El actor con McAvoy en otra imagen del film21-II-07

Forest Whitaker llegó a Madrid como parte de la gira de promoción de "El último rey de Escocia", que el próximo viernes se estrena en las pantallas españolas, justo a tiempo para que el público local pueda gozar de la interpretación de este veterano de Hollywood, antes de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas -seguramente- le premie el domingo siguiente con el Oscar de mejor actor.

Un cuarto de siglo lleva Whitaker en el mundo del cine, esencialmente como actor, aunque en los últimos años también ha asumido tareas de director y productor, pero es con su retrato del dictador ugandés Idi Amin con el que ha logrado el reconocimiento de la industria, pese a que en su haber se pueden señalar películas como "Bird", "Juego de las lágrimas" o "Ghost Dog, el camino del Samurai". "El Oscar supondría dar más perfil a mi trabajo y tener más ojos observando, pero no cambiaría mis elecciones profesionales", afirmó Whitaker en su comparecencia ante la prensa en España, detallando cuáles son las características que busca en cada proyecto para involucrarse en él: "Primero, el personaje, porque tengo que vivir con él durante un tiempo y debe ayudarme a crecer como actor y, por tanto, ser un desafío. Luego, tengo en cuenta con quién trabajo. Pero mis elecciones siempre son instintivas, me salen desde dentro".

Whitaker llegó al país proveniente de Uganda, donde acudió junto al realizador Kevin MacDonald y su compañero de reparto James McAvoy a la que sin duda ha sido la premiere más trascendente, contando con la presencia de su presidente. Allí pudo palpar la conmoción de la población al ver retratado al dictador que causó la muerte de más de 400.000 personas, que en la cinta -basada en la novela de Giles Foden- se enseña desde el punto de vista de un médico escocés que llega a Uganda en los años 70, con el cual Amin traba amistad, para luego ir desmenuzando cómo la fascinación inicial por un líder con indudable carisma, deviene en temor y horror ante la atrocidad de sus actos.

"Hablé con muchísima gente que lo conoció de niño, al crecer...Sabía que, en un hombre como él, tan oscuro, había que buscar en sus primeros tiempos, cuando era una persona con luz, para comprender sus motivaciones y poder retratarlo como un ser humano", señaló Whitaker acerca de la preparación para dar vida a su personaje, que además estudió por medio de decenas de vídeos para captar la forma de dirigirse a la gente. El actor comentó además que aún hoy en día, en Uganda Amin genera sentimientos encontrados, ya que pese a su sangrienta dictadura liberó a su pueblo del dominio británico.

"No sé si es el papel de mi vida", confió Whitaker, de 45 años, pese a lo que se pueda asumir ante un rol que es de esa clase de "papelazos" que marcan una carrera. Siendo un veterano del cine, su objetivo pasa más que por el reconocimiento, por continuar la senda que se marcó, proseguir ese "viaje maravilloso", como define a su trayectoria, que le ha llevado a "trabajar con grandes directores y encarnar papales interesantes sin repetirme, sin encasillarme".