Cuenta regresiva hacia el Oscar (III): "Closer"
- por © Alberto Duque López-NOTICINE.com
23-II-05
Hasta hace unos meses, cuando alguien quería citar una película en que las relaciones amorosas, el sexo, la pareja, la infidelidad, los celos, la tolerancia, el respeto y todo lo que conforma esa rutina de sueños y caricias quedaran vueltos añicos, recordaba una de las películas más feroces de todos los tiempos, "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" del director Mike Nichols y Edward Albee, con Elizabeth Taylor, Richard Burton, George Segal y Sandy Dennis, ganadora de 5 Oscares y nominada a otros 8.
Eso fue en 1966. Nichols (nacido en Berlín, el 6 de noviembre de 1931), se convertiría en uno de los mimados de Hollywood con "El graduado" (1967), "Trampa 22" (1970), "Carnal Knowledge" (1971), "La jaula de las locas" (1996) y "Colores primarios" (1998). Además de dirigir una de las series de televisión más exitosas y controvertidas, "Angeles de América".
A los 73 años, Nichols está de regreso a ese mundo perverso, cruel, violento, sucio, degradante, asqueroso, peligroso y humillante de las parejas que, al dejar de amarse y separarse, al descubrir que ni emocional, ni sexualmente encierran interés para el otro se dedican a un proceso de destrucción propia y ajena. La película se llama "Closer", sus actores secundarios ganaron Globos de Oro y ahora Clive Owen y Natalie Portman aspiran a sendos Oscares.
Así como "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" era un descenso al infierno doméstico de la mano de Martha, George, Nick y Honey, ahora regresamos al universo descompuesto de una película que en castellano se llama "Llevados por el sexo", es decir, arrastrados, empujados, hundidos o cegados, acompañados también por cuatro personajes desolados y vacíos: Anna (Julia Roberts), Dan (Jude Law), Alice (Natalie Portman) y Larry (Clive Owen).
Basada en la pieza del dramaturgo inglés Patrick Marber, contada con el lenguaje más sofisticado, agresivo y hermoso, la película sigue las desventuras de dos parejas que se arman y desarman, soportan el dolor y la sospecha, copulan rabiosamente y después piden cuentas, se intercambian cuando sienten el desgaste y luego intentan desandar sus pasos con unos diálogos muy violentos y unas escenas cargadas de un erotismo y una belleza que rozan al más indiferente de los espectadores, sorprendido con la excelente actuación y el misterio que hay en los cuatro personajes.
Como dice el mismo Nichols, "Los insultos de la pareja Burton-Taylor hace 38 años y el campus universitario en que se destrozaban en presencia de dos jóvenes, han sido empeorados con el Internet, las calles, hoteles, bares, clubes nocturnos y apartamentos del Londres actual, y la implicación profunda y suicida de cuatro personajes que nunca quedan saciados, ni vengados, ni felices, ni tranquilos porque saben que esta pelea sangrienta que comienza con un banal accidente de tránsito y finaliza, por supuesto, entre las sábanas, no tiene tregua".
Si le preguntan por esta visión sin esperanza y amarga sobre el amor, responde: "Así es la vida, más cruel que las películas". Y si se insiste en que "Closer" es el regreso a un terreno conocido y amado por él, lo piensa y dice: "Las desgracias se repiten, los males son como círculos concéntricos, como un perro mordiéndose la cola". Un cronista resumía la película con estas frases: "Si el famoso dicho el que esté libre de pecado que tire la primera piedra se aplicara a los cuatro protagonistas, estos se quedarían con las manos en los bolsillos".
Aunque, en realidad, la realidad los sobrepasa. Y es que no son lo que se dice bondadosos con sus parejas, y esto más allá de que les sean infieles. Se miran el ombligo y no piensan en el bienestar "afectivo, emocional y hasta sexual de con quien están. O mejor, de con quien están cuando desearían estar con otro.
Como dice Natalie Portman, antes y después de desnudarse, antes y después de abrirse lasciva e inocentemente, "Hola, extraño". En el amor, todos seguimos siendo extraños.
Hasta hace unos meses, cuando alguien quería citar una película en que las relaciones amorosas, el sexo, la pareja, la infidelidad, los celos, la tolerancia, el respeto y todo lo que conforma esa rutina de sueños y caricias quedaran vueltos añicos, recordaba una de las películas más feroces de todos los tiempos, "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" del director Mike Nichols y Edward Albee, con Elizabeth Taylor, Richard Burton, George Segal y Sandy Dennis, ganadora de 5 Oscares y nominada a otros 8.
Eso fue en 1966. Nichols (nacido en Berlín, el 6 de noviembre de 1931), se convertiría en uno de los mimados de Hollywood con "El graduado" (1967), "Trampa 22" (1970), "Carnal Knowledge" (1971), "La jaula de las locas" (1996) y "Colores primarios" (1998). Además de dirigir una de las series de televisión más exitosas y controvertidas, "Angeles de América".
A los 73 años, Nichols está de regreso a ese mundo perverso, cruel, violento, sucio, degradante, asqueroso, peligroso y humillante de las parejas que, al dejar de amarse y separarse, al descubrir que ni emocional, ni sexualmente encierran interés para el otro se dedican a un proceso de destrucción propia y ajena. La película se llama "Closer", sus actores secundarios ganaron Globos de Oro y ahora Clive Owen y Natalie Portman aspiran a sendos Oscares.
Así como "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" era un descenso al infierno doméstico de la mano de Martha, George, Nick y Honey, ahora regresamos al universo descompuesto de una película que en castellano se llama "Llevados por el sexo", es decir, arrastrados, empujados, hundidos o cegados, acompañados también por cuatro personajes desolados y vacíos: Anna (Julia Roberts), Dan (Jude Law), Alice (Natalie Portman) y Larry (Clive Owen).
Basada en la pieza del dramaturgo inglés Patrick Marber, contada con el lenguaje más sofisticado, agresivo y hermoso, la película sigue las desventuras de dos parejas que se arman y desarman, soportan el dolor y la sospecha, copulan rabiosamente y después piden cuentas, se intercambian cuando sienten el desgaste y luego intentan desandar sus pasos con unos diálogos muy violentos y unas escenas cargadas de un erotismo y una belleza que rozan al más indiferente de los espectadores, sorprendido con la excelente actuación y el misterio que hay en los cuatro personajes.
Como dice el mismo Nichols, "Los insultos de la pareja Burton-Taylor hace 38 años y el campus universitario en que se destrozaban en presencia de dos jóvenes, han sido empeorados con el Internet, las calles, hoteles, bares, clubes nocturnos y apartamentos del Londres actual, y la implicación profunda y suicida de cuatro personajes que nunca quedan saciados, ni vengados, ni felices, ni tranquilos porque saben que esta pelea sangrienta que comienza con un banal accidente de tránsito y finaliza, por supuesto, entre las sábanas, no tiene tregua".
Si le preguntan por esta visión sin esperanza y amarga sobre el amor, responde: "Así es la vida, más cruel que las películas". Y si se insiste en que "Closer" es el regreso a un terreno conocido y amado por él, lo piensa y dice: "Las desgracias se repiten, los males son como círculos concéntricos, como un perro mordiéndose la cola". Un cronista resumía la película con estas frases: "Si el famoso dicho el que esté libre de pecado que tire la primera piedra se aplicara a los cuatro protagonistas, estos se quedarían con las manos en los bolsillos".
Aunque, en realidad, la realidad los sobrepasa. Y es que no son lo que se dice bondadosos con sus parejas, y esto más allá de que les sean infieles. Se miran el ombligo y no piensan en el bienestar "afectivo, emocional y hasta sexual de con quien están. O mejor, de con quien están cuando desearían estar con otro.
Como dice Natalie Portman, antes y después de desnudarse, antes y después de abrirse lasciva e inocentemente, "Hola, extraño". En el amor, todos seguimos siendo extraños.