Perfil: John Huston, adorable salvaje
- por © NOTICINE.com
4-VIII-06
Por Alberto Duque
Dicen que los directores de cine se parecen a sus personajes, ¿o al revés?. El caso es que uno piensa en John Huston, quien este 5 de agosto estaría cumpliendo cien años tormentosos y lo comprueba y descubre que existen numerosos elementos comunes entre este escritor, bebedor, mujeriego, director, guionista, pésimo padre, buen amigo y obsesionado (lo mismo que su compinche Ernest Hemingway) con la muerte, la soledad, el dolor y otros elementos nostálgicos, destructores y amargos que dominan su filmografía, considerada una de las más personales y valiosas de todos los tiempos, y los antihéroes de sus historias.
Numerosos elementos comunes entre ese irrascible, vociferante, dominante, celoso y obsesivo Huston y los personajes de sus principales películas, como: el cínico enamorado de “Los Muertos”, 1987; el cónsul derrotado de “Bajo el Volcán”, 1984; el predicador de “Sangre Sabia”, 1979; el monarca soñador de “El hombre que quería ser rey”, 1975; el boxeador perdido de “Fat City”, 1972; el marido celoso de “Reflejos en tus ojos dorados”, 1967; el predicador y obsesionado sexual de “La noche de la iguana”, 1964; el jinete que descubre tardíamente la mujer de sus sueños en medio del desierto en “The Misfits”, 1961; el capitán Ahab, amarrado al lomo de la ballena blanca y asesina en “Moby Dick”, 1956; el otro capitán derrotado de ese barco perdido en un río sin orillas en “La reina africana”, 1951; el pintor desquiciado en “Moulin Rouge”; el soldado idealista en “La roja insignia del valor”, 1951; el hampón dominante en “Key Largo”, 1948; el rastreador extraviado en “El tesoro de la Sierra Madre”, 1948…y por supuesto, el investigador privado que ya no tiene esperanza alguna, en “El halcón maltés”, 1941.
Los personajes masculinos de las películas de Huston son reales, auténticos, tienen carne y huesos que el espectador puede tocar, huelen a sudor, semen, tabaco, alcohol, pólvora, marihuana y perfumes baratos porque el escritor, productor y director era como ellos, se sentía mirándose en espejos que rompía al finalizar los rodajes porque le incomodaba verse multiplicado en esos boxeadores, navegantes, detectives, cazadores, estafadores.
Por eso, tantos años después de su desaparición física (28 de agosto de 1987), lo recordamos con sorpresa y admiración, al comprobar que sus películas principales siguen frescas, agresivas, cargadas de ironía y humor muy negro, con esos personajes que sienten el peso del destino sobre sus hombros, saben que no hay perdón ni redención posibles, y sin embargo, sin arrepentirse de nada, siguen con sus vidas peligrosas porque, no solo tienen los peores oficios (boxeadores, predicadores, cazadores, balleneros, tahúeres, buscadores de oro o soñadores), sino la decisión de buscar la muerte como solución a todos sus conflictos. Sin pensarlo ni dudarlo.
Como parte del homenaje internacional a John Huston, la cadena de cable TCM, especializada en clásicos del cine, dedica todos los sábados de agosto a compartir algunos de los títulos más sugestivos de su carrera, comenzando el 5 con “El halcón maltés”, “El tesoro de la Sierra Madre”, “Fat City” y “La lista de Adrian Messenger”, una detrás de la otra, enriquecidas con el reportaje con su hija Anjelica. Los otros sábados la programación abarca “La reina africana”, “La noche de la iguana”, “La jungla de asfalto”, “Cayo Largo”, “Moulin Rouge”, “Freud” y “Los inadaptados” entre otros títulos.
Pocos directores y escritores vivieron de manera tan profunda y devastadora como John Huston y Ernest Hemingway. Por eso fueron tan amigos, tan cómplices, tan identificados con lo que buscaron a través del cine y la literatura, empeñados en lograr un lenguaje tan personal que sus historias, aunque tuvieron distintas fuentes (la mayoría de las películas del uno se basaron en libros ajenos y era un guionista excelente que lograba estupendas adaptaciones), siempre impactaron al espectador por la simplicidad de su narrativa, lo mismo que Hemingway logró con su prosa.
Casado en cinco ocasiones, dos de sus cuatro hijos son destacados actores (Anjélica y Danny), y directores importantes. Su autobiografía “A corazón abierto” contiene tantas exageraciones, bromas e indulgencias personales que los amigos siempre le preguntaron sobre quién era.
Bebedor, mujeriego, rudo en sus maneras personales, siempre con un tabaco encendido, impaciente, dominante (en una ocasión su esposa Evelyn se quejó de un mono que tenían en casa y le dio a escoger quién se iba, o ella, o el animal. Huston no lo dudó: se iba ella. Hijo de Walter Huston, uno de los grandes actores de Hollywood, lo inmortalizó con su personaje de “El tesoro de la Sierra Madre” y otros papeles. En la historia de Hollywood es el único director que ha conseguido un Oscar para el padre y otro para la hija en películas compartidas.
Bajo su dirección, actores como Sidney Greenstreet, Walter Huston, Claire Trevor, Sam Jaffe, Humphrey Bogart, Katharine Hepburn, José Ferrer, Colette Marchand,Deborah Kerr, Grayson Hall, Susan Tyrrell, AlbertFinney, Anjélica Huston, Jack Nicholson y William Hickey fueron nomnados al Oscar de mejor actuación. Ademàs de Walter y Anjélica Huston, ganaron sendos premios Bogart y Trevor. Boxeador en la vida real y en los rodajes, una vez se agarró a trompadas con John Wayne durante el rodaje de “El bárbaro y la geisha”.
Su amarga experiencia como documentalista en el frente de batalla durante la II Guerra Mundial, le sirvió para su extraordinaria película “Que se haga la luz”, sobre el impacto sicológico de la contienda en los soldados, siendo quizás el primero en alertar al mundo sobre los desórdenes y traumas que los sobrevivientes deben enfrentar al regresar a casa. En alguna ocasión dijo: “Si comprueban que glorifico la guerra en mis películas, merezco que me peguen un tiro”.
Sorprendía a propios y extraños con sus frases contundentes, como “Prefiero pensar que Dios no ha muerto…solo que está muy borracho”. Estuvo nominado al Oscar en distintas categorías en 10 ocasiones: 1941, 1942, 1949 (ganó por la dirección y el guión de “El tesoro de la Sierra Madre”), 1951, 1952, 1953, 1958, 1964, 1976 y 1986, y en 1983 ganó el premio del American Film Institute a toda su vida, toda su carrera. En 1980 la Film Society del Lincoln Center le rindió un emocionado homenaje y ofreció una retrospectiva de su carrera. Nominado 7 veces al Globo de Oro, ganó en tres ocasiones, en 1986 con “El honor de los Prizzi”; en 1964 con “El Cardenal” (como mejor actor secundario) y en 1949 como mejor director por “El tesoro de la Sierra Madre”. Recibió los premios de todas las asociaciones de críticos de las principales ciudades de Estados Unidos, fascinados con la rudeza y simplicidad de sus películas, y el antiheroísmo de sus personajes derrotados. Hasta ganó el premio del “peor director” por parte de los Razzie con “Annie”, en 1983..
Vital, pendenciero, libre e inteligente como pocos, con una conciencia social que asomaba aún en sus proyectos más comerciales, enamorado de su oficio de escritor y director, John Huston hubiera cumplido 100 años este 6 de agosto. Para sus admiradores, los mismos que repetimos sin cansancio sus obras maestras como “El tesoro de la Sierra Madre”, “El halcón maltés”, “El hombre que quería ser rey”, “Fat City”, “El honor de los Prizzi”, “La reina africana” o “Los Inadaptados”, será la ocasión de compartir una torta con velitas, mirar sus escenas claves y comprender que durante muchos años, muchos, seguirá siendo uno de los directores claves de ese Hollywood que contaba mejores historias con personajes más reales y humanos, lejos del artificio de los efectos especiales y la desazón por la taquilla.
Por Alberto Duque
Dicen que los directores de cine se parecen a sus personajes, ¿o al revés?. El caso es que uno piensa en John Huston, quien este 5 de agosto estaría cumpliendo cien años tormentosos y lo comprueba y descubre que existen numerosos elementos comunes entre este escritor, bebedor, mujeriego, director, guionista, pésimo padre, buen amigo y obsesionado (lo mismo que su compinche Ernest Hemingway) con la muerte, la soledad, el dolor y otros elementos nostálgicos, destructores y amargos que dominan su filmografía, considerada una de las más personales y valiosas de todos los tiempos, y los antihéroes de sus historias.
Numerosos elementos comunes entre ese irrascible, vociferante, dominante, celoso y obsesivo Huston y los personajes de sus principales películas, como: el cínico enamorado de “Los Muertos”, 1987; el cónsul derrotado de “Bajo el Volcán”, 1984; el predicador de “Sangre Sabia”, 1979; el monarca soñador de “El hombre que quería ser rey”, 1975; el boxeador perdido de “Fat City”, 1972; el marido celoso de “Reflejos en tus ojos dorados”, 1967; el predicador y obsesionado sexual de “La noche de la iguana”, 1964; el jinete que descubre tardíamente la mujer de sus sueños en medio del desierto en “The Misfits”, 1961; el capitán Ahab, amarrado al lomo de la ballena blanca y asesina en “Moby Dick”, 1956; el otro capitán derrotado de ese barco perdido en un río sin orillas en “La reina africana”, 1951; el pintor desquiciado en “Moulin Rouge”; el soldado idealista en “La roja insignia del valor”, 1951; el hampón dominante en “Key Largo”, 1948; el rastreador extraviado en “El tesoro de la Sierra Madre”, 1948…y por supuesto, el investigador privado que ya no tiene esperanza alguna, en “El halcón maltés”, 1941.
Los personajes masculinos de las películas de Huston son reales, auténticos, tienen carne y huesos que el espectador puede tocar, huelen a sudor, semen, tabaco, alcohol, pólvora, marihuana y perfumes baratos porque el escritor, productor y director era como ellos, se sentía mirándose en espejos que rompía al finalizar los rodajes porque le incomodaba verse multiplicado en esos boxeadores, navegantes, detectives, cazadores, estafadores.
Por eso, tantos años después de su desaparición física (28 de agosto de 1987), lo recordamos con sorpresa y admiración, al comprobar que sus películas principales siguen frescas, agresivas, cargadas de ironía y humor muy negro, con esos personajes que sienten el peso del destino sobre sus hombros, saben que no hay perdón ni redención posibles, y sin embargo, sin arrepentirse de nada, siguen con sus vidas peligrosas porque, no solo tienen los peores oficios (boxeadores, predicadores, cazadores, balleneros, tahúeres, buscadores de oro o soñadores), sino la decisión de buscar la muerte como solución a todos sus conflictos. Sin pensarlo ni dudarlo.
Como parte del homenaje internacional a John Huston, la cadena de cable TCM, especializada en clásicos del cine, dedica todos los sábados de agosto a compartir algunos de los títulos más sugestivos de su carrera, comenzando el 5 con “El halcón maltés”, “El tesoro de la Sierra Madre”, “Fat City” y “La lista de Adrian Messenger”, una detrás de la otra, enriquecidas con el reportaje con su hija Anjelica. Los otros sábados la programación abarca “La reina africana”, “La noche de la iguana”, “La jungla de asfalto”, “Cayo Largo”, “Moulin Rouge”, “Freud” y “Los inadaptados” entre otros títulos.
Pocos directores y escritores vivieron de manera tan profunda y devastadora como John Huston y Ernest Hemingway. Por eso fueron tan amigos, tan cómplices, tan identificados con lo que buscaron a través del cine y la literatura, empeñados en lograr un lenguaje tan personal que sus historias, aunque tuvieron distintas fuentes (la mayoría de las películas del uno se basaron en libros ajenos y era un guionista excelente que lograba estupendas adaptaciones), siempre impactaron al espectador por la simplicidad de su narrativa, lo mismo que Hemingway logró con su prosa.
Casado en cinco ocasiones, dos de sus cuatro hijos son destacados actores (Anjélica y Danny), y directores importantes. Su autobiografía “A corazón abierto” contiene tantas exageraciones, bromas e indulgencias personales que los amigos siempre le preguntaron sobre quién era.
Bebedor, mujeriego, rudo en sus maneras personales, siempre con un tabaco encendido, impaciente, dominante (en una ocasión su esposa Evelyn se quejó de un mono que tenían en casa y le dio a escoger quién se iba, o ella, o el animal. Huston no lo dudó: se iba ella. Hijo de Walter Huston, uno de los grandes actores de Hollywood, lo inmortalizó con su personaje de “El tesoro de la Sierra Madre” y otros papeles. En la historia de Hollywood es el único director que ha conseguido un Oscar para el padre y otro para la hija en películas compartidas.
Bajo su dirección, actores como Sidney Greenstreet, Walter Huston, Claire Trevor, Sam Jaffe, Humphrey Bogart, Katharine Hepburn, José Ferrer, Colette Marchand,Deborah Kerr, Grayson Hall, Susan Tyrrell, AlbertFinney, Anjélica Huston, Jack Nicholson y William Hickey fueron nomnados al Oscar de mejor actuación. Ademàs de Walter y Anjélica Huston, ganaron sendos premios Bogart y Trevor. Boxeador en la vida real y en los rodajes, una vez se agarró a trompadas con John Wayne durante el rodaje de “El bárbaro y la geisha”.
Su amarga experiencia como documentalista en el frente de batalla durante la II Guerra Mundial, le sirvió para su extraordinaria película “Que se haga la luz”, sobre el impacto sicológico de la contienda en los soldados, siendo quizás el primero en alertar al mundo sobre los desórdenes y traumas que los sobrevivientes deben enfrentar al regresar a casa. En alguna ocasión dijo: “Si comprueban que glorifico la guerra en mis películas, merezco que me peguen un tiro”.
Sorprendía a propios y extraños con sus frases contundentes, como “Prefiero pensar que Dios no ha muerto…solo que está muy borracho”. Estuvo nominado al Oscar en distintas categorías en 10 ocasiones: 1941, 1942, 1949 (ganó por la dirección y el guión de “El tesoro de la Sierra Madre”), 1951, 1952, 1953, 1958, 1964, 1976 y 1986, y en 1983 ganó el premio del American Film Institute a toda su vida, toda su carrera. En 1980 la Film Society del Lincoln Center le rindió un emocionado homenaje y ofreció una retrospectiva de su carrera. Nominado 7 veces al Globo de Oro, ganó en tres ocasiones, en 1986 con “El honor de los Prizzi”; en 1964 con “El Cardenal” (como mejor actor secundario) y en 1949 como mejor director por “El tesoro de la Sierra Madre”. Recibió los premios de todas las asociaciones de críticos de las principales ciudades de Estados Unidos, fascinados con la rudeza y simplicidad de sus películas, y el antiheroísmo de sus personajes derrotados. Hasta ganó el premio del “peor director” por parte de los Razzie con “Annie”, en 1983..
Vital, pendenciero, libre e inteligente como pocos, con una conciencia social que asomaba aún en sus proyectos más comerciales, enamorado de su oficio de escritor y director, John Huston hubiera cumplido 100 años este 6 de agosto. Para sus admiradores, los mismos que repetimos sin cansancio sus obras maestras como “El tesoro de la Sierra Madre”, “El halcón maltés”, “El hombre que quería ser rey”, “Fat City”, “El honor de los Prizzi”, “La reina africana” o “Los Inadaptados”, será la ocasión de compartir una torta con velitas, mirar sus escenas claves y comprender que durante muchos años, muchos, seguirá siendo uno de los directores claves de ese Hollywood que contaba mejores historias con personajes más reales y humanos, lejos del artificio de los efectos especiales y la desazón por la taquilla.