Vuelve el sabor clásico del espionaje con "El mito de Bourne"
- por © Redacción-NOTICINE.com
21-VII-04
Hace dos años que surgió para el cine un nuevo héroe, el espía y ex asesino profesional Jason Bourne, acosado por su pasado y las pesadillas que éste ha dejado en su maltrecho y amnésico cerebro. La adaptación de una novela de Robert Ludlum, ya antes llevada a la pequeña pantalla, fue un inesperado éxito comercial en todo el mundo, a pesar de que el "thriller" de espías sin la pirotecnia actualmente vigente en Hollywood parecía cosa del pasado. La secuela de "El caso Bourne" llega este viernes a la taquilla norteamericana con buena parte del equipo original, encabezado por Matt Damon.
Bourne y Marie (Franka Potente) han mantenido una existencia anónima y clandestina, al precio de una movilidad permanente. Impulsado por pesadillas fragmentarias y atormentado por un pasado que no acaba de recordar, Bourne traslada a Marie de una ciudad a otra, tratando de ir un paso por delante de una amenaza implícita en cada mirada de una persona extraña, en cada llamada telefónica "equivocada"... temiendo a cada segundo que, sin previo aviso, vuelva a verse inmerso en ese mundo que espera haber dejado atrás. Cuando un agente aparece en la tranquila villa que los alojaba, Bourne y Marie interrumpen su vida normal y salen disparados. Pero el juego global del ratón y el gato ha vuelto a comenzar, obligando a entrar en acción al Jason Bourne creado por Treadstone, el operativo secreto, ahora desmantelado, del que ha surgido un grupo de implacables asesinos profesionales.
Repiten los personajes que encarnaron en la primera entrega Franka Potente en el papel de Marie, Brian Cox (Ward Abbott), Julia Stiles (Nicky), y Gabriel Mann (Danny Zorn). A ellos se suman ahora Tom Gallop, Karl Urban y Joan Allen. Tras la cámara, ha sustituído al norteamericano Doug Liman el británico Paul Greengrass (guionista y director de "Bloody Sunday"), aunque el guionista sigue siendo el mismo, Tony Gilroy, quien se ha basado en una nueva novela de Ludlum, "The Bourne supremacy", editada en 1986.
"No queríamos -ha dicho el productor Frank Marshall- hacer una secuela. El primer film funcionó por lo que tenía de inesperado: un reparto atrevido y una trama que era algo más que una historia de acción llena de persecuciones. Ello nos colocaba ante un dilema a la hora de hacer una continuación, porque eso mismo es lo que se estaría esperando el público". Por su parte, Damon cree que la clave del éxito de la saga Bourne es que "la acción sirve para desarrollar el personaje. Queríamos construir una trama en la que la acción estuviera integrada con los personajes y las situaciones que estos viven. Debía ser creible que se trata de gente corriente en una circunstancia fuera de lo corriente, cosa que se aparta de la fórmula habitual del cine de acción".
"Cuando se estrenó "El caso Bourne" -añade el actor norteamericano- yo me dije que era poco probable que se hiciera una segunda película porque ningún miembro del equipo que había trabajado en la primera entrega querría participar en una continuación si no iba a ser tan buena o mejor que aquélla. Esta nueva entrega es una evolución lógica de la primera. Bourne prosigue el camino iniciado cuando le salvan de las aguas del mar al comienzo de la historia. Sigue un camino lógico en él que le lleva a tratar de reintegrarse en la raza humana. Paul (Greengrass) ha comprendido bien el personaje de Bourne: puede ser un asesino pero es también un hombre arrastrado por una serie de circunstancias que le obligan a seguir un cierto camino. Creo que Bloody sunday" es una de las mejores películas de los últimos tiempos. Paul ha sabido plasmar el conflicto clásico de “un hombre contra el mundo” de una forma muy cinematográfica".
Hace dos años que surgió para el cine un nuevo héroe, el espía y ex asesino profesional Jason Bourne, acosado por su pasado y las pesadillas que éste ha dejado en su maltrecho y amnésico cerebro. La adaptación de una novela de Robert Ludlum, ya antes llevada a la pequeña pantalla, fue un inesperado éxito comercial en todo el mundo, a pesar de que el "thriller" de espías sin la pirotecnia actualmente vigente en Hollywood parecía cosa del pasado. La secuela de "El caso Bourne" llega este viernes a la taquilla norteamericana con buena parte del equipo original, encabezado por Matt Damon.
Bourne y Marie (Franka Potente) han mantenido una existencia anónima y clandestina, al precio de una movilidad permanente. Impulsado por pesadillas fragmentarias y atormentado por un pasado que no acaba de recordar, Bourne traslada a Marie de una ciudad a otra, tratando de ir un paso por delante de una amenaza implícita en cada mirada de una persona extraña, en cada llamada telefónica "equivocada"... temiendo a cada segundo que, sin previo aviso, vuelva a verse inmerso en ese mundo que espera haber dejado atrás. Cuando un agente aparece en la tranquila villa que los alojaba, Bourne y Marie interrumpen su vida normal y salen disparados. Pero el juego global del ratón y el gato ha vuelto a comenzar, obligando a entrar en acción al Jason Bourne creado por Treadstone, el operativo secreto, ahora desmantelado, del que ha surgido un grupo de implacables asesinos profesionales.
Repiten los personajes que encarnaron en la primera entrega Franka Potente en el papel de Marie, Brian Cox (Ward Abbott), Julia Stiles (Nicky), y Gabriel Mann (Danny Zorn). A ellos se suman ahora Tom Gallop, Karl Urban y Joan Allen. Tras la cámara, ha sustituído al norteamericano Doug Liman el británico Paul Greengrass (guionista y director de "Bloody Sunday"), aunque el guionista sigue siendo el mismo, Tony Gilroy, quien se ha basado en una nueva novela de Ludlum, "The Bourne supremacy", editada en 1986.
"No queríamos -ha dicho el productor Frank Marshall- hacer una secuela. El primer film funcionó por lo que tenía de inesperado: un reparto atrevido y una trama que era algo más que una historia de acción llena de persecuciones. Ello nos colocaba ante un dilema a la hora de hacer una continuación, porque eso mismo es lo que se estaría esperando el público". Por su parte, Damon cree que la clave del éxito de la saga Bourne es que "la acción sirve para desarrollar el personaje. Queríamos construir una trama en la que la acción estuviera integrada con los personajes y las situaciones que estos viven. Debía ser creible que se trata de gente corriente en una circunstancia fuera de lo corriente, cosa que se aparta de la fórmula habitual del cine de acción".
"Cuando se estrenó "El caso Bourne" -añade el actor norteamericano- yo me dije que era poco probable que se hiciera una segunda película porque ningún miembro del equipo que había trabajado en la primera entrega querría participar en una continuación si no iba a ser tan buena o mejor que aquélla. Esta nueva entrega es una evolución lógica de la primera. Bourne prosigue el camino iniciado cuando le salvan de las aguas del mar al comienzo de la historia. Sigue un camino lógico en él que le lleva a tratar de reintegrarse en la raza humana. Paul (Greengrass) ha comprendido bien el personaje de Bourne: puede ser un asesino pero es también un hombre arrastrado por una serie de circunstancias que le obligan a seguir un cierto camino. Creo que Bloody sunday" es una de las mejores películas de los últimos tiempos. Paul ha sabido plasmar el conflicto clásico de “un hombre contra el mundo” de una forma muy cinematográfica".