"Troya", falseando la historia en favor del espectáculo

por © Cynthia M. García-NOTICINE.com
Helena (Kruger) y Paris (Bloom)
Helena (Kruger) y Paris (Bloom)
Héctor (Bana)Helena (Kruger) y Paris (Bloom)14-V-04

Llegó a las pantallas de buena parte del mundo la esperada "Troya", film de Wolfgang Petersen, que se anticipa como uno de los grandes sucesos de este año, principalmente por las espectaculares escenas de promoción, que evidencian la superproducción épica que es; y el atractivo elenco encabezado por Brad Pitt.

"Troya" narra un aspecto conocido de un hecho que oscila entre lo histórico y lo mitológico. Por el 1.200 a.C., los espartanos y troyanos han sellado la paz, luego de devastadores años de guerra, y con tal motivo el Rey Menelao de Esparta (Brendan Gleeson) organiza una fiesta para agasajar a los príncipes de Troya, Héctor (Eric Bana) y Paris (Orlando Bloom). Esta naciente armonía se ve interrumpida cuando Paris se enamora de la hermosa Reina Helena de Esparta (la alemana Diane Kruger), esposa de Menelao. Paris decide llevarla a Troya, pero Héctor le advierte los riesgos de esta decisión. Ante la negativa de su hermano de regresar a casa sin Helena, Héctor opta por aceptar.

Tal afrenta no es aceptada por Menelao, quien decide solicitar la ayuda de su hermano, el inescrupuloso Agamenón (Brian Cox), rey de los griegos. Agamenón encuentra este hecho como la excusa perfecta para atacar Troya y apoderarse de un punto estratégico que le permitirá controlar el mar Egeo. Para comandar este ataque, Agamenón recluta a Aquiles (Pitt), un invulnerable guerrero, que sólo lucha por su gloria personal. Aunque Agamenón detesta a Aquiles sabe que es clave para vencer al ejército rival liderado por el invencible Héctor. Así se inicia la guerra, que finalizará cuando los griegos ingeniosamente ingresen un caballo de madera en Troya, donde en su interior se esconden soldados, que luego, en la quietud de la noche, atacan y queman la ciudad.

La adaptación en el cine suele ser objeto de críticas, generalmente por la falta de rigor al original o por modificar su historia para otorgarle un cariz más atractivo para el gran público. En "Troya" estas dos características se cumplen, no es fiel al original relato de Homero y cambió algunos aspectos para englobar una trama más concisa; pero los responsables del film han tenido la prudencia e inteligencia de aclarar en el cartel promocional que la película de Petersen se inspira en "La Ilíada", de Homero; desechando así los reproches que se puedan generar por sus licencias artísticas, de hecho, el episodio del caballo de Troya pertenece a "La eneida", de Virgilio.

El largometraje centra su historia en la figura de Aquiles, que es presentado como un ser solitario, con hambre de gloria y que simplemente desea que su nombre sea recordado por siempre. La llegada de una mujer a su vida, Briseida (Rose Byrne), es lo que causará la vulnerabilidad de Aquiles, ese guerrero cuyo único punto débil resultó ser el talón, aunque en el film no se explique de dónde viene ese mito, y se entienda que en realidad fue el amor lo que pudo ocasionar su caída.

Más allá de las imponentes escenas de batallas con miles de extras -a lo que se suma una nueva técnica digital que le otorga movimientos propios a cada personaje añadido- y muy bien coreografiadas, "Troya" se detiene en mostrar el aspecto más humano de cada uno de los protagonistas principales, dando lugar a momentos intimistas, como el encuentro entre Aquiles y el rey Príamo de Troya (Peter O´Toole). Vale destacar el trabajo de Bana como Héctor, que se transforma en el verdadero héroe de la película, a la que definitivamente le sobran unos cuantos minutos.