Cuenta regresiva hacia el Oscar (II): Sidney Lumet

por © Alberto Duque López-NOTICINE.com
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Sidney Lumet pasó hace rato a la memoria eterna del cine con obras maestras como “Serpico”, “Tarde de Perros”, “Príncipe de la ciudad”, “Límite de seguridad”, “El Prestamista”, “Crimen en el Orient Express” , “Running on Empty”, “El Veredicto” y, por supuesto, su máximas creaciones, “12 Hombres sin piedad” y “Network” ("Un mundo implacable") que han sido modelos de narración y montaje para varias generaciones de realizadores y guionistas.

Lumet (25 de junio, 1924, Filadelfia), con una carrera que abarca más de sesenta títulos para cine y televisión, además de innumerables montajes de teatro, ha sido nominado en seis ocasiones al Oscar, nunca se lo han otorgado y por eso ahora recibe un premio honorario de la Academia a toda su carrera. También ha sido nominado seis veces a los premios BAFTA; seis nominaciones y dos premios honoríficos del sindicato de directores o DGA; cinco veces nominado a los Globos de Oro y ganador en una ocasión con “Network” (en 1977 su protagonista, Peter Finch, ganó el Oscar de manera póstuma).

Sus películas como las de Sidney Pollack, Abraham Polonsky, Elia Kazan, Paul Mazurski, Robert Redford, entre otros, están marcadas por su interés en denunciar las injusticias de la sociedad, la corrupción de las autoridades, los abusos del poder, las trampas tendidas por los medios de comunicación a los ciudadanos y la lucha inútil de sus personajes por alcanzar una libertad digna, merecida y permanente.

La obra de Lumet, llena de altibajos comerciales, también refleja un conocimiento vasto de las técnicas narrativas, un impresionante manejo de los actores (numerosos protagonistas de sus películas han sido premiados por academias y festivales), y sobre todo un lenguaje vigoroso y a veces agresivo para convencer al espectador que ese detective, camuflado en medio de la basura de Nueva York mientras sigue los pasos de los policías corruptos, cree en su misión y no se siente un héroe. Sus películas que atraen al público ávido de emociones, también contiene el aliento de un luchador que todavía sigue pensando en un Hollywood con más sensibilidad social, reflejada en esas crónicas urbanas que tienen a Nueva York como su escenario favorito.

Hijo del actor Baruch Lumet y la bailarina Eugenia Wermus Lumet, a los cuatro años inició su carrera teatral; apareció en innumerables obras en Broadway; consiguió su primer papel en el cine en los años 30 con “One Third of a Nation”; fundó un grupo off-Broadway con actores como Yul Brynner y Eli Wallach, descontentos con el método de Lee Strasberg; se convirtió en director de teatro y televisión con enorme éxito. Entró a la leyenda de Hollywood porque, igual que Orson Welles, debutó en el cine con una obra maestra, “12 hombres sin piedad” con Henry Fonda, sin una sola toma exterior. Ganadora en Berlín, anticipa el ambiente cerrado y sofocante de algunas de sus películas posteriores. En 1959 dirigió a un joven Marlon Brando en “Hombre en la piel de víbora”, basada como la mayorìa de sus siguientes películas en piezas de teatro, repletas de conflictos y perdedores, sobre todo la mítica “Largo viaje hacia la noche” que consagró aún más a Katherine Hepburn, Ralph Richardson y Jason Robards.

Excelente director de actores, impactó con Rod Steiger y “El Prestamista”; Sean Connery y “La Colina”; James Mason y “The Deadly Affair”; Al Pacino en “Serpico” y “Tarde de Perros”; Ingrid Bergman y “Crimen en el Expreso de Oriente”; Peter Finch y Faye Dundaway con “Network”; Richard Burton y “Equus”; Treat Williams y “Príncipe de la ciudad”; Paul Newman y “El Veredicto”; River Phoenix y “Running on Empty”; Jane Fonda y “La mañana siguiente”…la lista es extensa de su labor como director de algunos de los mejores actores de Hollywood, nominados y premiados por esos personajes. Este es el hombre que subirá por su Oscar honorífico, innecesario y tardío, pero necesario para que el maestro sea conocido por las nuevas generaciones.