PERFIL: Marlon Brando, bello, orgulloso y maldito

por © J.A.-NOTICINE.com
El padrino
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Idolo de las chicas en los 50El padrino18-X-01

Del Marlon Brando de antaño, todo un "sex-symbol", queda hoy poco o nada, como si él mismo repudiara no sólo todo un sistema hollywoodiense, sino el propio culto a la imagen. Atrás queda el mito, que ha sobrevivido a la transformación del musculoso y provocativo joven en un obeso anciano, del que ahora nos llega "Un golpe perfecto" ("The score").

Brando nació en Omaha (Nebraska) hace el 3 de abril de 1924. Tuvo que demostrar a su padre, un fabricante de productos químicos, que su vocación por el arte dramático no era un capricho. Después de haber trabajado duro en una empresa de construcción, el Sr.Brando accedió a pagarle los estudios en Nueva York. Allí, Stella Adler y Elia Kazan fueron sus maestros y el Actor's Studio le dió su peculiar técnica. El público de Broadway le vió por primera vez el 9 de octubre del 44, en una obra de Kathryn Forbes, pero tendría que esperar a "Un tranvía llamado deseo" para alcanzar la fama. Su imagen con esa camiseta sudada, orgulloso, egoista, y seguro de sí mismo sedujo al público, sobre todo a las mujeres, y cimentó la imagen que acompañaría a Brando en sus primeros años cinematográficos. Alguien, años más tarde, le atribuyó el comentario de que sabía que cada noche cientos de miles de mujeres en todo el mundo se masturbaban pensando en él.

A pesar de que renegaba, al menos en lo que respecta a la prepotencia, de esa imagen, sus siguientes películas: "¡Viva Zapata!", "El salvaje" o "La ley del silencio", insistían en un tipo de personaje próximo a Kowalski. Esta última le daría su primer Oscar. Deseoso de demostrar que podía distanciarse de un mismo tipo de personajes, a partir del 54 Marlon Brando eligió los más distantes: cantante y bailarín en "Ellos y ellas", el japonés de "La casa de té de la luna de agosto", el Napoleón romántico de "Desirée"...

En 1961 dirigió por primera y única vez. Aquel "El rostro impenetrable" no fue un éxito comercial y el actor se centró nuevamente en la interpretación. "Rebelión a bordo" y "La jauría humana" son los más destacados títulos de Brando en esa década. Durante la siguiente, después de "El padrino", epatar al público parecía ser su objetivo, con "El último tango en París" como emblemática y escandalosa cúspide. Empezó a engordar y tras rodar en el 80 "La fórmula", se retiró a su isla privada en los Mares del Sur.

En los últimos años esporádicas y breves apariciones cinematográficos no han podido competir con otras noticias extracinematográficas, especialmente por las muertes violentas en el seno de su familia. Tras sucesivos y dolorosos acontecimientos, y estrenó con cierto éxito "Don Juan de Marco". A petición de su compañero en esta, Johnny Depp, participó brevemente en su película como director "The Brave", y después en la comedia canadiense "Asalta como puedas". "Un golpe perfecto", su primera gran producción en años, llega llena de jocosos comentarios, como que se empeñaba en rodar en calzoncillos y que acabó siendo dirigido por su compañero De Niro, ya que dejó de hablarse con el director, Frank Oz.