Perfil: Susan Sarandon, actriz de carácter y compromiso
- por © Redacción-NOTICINE.com
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Cada vez que Susan Sarandon sube al escenario de una entrega de los Oscars, los espectadores sabemos que la actriz pondrá un instante de realidad en medio de esa burbuja con algún tipo de referencia a un acontecimiento político y/o social que se encuentre en la opinión pública. Es que esta neoyorquina -característica que no es menor- se ha forjado una imagen de mujer comprometida social y políticamente que la aleja de la frivolidad de sus colegas de la costa oeste de Estados Unidos y complementa su talento como intérprete. Hoy miércoles 4 de octubre, Susan Abigail Tomalin -tal el nombre que indica su partida de nacimiento-, cumple 60 años sin ceder un ápice de sus convicciones.
La inserción de Sarandon en el cine, es una de esas historias típicas del mundo del espectáculo. La joven Susan acompañó a su marido, el actor Chris Sarandon -de allí su apellido artístico-, a un casting para el film "Joe, ciudadano americano" (1970). El resultado fue el que se puede adivinar: Chris no fue elegido y Susan, sin experiencia en el campo de la actuación, fue seleccionada para uno de los roles principales. A partir de allí, su destino quedó sellado y Sarandon sería actriz.
Fue en 1975 que la intérprete lograría su primer personaje de relevancia: Janet en "The Rocky Horror Picture Show" (1975), film de culto en el cual también debía cantar. Más tarde llegarían "La pequeña", "Atlantic City", que le valdría su primera nomianción al Oscar, y "El ansia", donde compartía una inolvidable escena de cama con una inmortal Catherine Deneuve. Sin embargo no sería hasta 1988 con "Los búfalos de Durham", en que su carrera tomara verdadero impulso, provocando además un cambio en su vida personal, ya que en esta comedia romántica deportiva ambientada en el mundo del béisbol, coincidiría con Tim Robbins, su pareja desde entonces.
La fama y el prestigio llegarían unidos en una sola cinta que no necesita presentación: "Thelma y Louise", de Ridley Scott. Allí era Louise, que junto a la Thelma de Geena Davis salían a las rutas americanas en busca de libertad. "Me sorprendió que el film tocara un nervio primario. Sabía cuando estábamos filmando que sería algo diferente, inusual y, esperaba, que entretenido. ¿Pero sorprendente? Supongo que darle a la mujer la opción de la violencia fue algo duro de aceptar para mucha gente", comentó Sarandon sobre esta película, que le otorgó su segunda nominación al Oscar y le proporcionó introducirse en trabajos más comprometidos.
"Lorenzo's oil: el aceite de la vida" y "El cliente" volverían ha otorgarle posibilidades de llevarse la estatuilla dorada a casa, que finalmente recogería por "Pena de muerte (Dead Man Walking)", donde era una monja que entablaba una relación de entendimiento con un condenado a muerte, que contaba con la dirección de Robbins y provocó la reapertura del debate sobre este tema.
Desde entonces se la ha visto en "Quédate a mi lado", "Illuminata", "Abajo el telón", "A cualquier otro lugar", "El secreto de Joe Gould", "Amigas a la fuerza", "Shall we dance? (¿Bailamos?)", "Alfie" o "Elizabethtown", películas menores o comerciales que aún así presentan esos retos personales que debe poseer cada proyecto, para quitarla a Sarandon de su "paraíso doméstico", como gusta definir a su tranquila vida junto a Robbins y sus tres hijos, Eva Amurri (nacida de su relación con Franco Amurri), Jack y Miles (con Robbins), en su Nueva York natal.
"Nunca estudié actuación. No pienso que actuar sea algo difícil de hacer. Sobrevivir como actor es difícil, y sobrevivir como actriz es aún más difícil. Aprendí todo trabajando", comentó en su paso por el último Festival de Mar del Plata esta actriz con talento natural y una visión muy lúcida del mundo que la rodea, que no ha dudado en levantar su voz contra la administración Bush y la guerra de Irak en medio de la ola de nacionalismo nacida post 11-S, aceptando las consecuencias de sus acciones.
Con agenda completa con diversos proyectos por realizar, parece cumplirse aquello que alguna vez Sarandon dejó deslizar con la ironía que la caracteriza: "Las buenas y malas noticias son que Hollywood no es político. Por lo único que te castigan es por envejecer y engordar".
Cada vez que Susan Sarandon sube al escenario de una entrega de los Oscars, los espectadores sabemos que la actriz pondrá un instante de realidad en medio de esa burbuja con algún tipo de referencia a un acontecimiento político y/o social que se encuentre en la opinión pública. Es que esta neoyorquina -característica que no es menor- se ha forjado una imagen de mujer comprometida social y políticamente que la aleja de la frivolidad de sus colegas de la costa oeste de Estados Unidos y complementa su talento como intérprete. Hoy miércoles 4 de octubre, Susan Abigail Tomalin -tal el nombre que indica su partida de nacimiento-, cumple 60 años sin ceder un ápice de sus convicciones.
La inserción de Sarandon en el cine, es una de esas historias típicas del mundo del espectáculo. La joven Susan acompañó a su marido, el actor Chris Sarandon -de allí su apellido artístico-, a un casting para el film "Joe, ciudadano americano" (1970). El resultado fue el que se puede adivinar: Chris no fue elegido y Susan, sin experiencia en el campo de la actuación, fue seleccionada para uno de los roles principales. A partir de allí, su destino quedó sellado y Sarandon sería actriz.
Fue en 1975 que la intérprete lograría su primer personaje de relevancia: Janet en "The Rocky Horror Picture Show" (1975), film de culto en el cual también debía cantar. Más tarde llegarían "La pequeña", "Atlantic City", que le valdría su primera nomianción al Oscar, y "El ansia", donde compartía una inolvidable escena de cama con una inmortal Catherine Deneuve. Sin embargo no sería hasta 1988 con "Los búfalos de Durham", en que su carrera tomara verdadero impulso, provocando además un cambio en su vida personal, ya que en esta comedia romántica deportiva ambientada en el mundo del béisbol, coincidiría con Tim Robbins, su pareja desde entonces.
La fama y el prestigio llegarían unidos en una sola cinta que no necesita presentación: "Thelma y Louise", de Ridley Scott. Allí era Louise, que junto a la Thelma de Geena Davis salían a las rutas americanas en busca de libertad. "Me sorprendió que el film tocara un nervio primario. Sabía cuando estábamos filmando que sería algo diferente, inusual y, esperaba, que entretenido. ¿Pero sorprendente? Supongo que darle a la mujer la opción de la violencia fue algo duro de aceptar para mucha gente", comentó Sarandon sobre esta película, que le otorgó su segunda nominación al Oscar y le proporcionó introducirse en trabajos más comprometidos.
"Lorenzo's oil: el aceite de la vida" y "El cliente" volverían ha otorgarle posibilidades de llevarse la estatuilla dorada a casa, que finalmente recogería por "Pena de muerte (Dead Man Walking)", donde era una monja que entablaba una relación de entendimiento con un condenado a muerte, que contaba con la dirección de Robbins y provocó la reapertura del debate sobre este tema.
Desde entonces se la ha visto en "Quédate a mi lado", "Illuminata", "Abajo el telón", "A cualquier otro lugar", "El secreto de Joe Gould", "Amigas a la fuerza", "Shall we dance? (¿Bailamos?)", "Alfie" o "Elizabethtown", películas menores o comerciales que aún así presentan esos retos personales que debe poseer cada proyecto, para quitarla a Sarandon de su "paraíso doméstico", como gusta definir a su tranquila vida junto a Robbins y sus tres hijos, Eva Amurri (nacida de su relación con Franco Amurri), Jack y Miles (con Robbins), en su Nueva York natal.
"Nunca estudié actuación. No pienso que actuar sea algo difícil de hacer. Sobrevivir como actor es difícil, y sobrevivir como actriz es aún más difícil. Aprendí todo trabajando", comentó en su paso por el último Festival de Mar del Plata esta actriz con talento natural y una visión muy lúcida del mundo que la rodea, que no ha dudado en levantar su voz contra la administración Bush y la guerra de Irak en medio de la ola de nacionalismo nacida post 11-S, aceptando las consecuencias de sus acciones.
Con agenda completa con diversos proyectos por realizar, parece cumplirse aquello que alguna vez Sarandon dejó deslizar con la ironía que la caracteriza: "Las buenas y malas noticias son que Hollywood no es político. Por lo único que te castigan es por envejecer y engordar".