Colaboración: "Barry Lindon" como interpretación psicológica de la humanidad
- por © M.O.U.-NOTICINE.com
10-VIII-05
Por Mauricio Ochoa Urioste (*)
"It was in the reign of George III, that the above-named personages lived and quarreled; good or bad, handsome or ugly, rich or poor, they are all equal now". Así concluye el guión de la obra cinematográfica "Barry Lyndon" del director de cine estadounidense Stanley Kubrick.
Barry Lyndon es por antonomasia el film psicológico más importante de la historia. Aún cuando el guión en tercera persona distancia al personaje principal, Kubrick se revive los recónditos sentimientos, deseos y frustraciones del protagonista.
Barry Lyndon - primero Redmond Barry - es el hombre que a pesar de abandonar la inocencia juvenil para encarar una vida mundana llena de oportunismo, placer y frivolidad, conserva sin embargo un sentido absoluto de justicia y amor puro que lo extraña de la moral victoriana. Barry Lyndon encarna el deseo irrefrenable de libertad del hombre, y paradójicamente, en el acto que golpea a Lord Bullington, subleva su miserable tragedia y condena la opresión de la misma sociedad.
En este momento el ostracismo termina sucumbiendo a Lyndon en el abandono: es la "capitis diminutio" por su pérdida de honor, una especie de marginalización carcelaria o destierro eterno. La vida de Barry Lyndon representa el consumismo de la humanidad que empobrece las virtudes de honestidad y coraje en edades más tempranas, y desarrolla la historia universal retrógrada del ser humano identificado con valores materiales que termina, finalmente, hundido en el más miserable olvido.
Por esta razón, las últimas letras de la narración sentencia: "ahora todos son iguales...". Esta es la revelación del absurdo de la vida, al que dedica contados segundos. "Barry Lyndon" es la expresión constante del hombre en sus múltiples dicotomías, mientras el romanticismo humano - que es la humanidad en sí misma - se conserva intrangible a pesar de sus desvaríos.
La música y la fotografía de "Barry Lyndon" son especialmente magistrales. "Sarabande de Handel" es el nacimiento y la muerte de Barry Lyndon: su tonalidad menor le confiere justamente un modo iniciático y fúnebre, increíblemente compatible con la narrativa del film. La fotografía por su parte, es un cuadro realista que reproduce por esta razón la naturalidad universal de la epopeya humana: guerras, amor, odio, muerte.
"Barry Lyndon" junto con "2001: Una odisea del espacio" son una especie de antropología filosófica del siglo XX involucrada en todas las dimensiones del cine: sonido, fotografía, guión. Su resultado, son una conmovedora interpretación de la humanidad contemporánea.
(*): Mauricio Ochoa Urioste es abogado, periodista y escritor boliviano. Este texto pertenece a un futuro libro de ensayos sobre cine.
Por Mauricio Ochoa Urioste (*)
"It was in the reign of George III, that the above-named personages lived and quarreled; good or bad, handsome or ugly, rich or poor, they are all equal now". Así concluye el guión de la obra cinematográfica "Barry Lyndon" del director de cine estadounidense Stanley Kubrick.
Barry Lyndon es por antonomasia el film psicológico más importante de la historia. Aún cuando el guión en tercera persona distancia al personaje principal, Kubrick se revive los recónditos sentimientos, deseos y frustraciones del protagonista.
Barry Lyndon - primero Redmond Barry - es el hombre que a pesar de abandonar la inocencia juvenil para encarar una vida mundana llena de oportunismo, placer y frivolidad, conserva sin embargo un sentido absoluto de justicia y amor puro que lo extraña de la moral victoriana. Barry Lyndon encarna el deseo irrefrenable de libertad del hombre, y paradójicamente, en el acto que golpea a Lord Bullington, subleva su miserable tragedia y condena la opresión de la misma sociedad.
En este momento el ostracismo termina sucumbiendo a Lyndon en el abandono: es la "capitis diminutio" por su pérdida de honor, una especie de marginalización carcelaria o destierro eterno. La vida de Barry Lyndon representa el consumismo de la humanidad que empobrece las virtudes de honestidad y coraje en edades más tempranas, y desarrolla la historia universal retrógrada del ser humano identificado con valores materiales que termina, finalmente, hundido en el más miserable olvido.
Por esta razón, las últimas letras de la narración sentencia: "ahora todos son iguales...". Esta es la revelación del absurdo de la vida, al que dedica contados segundos. "Barry Lyndon" es la expresión constante del hombre en sus múltiples dicotomías, mientras el romanticismo humano - que es la humanidad en sí misma - se conserva intrangible a pesar de sus desvaríos.
La música y la fotografía de "Barry Lyndon" son especialmente magistrales. "Sarabande de Handel" es el nacimiento y la muerte de Barry Lyndon: su tonalidad menor le confiere justamente un modo iniciático y fúnebre, increíblemente compatible con la narrativa del film. La fotografía por su parte, es un cuadro realista que reproduce por esta razón la naturalidad universal de la epopeya humana: guerras, amor, odio, muerte.
"Barry Lyndon" junto con "2001: Una odisea del espacio" son una especie de antropología filosófica del siglo XX involucrada en todas las dimensiones del cine: sonido, fotografía, guión. Su resultado, son una conmovedora interpretación de la humanidad contemporánea.
(*): Mauricio Ochoa Urioste es abogado, periodista y escritor boliviano. Este texto pertenece a un futuro libro de ensayos sobre cine.