La gala del Oscar experimenta cambios para atraer público
- por © Redacción-NOTICINE.com / Fotos: AP
28-II-05
La premisa de la 77 gala de los premios Oscar era conseguir mayor ritmo y acortar su duración, buscando recuperar esa audiencia que en los últimos años abandonó esta ceremonia, principalmente por la monotonía y extensión de la misma, y en parte también por la falta de popularidad de las cintas candidatas, que como bien mostró un vídeo proyectado en la noche, es cada vez más grande la brecha entre el cine que se premia y el gusto del público norteamericano, más adepto a productos como "Alien vs. Predator" o "Rubias de pelo en pecho".
Si bien hubo más agilidad por la mayor utilización del espacio del Kodak Theatre y la innovación de entregar premios con los nominados en el escenario o directamente en sus asientos, ahorrando unos cuantos minutos, la premiación no logró ser más entretenida porque sigue faltando un elemento clave: imaginación. Los números musicales, que representa la única posibilidad de quebrar con la rutinaria entrega de premios, son cada vez más simples y hasta inexplicables, como la selección de Beyonce Knowles para interpretar tres de las cinco canciones -incluyendo el tema central de "Los chicos del coro" en un francés ininteligible-, en lugar de convocar a diferentes artistas para cada una de ellas.
Buscando desacartonar un poco la ceremonia, la organización eligió al supuestamente impredecible Chris Rock. Recibido con una exagerada ovación de pie, Rock se limitó a realizar chistes algo obvios -sobre "Fahrenheit 9/11", "La pasión de Cristo", el cine con afroamericanos- y no mucho más, destacándose su clasificación de lo que es una estrella ("Clint Eastwood es una estrella. Tobey Maguire es solo un muchacho en mallas"). Algo de ayuda recibió de Robin Williams y Adam Sandler, que aportaron su cuota de humor.
Para el público latino el momento memorable de la 77 edición fue sin duda aquel en que Jorge Drexler comenzó a entonar su canción "Al otro lado del río", de "Diarios de motocicleta", con su recién recibido Oscar, el primero para una canción es español. De este modo respondió a la organización del evento que lo ignoró a la hora de representar su tema, prefiriendo a los más conocidos Antonio Banderas y Carlos Santana, que quitaron todo atisbo de la sensibilidad y sutileza de su composición. El uruguayo Drexler, quien reconoció haber practicado la canción en cada pausa por si acaso ganaba, solo se limitó a agregar "chau, gracias".
Decepción es la palabra que mejor describe al equipo de "El aviador", que partía como favorito y vio como "Million Dollar Baby", de Clint Eastwood, le iba aguando la fiesta poco a poco. Si bien la puja entre ambas películas era fuerte, la balanza se inclinó para el potente drama de Eastwood, quien le arrebató a Martin Scorsese la quinta posibilidad de llevarse su merecido Oscar a mejor director. "Fue un poco frustrante cuando comenzaron a construir una competencia entre Marty y yo. Tengo el mayor respeto por él y todos los films que ha realizado a través de los años", declaró Eastwood tras consagrarse como ganador.
Entre los discursos, los más emotivos resultaron los del mejor actor y actriz principal, Jamie Foxx y Hilary Swank, respectivamente, recordando su origen humilde con lágrimas en los ojos. También se destaca el agradecimiento de Eastwood a su madre, presente en el teatro con espléndidos 96 años, por "sus buenos genes", que permite que el actor y director siga tan activo a sus 74 años.
Glamour y sobriedad son las características que definen a la moda exhibida por la alfombra roja y el escenario del Kodak, donde las damas se decantaron por adoptar el estilo de los años 20 y 40 en vestidos y peinados. Entre las mejores vestidas se cuentan Charlize Theron con un espectacular Dior y Hilary Swank con un Guy Laroche que dejaba su espalda al desnudo.
La premisa de la 77 gala de los premios Oscar era conseguir mayor ritmo y acortar su duración, buscando recuperar esa audiencia que en los últimos años abandonó esta ceremonia, principalmente por la monotonía y extensión de la misma, y en parte también por la falta de popularidad de las cintas candidatas, que como bien mostró un vídeo proyectado en la noche, es cada vez más grande la brecha entre el cine que se premia y el gusto del público norteamericano, más adepto a productos como "Alien vs. Predator" o "Rubias de pelo en pecho".
Si bien hubo más agilidad por la mayor utilización del espacio del Kodak Theatre y la innovación de entregar premios con los nominados en el escenario o directamente en sus asientos, ahorrando unos cuantos minutos, la premiación no logró ser más entretenida porque sigue faltando un elemento clave: imaginación. Los números musicales, que representa la única posibilidad de quebrar con la rutinaria entrega de premios, son cada vez más simples y hasta inexplicables, como la selección de Beyonce Knowles para interpretar tres de las cinco canciones -incluyendo el tema central de "Los chicos del coro" en un francés ininteligible-, en lugar de convocar a diferentes artistas para cada una de ellas.
Buscando desacartonar un poco la ceremonia, la organización eligió al supuestamente impredecible Chris Rock. Recibido con una exagerada ovación de pie, Rock se limitó a realizar chistes algo obvios -sobre "Fahrenheit 9/11", "La pasión de Cristo", el cine con afroamericanos- y no mucho más, destacándose su clasificación de lo que es una estrella ("Clint Eastwood es una estrella. Tobey Maguire es solo un muchacho en mallas"). Algo de ayuda recibió de Robin Williams y Adam Sandler, que aportaron su cuota de humor.
Para el público latino el momento memorable de la 77 edición fue sin duda aquel en que Jorge Drexler comenzó a entonar su canción "Al otro lado del río", de "Diarios de motocicleta", con su recién recibido Oscar, el primero para una canción es español. De este modo respondió a la organización del evento que lo ignoró a la hora de representar su tema, prefiriendo a los más conocidos Antonio Banderas y Carlos Santana, que quitaron todo atisbo de la sensibilidad y sutileza de su composición. El uruguayo Drexler, quien reconoció haber practicado la canción en cada pausa por si acaso ganaba, solo se limitó a agregar "chau, gracias".
Decepción es la palabra que mejor describe al equipo de "El aviador", que partía como favorito y vio como "Million Dollar Baby", de Clint Eastwood, le iba aguando la fiesta poco a poco. Si bien la puja entre ambas películas era fuerte, la balanza se inclinó para el potente drama de Eastwood, quien le arrebató a Martin Scorsese la quinta posibilidad de llevarse su merecido Oscar a mejor director. "Fue un poco frustrante cuando comenzaron a construir una competencia entre Marty y yo. Tengo el mayor respeto por él y todos los films que ha realizado a través de los años", declaró Eastwood tras consagrarse como ganador.
Entre los discursos, los más emotivos resultaron los del mejor actor y actriz principal, Jamie Foxx y Hilary Swank, respectivamente, recordando su origen humilde con lágrimas en los ojos. También se destaca el agradecimiento de Eastwood a su madre, presente en el teatro con espléndidos 96 años, por "sus buenos genes", que permite que el actor y director siga tan activo a sus 74 años.
Glamour y sobriedad son las características que definen a la moda exhibida por la alfombra roja y el escenario del Kodak, donde las damas se decantaron por adoptar el estilo de los años 20 y 40 en vestidos y peinados. Entre las mejores vestidas se cuentan Charlize Theron con un espectacular Dior y Hilary Swank con un Guy Laroche que dejaba su espalda al desnudo.