Reportaje: Erase una vez, en una galaxia muy lejana (II)
- por © Alberto Duque López-NOTICINE.com
10-V-05
Las cinco películas anteriores de la saga de las galaxias han recaudado desde 1977 más de 3.500 millones de dólares y este "Episodio III" promete romper todas las marcas a pesar de contener escenas dirigidas a espectadores no tan infantiles. El instinto de Lucas (tuvo que convertirse en productor de ese primer o cuarto capítulo porque ninguno de los estudios lo quiso financiar) también ha servido para que sus personajes, sus lugares en el espacio, sus naves, sus trajes, sus armas, su idioma lleno de trampas fonéticas, su arquitectura de moles que se alzan bajo la luz de numerosas lunas o distantes soles, todo ese universo creado en medio de largas madrugadas en Modesto, en la casa de un mchacho desordenado e irresponsable que le miró la cara a la muerte, formen parte de la imaginería de millones de hombres y mujeres en el mundo entero para quienes estos personajes siempre han estado a su lado y seguirán durante muchos años más, aunque con este tercer capítulo queda cerrada, aparentemente, la inspiración de Lucas.
Desde 1977 el mundo entero habla sobre "La Guerra de las Galaxias" y ese septiembre, cuando dialogamos con un joven Lucas en San Sebastián, tímido a pesar del impacto causado con su estreno de ese verano en Estados Unidos, le sentimos una seguridad, una arrogancia, un talento y una imaginación que asustaban porque con sus pocas palabras cautelosas de entonces ("Espero que se diviertan con esta historieta que es mi homenaje a los dibujos animados") ya anticipaba el terremoto que apenas comenzaba.
Lucas se sorprende con el impacto de sus películas galácticas ("No hay que buscarles tantas raíces religiosas ni místicas, simplemente son personajes iluminados, convencidos de la mision que tienen entre manos, aunque todos llevamos la Fuerza por dentro"), con el entusiasmo ante su imaginación desbordada ("Lo único que hice fue trazar un árbol genealógico con personajes que entran y salen, nacen y desaparecen"), con la sorpresa por su tecnicismo ("Los robots, las máquinas, los ordenadores, los efectos especiales, las naves, los espacios abiertos, los decorados, las miniaturas, los habitantes de tantas galaxias... todo ese mundo me enloquece y mis películas son reflejo fiel de ese interés"), con el fanatismo de sus seguidores ("Me parece una maravilla que médicos de verdad discutan sobre los síntomas de la enfermedad de Darth Vader"), con todo el culto que lo sigue ("Lo que hice fue pedirle a Sony y Panavisión que construyeran unas cámaras digitales según mis instrucciones porque buscaba mejor calidad... Sin embargo, parte de mi proyecto se ha frustrado porque en Estados Unidos solo existen cien salas en las que pueda proyectar en el formato original, sin necesidad de pasarlo a celuiloide…").
El impacto de estas seis películas seguirá siendo tan profundo que, dentro de algunos años, las nuevas generaciones seguirán refirièndose a personajes y lugares como Anakin Skywalker (convertido por el Lado Oscuro en el malvado Darth Vader), Obi-wan Kennobi, Yoda, Qui- Gon Jinn, el senador Palpatine, la reina Amidala convertida luego en senadora (madre de dos personajes claves en la saga, Luke Skywalker y la princesa Leia, concebidos durante su relación clandestina con Anakin antes de volverse malvado), JarJar Binks, el capitán Panaka, los planetas Naboo, Tatooine y Coruscant, Darth Sidous, Darth Maul, la República Galáctica, el conde Dooku, Jango Fett, Boba Fett, Han Solo, Chewbacca, los robots C-3 PO y R-2D2, la Estrella de la Muerte, Cloud City, Lando Carissian, los Ewoks, el Halcón Milenario, y así infinitamente con más personajes, planetas grandes y pequeños, naves de todos los tamaños y armamentos, encuentros y desencuentros en los escenarios delirantes de un desierto o las ruinas de ciudades destrozadas o los cielos rojos de los atardeceres del fin del mundo...
Piezas todas ellas que ahora recuperan su nostalgia y su significado con el episodio III o sexta película, concebidos por un artista que a los 61 años puede sentirse tranquilo: su instinto ha sido capaz de crear esta saga que, en el fondo, es el retrato angustioso y doloroso de un padre en busca de un hijo con quien tiene que enfrentarse en uno de los combates más célebres y emocionantes en la historia del cine.
Tanto como esas madrugadas que un muchacho soportó mientras seguía con los pulmones inundados de sangre y el miedo a la muerte, la misma que campea en esta, su nueva película, la cual, ha sido recibida con entusiasmo por los críticos que demolieron sin piedad los episodios I y II, los cuales son calificados por miles de fanáticos como "inútiles y aburridos".
Las cinco películas anteriores de la saga de las galaxias han recaudado desde 1977 más de 3.500 millones de dólares y este "Episodio III" promete romper todas las marcas a pesar de contener escenas dirigidas a espectadores no tan infantiles. El instinto de Lucas (tuvo que convertirse en productor de ese primer o cuarto capítulo porque ninguno de los estudios lo quiso financiar) también ha servido para que sus personajes, sus lugares en el espacio, sus naves, sus trajes, sus armas, su idioma lleno de trampas fonéticas, su arquitectura de moles que se alzan bajo la luz de numerosas lunas o distantes soles, todo ese universo creado en medio de largas madrugadas en Modesto, en la casa de un mchacho desordenado e irresponsable que le miró la cara a la muerte, formen parte de la imaginería de millones de hombres y mujeres en el mundo entero para quienes estos personajes siempre han estado a su lado y seguirán durante muchos años más, aunque con este tercer capítulo queda cerrada, aparentemente, la inspiración de Lucas.
Desde 1977 el mundo entero habla sobre "La Guerra de las Galaxias" y ese septiembre, cuando dialogamos con un joven Lucas en San Sebastián, tímido a pesar del impacto causado con su estreno de ese verano en Estados Unidos, le sentimos una seguridad, una arrogancia, un talento y una imaginación que asustaban porque con sus pocas palabras cautelosas de entonces ("Espero que se diviertan con esta historieta que es mi homenaje a los dibujos animados") ya anticipaba el terremoto que apenas comenzaba.
Lucas se sorprende con el impacto de sus películas galácticas ("No hay que buscarles tantas raíces religiosas ni místicas, simplemente son personajes iluminados, convencidos de la mision que tienen entre manos, aunque todos llevamos la Fuerza por dentro"), con el entusiasmo ante su imaginación desbordada ("Lo único que hice fue trazar un árbol genealógico con personajes que entran y salen, nacen y desaparecen"), con la sorpresa por su tecnicismo ("Los robots, las máquinas, los ordenadores, los efectos especiales, las naves, los espacios abiertos, los decorados, las miniaturas, los habitantes de tantas galaxias... todo ese mundo me enloquece y mis películas son reflejo fiel de ese interés"), con el fanatismo de sus seguidores ("Me parece una maravilla que médicos de verdad discutan sobre los síntomas de la enfermedad de Darth Vader"), con todo el culto que lo sigue ("Lo que hice fue pedirle a Sony y Panavisión que construyeran unas cámaras digitales según mis instrucciones porque buscaba mejor calidad... Sin embargo, parte de mi proyecto se ha frustrado porque en Estados Unidos solo existen cien salas en las que pueda proyectar en el formato original, sin necesidad de pasarlo a celuiloide…").
El impacto de estas seis películas seguirá siendo tan profundo que, dentro de algunos años, las nuevas generaciones seguirán refirièndose a personajes y lugares como Anakin Skywalker (convertido por el Lado Oscuro en el malvado Darth Vader), Obi-wan Kennobi, Yoda, Qui- Gon Jinn, el senador Palpatine, la reina Amidala convertida luego en senadora (madre de dos personajes claves en la saga, Luke Skywalker y la princesa Leia, concebidos durante su relación clandestina con Anakin antes de volverse malvado), JarJar Binks, el capitán Panaka, los planetas Naboo, Tatooine y Coruscant, Darth Sidous, Darth Maul, la República Galáctica, el conde Dooku, Jango Fett, Boba Fett, Han Solo, Chewbacca, los robots C-3 PO y R-2D2, la Estrella de la Muerte, Cloud City, Lando Carissian, los Ewoks, el Halcón Milenario, y así infinitamente con más personajes, planetas grandes y pequeños, naves de todos los tamaños y armamentos, encuentros y desencuentros en los escenarios delirantes de un desierto o las ruinas de ciudades destrozadas o los cielos rojos de los atardeceres del fin del mundo...
Piezas todas ellas que ahora recuperan su nostalgia y su significado con el episodio III o sexta película, concebidos por un artista que a los 61 años puede sentirse tranquilo: su instinto ha sido capaz de crear esta saga que, en el fondo, es el retrato angustioso y doloroso de un padre en busca de un hijo con quien tiene que enfrentarse en uno de los combates más célebres y emocionantes en la historia del cine.
Tanto como esas madrugadas que un muchacho soportó mientras seguía con los pulmones inundados de sangre y el miedo a la muerte, la misma que campea en esta, su nueva película, la cual, ha sido recibida con entusiasmo por los críticos que demolieron sin piedad los episodios I y II, los cuales son calificados por miles de fanáticos como "inútiles y aburridos".