Cuenta regresiva hacia el Oscar (III): "Closer"

por © Alberto Duque López-NOTICINE.com
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Hasta hace unos meses, cuando alguien quería citar una película en que las relaciones amorosas, el sexo, la pareja, la infidelidad, los celos, la tolerancia, el respeto y todo lo que conforma esa rutina de sueños y caricias quedaran vueltos añicos, recordaba una de las películas más feroces de todos los tiempos, "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" del director Mike Nichols y Edward Albee, con Elizabeth Taylor, Richard Burton, George Segal y Sandy Dennis, ganadora de 5 Oscares y nominada a otros 8.

Eso fue en 1966. Nichols (nacido en Berlín, el 6 de noviembre de 1931), se convertiría en uno de los mimados de Hollywood con "El graduado" (1967), "Trampa 22" (1970), "Carnal Knowledge" (1971), "La jaula de las locas" (1996) y "Colores primarios" (1998). Además de dirigir una de las series de televisión más exitosas y controvertidas, "Angeles de América".

A los 73 años, Nichols está de regreso a ese mundo perverso, cruel, violento, sucio, degradante, asqueroso, peligroso y humillante de las parejas que, al dejar de amarse y separarse, al descubrir que ni emocional, ni sexualmente encierran interés para el otro se dedican a un proceso de destrucción propia y ajena. La película se llama "Closer", sus actores secundarios ganaron Globos de Oro y ahora Clive Owen y Natalie Portman aspiran a sendos Oscares.

Así como "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" era un descenso al infierno doméstico de la mano de Martha, George, Nick y Honey, ahora regresamos al universo descompuesto de una película que en castellano se llama "Llevados por el sexo", es decir, arrastrados, empujados, hundidos o cegados, acompañados también por cuatro personajes desolados y vacíos: Anna (Julia Roberts), Dan (Jude Law), Alice (Natalie Portman) y Larry (Clive Owen).

Basada en la pieza del dramaturgo inglés Patrick Marber, contada con el lenguaje más sofisticado, agresivo y hermoso, la película sigue las desventuras de dos parejas que se arman y desarman, soportan el dolor y la sospecha, copulan rabiosamente y después piden cuentas, se intercambian cuando sienten el desgaste y luego intentan desandar sus pasos con unos diálogos muy violentos y unas escenas cargadas de un erotismo y una belleza que rozan al más indiferente de los espectadores, sorprendido con la excelente actuación y el misterio que hay en los cuatro personajes.

Como dice el mismo Nichols, "Los insultos de la pareja Burton-Taylor hace 38 años y el campus universitario en que se destrozaban en presencia de dos jóvenes, han sido empeorados con el Internet, las calles, hoteles, bares, clubes nocturnos y apartamentos del Londres actual, y la implicación profunda y suicida de cuatro personajes que nunca quedan saciados, ni vengados, ni felices, ni tranquilos porque saben que esta pelea sangrienta que comienza con un banal accidente de tránsito y finaliza, por supuesto, entre las sábanas, no tiene tregua".

Si le preguntan por esta visión sin esperanza y amarga sobre el amor, responde: "Así es la vida, más cruel que las películas". Y si se insiste en que "Closer" es el regreso a un terreno conocido y amado por él, lo piensa y dice: "Las desgracias se repiten, los males son como círculos concéntricos, como un perro mordiéndose la cola". Un cronista resumía la película con estas frases: "Si el famoso dicho el que esté libre de pecado que tire la primera piedra se aplicara a los cuatro protagonistas, estos se quedarían con las manos en los bolsillos".

Aunque, en realidad, la realidad los sobrepasa. Y es que no son lo que se dice bondadosos con sus parejas, y esto más allá de que les sean infieles. Se miran el ombligo y no piensan en el bienestar "afectivo, emocional y hasta sexual de con quien están. O mejor, de con quien están cuando desearían estar con otro.

Como dice Natalie Portman, antes y después de desnudarse, antes y después de abrirse lasciva e inocentemente, "Hola, extraño". En el amor, todos seguimos siendo extraños.