ESTRENO: Un Brosnan insólito es "Matador" en México
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
10-IV-06
No es la primera vez que Pierce Brosnan, famoso por su participación en la saga de 007, hace de "malo", aunque incluso del otro lado de la ley había hasta ahora mantenido cierta elegancia, de la que nada hay en su nuevo personaje, el de Julian Noble, un asesino a sueldo - en propias palabras, "un facilitador de muertes"- al que una crisis existencial pilla en Ciudad de México, donde debe llevar a cabo "un trabajo corporativo". Esta cinta independiente escrita y dirigida por el neoyorquino Richard Shepard llega este miércoles a las salas españolas y el próximo día 28 al país donde se filmó, México.
En el bar de un hotel del DF, Noble va a conocer a Danny Wright (Greg Kinnear), al que otro tipo de negocio menos cruento ha llevado desde Denver a la gran urbe. Pese a que ambos nombres no tienen nada en común, allí van a constatar que se necesitan mutuamente de un modo que jamás se hubieran imaginado.
"Generalmente, odio las películas de asesinos a sueldo. Sé a dónde van a parar. Me sé todos los recovecos" -comenta Shepard-. "Pero me encantan igualmente, porque resulta que me divierte una historial internacional que contiene armas de fuego. Mi objetivo con el guión de "Matador" estribaba en lograr escribir una película de un asesino a sueldo que realmente me gustara ver".
El cineasta norteamericano, quien ya situó en la capital mexicana otro "thriller", rodado hace seis años, "Distrito Federal", no escribió el guión pensando en Brosnan. "Pensé realizarlo en vídeo digital por 250.000 dólares" -comenta Shepard-. "Escribí el personaje más terrible que pude (el de Julian Noble), porque daba por seguro que esta cinta nunca se realizaría en Hollywood. Supongo que en el momento en que decides escribir desde el alma, y no con el ojo puesto en la ‘comercialidad’ de un proyecto, te estás abriendo a todo un tipo de público distinto".
El agente de Shepard envió el guión a la firma de Brosnan y St. Clair, Irish DreamTime, a manera de modelo de guión. "Sin embargo, antes de lo imaginable, Pierce me telefoneó diciéndome que quería producir y protagonizar el film" -comenta Shepard. La pequeña película digital de 250,000 dólares acababa de conseguir todo un paquete de grandes dimensiones. "Sin embargo, el producto todavía conservó su genuina vibración independiente. Todavía está el nervio de su guión, y los personajes son los que marcan la pauta de la historia. Creo que todo eso fue lo que atrajo a Pierce en primer lugar."
El actor irlandés recuerda así sus sentimientos al leer el libreto: "No tenía ni idea de adónde iba a parar la historia. Me encantó el atrevimiento del personaje y por encima de todo, la esencia de la historia. Sientes a los personajes. Julian lleva asesinando gente desde hace años y aunque ha perdido el alma, en algún lugar recóndito, en las catacumbas de su corazón, todavía arde una llamita. Está en una encrucijada de su vida, con decisiones que tomar".
"Películas como ésta -añade- no son sencillas de hacer. Se trata de mantener un equilibrio; hay que mantener el producto en su tono serio, veraz, dramático, dinámico, y aún con ello, oscurecerlo al mismo tiempo. Richard Shepard ha definido todo eso bien, y cuando lo escrito es bueno todo cuanto hay que hacer es seguir las palabras, usar un poco de imaginación, y procurar que todo sea lo más sencillo posible".
"El guión -dice por su parte Greg Kinnear- era muy creíble, muy posible, además de muy emotivo y divertido, para mayor sorpresa. Desenlaza un gran número de cosas que seguí atentamente a lo largo de todo el guión, y también hay mucha realidad. Me resultó muy humana la idea de ese personaje, ese tipo corriente que se despista en un lugar que le es extraño y se cruza con alguien que no pertenece a su espacio vital, a su universo, y la manera en que esas dos personas pueden relacionarse".
"Matador", a pesar de desarrollar su trama en cuatro escenarios geográficos bien distintos: Tucson y Denver en los EEUU, Budapest (Hungría), Manila (Filipinas), y el propio Distrito Federal, se filmó integramente en esta última ciudad y sus alrededores, poniendo de manifiesto sus amplias posibilidades cinematográficas. Para Shepard, la elección de la capital mexicana para ubicar su historia no ofrecía dudas. Cita la diversidad, la calidez cultural y la escena artística de la ciudad como factores decisivos para hacer de México un lugar tan irresistible. "Ciudad de México tiene el tamaño de Los Ángeles pero con cuatro veces la población de Nueva York. Es enorme y bulle una gran vitalidad; puede percibirse en nuestro film, se siente; y los actores la sintieron en las calles", afirma.
A Brosnan, Ciudad de México le pareció sorprendentemente familiar. "Hay una comunidad obrera que en absoluto es distinta a la de Irlanda" -opina Brosnan-. "En muchos sentidos, ser irlandés se parece mucho a ser mexicano. La gente tiene un gran sentido práctico, la misma religión, opresión, y conflicto. Ambos pueblos son muy orgullosos; tienen grandes corazones que jamás engañan. He disfrutado de un tiempo increíblemente creativo. He pintado... organicé todo un estudio en el hotel. También he escrito; todo eso se debe al trabajo, a un lugar feliz, donde los jugos creativos fluyen. Fue estupendo sentir México en la sangre".
En los célebres Estudios Churubusco de Ciudad de México se construyeron los interiores para la casa de Denver y para los hoteles de Denver y México. El equipo técnico estuvo rodando durante seis semanas en México: unas dos semanas en los interiores de estudio, y los otros 28 días desplazándose por las diversas localizaciones en torno a la ciudad.
No es la primera vez que Pierce Brosnan, famoso por su participación en la saga de 007, hace de "malo", aunque incluso del otro lado de la ley había hasta ahora mantenido cierta elegancia, de la que nada hay en su nuevo personaje, el de Julian Noble, un asesino a sueldo - en propias palabras, "un facilitador de muertes"- al que una crisis existencial pilla en Ciudad de México, donde debe llevar a cabo "un trabajo corporativo". Esta cinta independiente escrita y dirigida por el neoyorquino Richard Shepard llega este miércoles a las salas españolas y el próximo día 28 al país donde se filmó, México.
En el bar de un hotel del DF, Noble va a conocer a Danny Wright (Greg Kinnear), al que otro tipo de negocio menos cruento ha llevado desde Denver a la gran urbe. Pese a que ambos nombres no tienen nada en común, allí van a constatar que se necesitan mutuamente de un modo que jamás se hubieran imaginado.
"Generalmente, odio las películas de asesinos a sueldo. Sé a dónde van a parar. Me sé todos los recovecos" -comenta Shepard-. "Pero me encantan igualmente, porque resulta que me divierte una historial internacional que contiene armas de fuego. Mi objetivo con el guión de "Matador" estribaba en lograr escribir una película de un asesino a sueldo que realmente me gustara ver".
El cineasta norteamericano, quien ya situó en la capital mexicana otro "thriller", rodado hace seis años, "Distrito Federal", no escribió el guión pensando en Brosnan. "Pensé realizarlo en vídeo digital por 250.000 dólares" -comenta Shepard-. "Escribí el personaje más terrible que pude (el de Julian Noble), porque daba por seguro que esta cinta nunca se realizaría en Hollywood. Supongo que en el momento en que decides escribir desde el alma, y no con el ojo puesto en la ‘comercialidad’ de un proyecto, te estás abriendo a todo un tipo de público distinto".
El agente de Shepard envió el guión a la firma de Brosnan y St. Clair, Irish DreamTime, a manera de modelo de guión. "Sin embargo, antes de lo imaginable, Pierce me telefoneó diciéndome que quería producir y protagonizar el film" -comenta Shepard. La pequeña película digital de 250,000 dólares acababa de conseguir todo un paquete de grandes dimensiones. "Sin embargo, el producto todavía conservó su genuina vibración independiente. Todavía está el nervio de su guión, y los personajes son los que marcan la pauta de la historia. Creo que todo eso fue lo que atrajo a Pierce en primer lugar."
El actor irlandés recuerda así sus sentimientos al leer el libreto: "No tenía ni idea de adónde iba a parar la historia. Me encantó el atrevimiento del personaje y por encima de todo, la esencia de la historia. Sientes a los personajes. Julian lleva asesinando gente desde hace años y aunque ha perdido el alma, en algún lugar recóndito, en las catacumbas de su corazón, todavía arde una llamita. Está en una encrucijada de su vida, con decisiones que tomar".
"Películas como ésta -añade- no son sencillas de hacer. Se trata de mantener un equilibrio; hay que mantener el producto en su tono serio, veraz, dramático, dinámico, y aún con ello, oscurecerlo al mismo tiempo. Richard Shepard ha definido todo eso bien, y cuando lo escrito es bueno todo cuanto hay que hacer es seguir las palabras, usar un poco de imaginación, y procurar que todo sea lo más sencillo posible".
"El guión -dice por su parte Greg Kinnear- era muy creíble, muy posible, además de muy emotivo y divertido, para mayor sorpresa. Desenlaza un gran número de cosas que seguí atentamente a lo largo de todo el guión, y también hay mucha realidad. Me resultó muy humana la idea de ese personaje, ese tipo corriente que se despista en un lugar que le es extraño y se cruza con alguien que no pertenece a su espacio vital, a su universo, y la manera en que esas dos personas pueden relacionarse".
"Matador", a pesar de desarrollar su trama en cuatro escenarios geográficos bien distintos: Tucson y Denver en los EEUU, Budapest (Hungría), Manila (Filipinas), y el propio Distrito Federal, se filmó integramente en esta última ciudad y sus alrededores, poniendo de manifiesto sus amplias posibilidades cinematográficas. Para Shepard, la elección de la capital mexicana para ubicar su historia no ofrecía dudas. Cita la diversidad, la calidez cultural y la escena artística de la ciudad como factores decisivos para hacer de México un lugar tan irresistible. "Ciudad de México tiene el tamaño de Los Ángeles pero con cuatro veces la población de Nueva York. Es enorme y bulle una gran vitalidad; puede percibirse en nuestro film, se siente; y los actores la sintieron en las calles", afirma.
A Brosnan, Ciudad de México le pareció sorprendentemente familiar. "Hay una comunidad obrera que en absoluto es distinta a la de Irlanda" -opina Brosnan-. "En muchos sentidos, ser irlandés se parece mucho a ser mexicano. La gente tiene un gran sentido práctico, la misma religión, opresión, y conflicto. Ambos pueblos son muy orgullosos; tienen grandes corazones que jamás engañan. He disfrutado de un tiempo increíblemente creativo. He pintado... organicé todo un estudio en el hotel. También he escrito; todo eso se debe al trabajo, a un lugar feliz, donde los jugos creativos fluyen. Fue estupendo sentir México en la sangre".
En los célebres Estudios Churubusco de Ciudad de México se construyeron los interiores para la casa de Denver y para los hoteles de Denver y México. El equipo técnico estuvo rodando durante seis semanas en México: unas dos semanas en los interiores de estudio, y los otros 28 días desplazándose por las diversas localizaciones en torno a la ciudad.