Se muestran veintiséis minutos de "El señor de los anillos"

por © Roberto Pérez Toledo-NOTICINE.com
Elijah Wood (Frodo)
Elijah Wood (Frodo)
Cate Blanchett (Galadriel)Elijah Wood (Frodo)26-IX-01

A veces la expectación que despierta una película es tan grande, que cualquier resultado en pantalla termina siendo, en mayor o menor medida, decepcionante, incapaz de competir con la propia expectación creada. Algo así puede ocurrir a la anunciadísima y esperadísima trilogía con la que el director Peter Jackson pretende adaptar de manera definitiva un icono literario tan inconmensurablemente influyente como "El señor de los anillos" de J.R. Tolkien. Jackson, consciente de que era imposible atrapar el espíritu de los tres libros con un solo film, ha rodado, con un ajustado presupuesto de doscientos millones de dólares, tres películas simultáneamente, tres títulos que pretenden convertirse en clásicos inmediatos y que se estrenarán en las tres próximas temporadas navideñas. "La comunidad del anillo", primera entrega de la trilogía, desembarcará en las pantallas de todo el mundo el diecinueve de diciembre. Mientras, el flujo de rumores no cesa en los medios de comunicación cinematográficos, se multiplican las páginas en Internet dedicadas a especular sobre lo que Jackson ofrecerá a sus ansiosos espectadores y miles de usuarios descargan los trailers cada día. Se puede decir, quizás, que la parafernalia previa al estreno es todavía superior a la que hace dos años se organizó en torno al "Episodio 1" de Lucas.

Esta mañana, Aurum, la distribuidora de la trilogía en España, organizó un pase para prensa en Madrid con un montaje de imágenes de lo que se podrá disfrutar en "La comunidad del anillo". Tras superar un control casi policial que impidió que cualquiera de los asistentes a la proyección accediera a la sala con cámaras fotográficas o de vídeo con las que se pudiera reproducir cualquier extracto de lo que se iba a ver, comenzó la proyección de una especie de trailer gigante, de veintiséis minutos, presentado por el propio Peter Jackson, sentado en un carruaje junto a Gandalf (Ian McKellen). El montaje, el mismo que se presentó en el Festival de Cannes, carece en sí de coherencia narrativa (e intentaré describirlo partiendo del hecho de que no he leído las novelas y no he reconocido los pasajes a los que pertenecía cada parte): empieza con una secuencia que aparentemente corresponde al principio de la película (la llegada de Gandalf a la aldea en la que vive el "hobbit" Bilbo, interpretado por Ian Holm), pero pronto la supuesta linealidad temporal se rompe y, con una sucesión de planos breves, se atisba lo que ocurre con el misterioso anillo, que permite ser invisible a los que se lo ponen y es dejado en herencia al "hobbit" Frodo (Elijah Wood). Luego, se recurre, a modo de trailer convencional, a una sucesión de planos cohesionado por un tema instrumental (el de "Gladiator", compuesto por Hans Zimmer, por cierto), que da paso a lo que parece otra secuencia completa, en la que los personajes se adentran en una especie de templo de piedra habitado por violentas bestias; acaban con una de ellas y Frodo está a punto de morir, pero finalmente todos consiguen escapar a lo largo de una interminable escalera, si bien parece que otra bestia aún mucho mayor les espera. Después de esta incompleta secuencia de unos doce o trece minutos, la única que parece ser definitiva en la película y que cuenta con un ritmo realmente logrado y tenso y un genuino sabor a cine de aventuras clásico a pesar de que Jackson agita la cámara hasta extremos mareantes y de que los efectos visuales no están, a mi parecer, del todo a la altura, el montaje recurre de nuevo a los convencionalismos de un trailer y vuelve a ofrecer una avalancha de planos, más o menos espectaculares, esta vez mientras suena uno de los temas de la banda sonora de "El último mohicano".

¿El balance de lo visto? Apenas puedo opinar con justicia, ya que considero que esta desordenada proyección hace un flaco favor a una película que, por lo que he podido deducir, pretende primar la narración de una historia clásica y legendaria antes que brindar un simple espectáculo pirotécnico de efectos especiales, elemento que, a tenor de lo visto, no parece tan cuidado ni tan innovador como era de esperar (no hay nada nuevo en ellos, más allá del ya habitual empacho de criaturas y paisajes digitales). No hay duda de que es pronto para adelantar acontecimientos y las películas hay que juzgarlas tras haberlas disfrutado, o padecido, de principio a fin.