Estreno: "Crash", Paul Haggis hurga en la herida del miedo a la diferencia

por © Redacción-NOTICINE.com
Cheadle, Peña y Bullock
Cheadle, Peña y Bullock
Matt DillonCheadle, Peña y Bullock11-I-06

Veterano profesional de la televisión, el canadiense Paul Haggis decidió hace poco más de cinco años abondonar este medio para centrarse en la gran pantalla. Su principal carta de presentación ha sido "Million dollar baby", ganadora del Oscar a mejor película y mejor director, pero injustamente no el de mejor guión. Aquel texto fue originalmente escrito en 2000, el mismo año en que Haggis, junto a su amigo Robert "Bobby" Moresco, desarrolló en forma de libreto "Crash", que tres años más tarde dirigió y este viernes llega a las pantallas españolas apoyada por no pocas candidaturas a premios... quizás pronto al Oscar.

Sin embargo no es la primera vez que Haggis se colocaba en la silla de realizador, ni será la última. Debutó en la dirección en su Canadá natal en 1993 con "Red Hot", comedia sobre la llegada clandestina del rock a la Unión Soviética de la Guerra Fría, y está previsto que dirija este año "Honeymoon with Harry".

"Crash", que no se estrenó hasta mayo del pasado año en Estados Unidos tras triunfar el año anterior en el no competitivo Festival de Toronto, dibuja una intrincada red de historias que se desarrollan a lo largo de apenas 48 horas en Los Angeles, con dos elementos dramáticos dominantes, el racismo latente, que no por politicamente incorrecto deja de respirarse cada día, y la personalidad contradictoria y llena de matices de sus protagonitas, capaces a veces de lo bueno y malo con muy pocas horas de diferencia. "Crash" es un film coral con un espléndido elenco que incluye a Sandra Bullock, Matt Dillon, Don Cheadle, Thandie Newton, Ryan Phillippe y Michael Peña.

La primera idea de esta cinta, que ha sido citada entre las mejores del año tanto por los guionistas como por los directores, actores y productores, además de estar nominada a mejor guión y actor secundario (Dillon) en los Globos de Oro, le vino a Haggis un dia en que le robaron el coche a punta de pistola cuando salía de un videoclub de Los Ángeles. Una vez en casa, cambió todas las cerraduras... y entonces empezó a interrogarse acerca de los hombres que le robaron su vehículo. ¿Cuánto tiempo llevaban siendo colegas? ¿Qué hacían para divertirse? ¿Se veían a sí mismos como delincuentes, o no? ¿Cómo justificaban sus propios actos, ya que todos tendemos a hacerlo? Años más tarde, decidió escribir acerca de ello, pero sólo desde la perspectiva de los delincuentes.

"En aquel momento, ya llevaba viviendo en Los Ángeles -ha dicho- veinticinco años, siendo testigo de nuestro propia y sutil guerra de clases, de casta. He comprobado de cuántos modos distintos nos discriminamos los unos a los otros cada día, cómo lo racionalizamos y lo excusamos, cómo organizamos nuestras vidas para no tener que sentirnos involucrados en ello y cómo negamos que existan problemas raciales. Una y otra vez constato lo incómodo que nos resulta el tema. No conozco a nadie que admita tener algún tipo de prejuicio, ni el más mínimo. Sin embargo, basta con escuchar atentamente para percibir las bromas o comentarios "inocuos" que traicionan los más nobles sentimientos. Perversamente, esas mofas y chistes a menudo las ha concebido el hombre blanco en presencia de amigos y asociados negros, como si compartir esas ofensas con ellos "demostrara" de algún modo que el racismo ya no existe. Y he observado cómo ciertos políticos abanderan causas raciales para sus propios fines egoístas y cínicos. Pero no supe cómo escribir este guión hasta que sobrevino el 11 de septiembre. Porque la película no habla en realidad de racismo o clases sociales, sino del miedo al extraño. Se habla de intolerancia y de comprensión; de las medidas que adoptamos para tratar de ‘encajar’ y del precio que pagamos por ello. Se trata de cuánto odiamos que se nos juzgue pero al tiempo no vemos contradicción alguna si somos nosotros quienes juzgamos a los otros. Y también se habla de cuán a menudo esa gente que hemos enjuiciado nos sorprende para bien o para mal".

"Quería hacer una película que fuera irreverente, divertida, trágica, y chocante" -añadía Haggis-. "Vivimos en una sociedad regida por el miedo, donde gente como nuestro presidente utiliza ese miedo para controlarnos, y los medios de comunicación de masas para manipularnos. Yo quería analizar esto y cómo ese miedo repercute en nosotros y distorsiona el modo en que percibimos el mundo que nos rodea."

Haggis cree que el modo de mantener ese miedo y control es diferenciar a la gente según raza y clase social, sembrando la desconfianza entre los que son de piel clara y los que son de piel oscura, entre las distintas generaciones de inmigrantes y los distintos niveles de ingresos. También interviene la idea de cuanto significa ser norteamericano, particularmente tras los hechos del 11 de septiembre y la "guerra al terrorismo".