Mia Farrow no quiere oir ni hablar de Woody Allen
- por © María Iglesias-NOTICINE.com
23-III-04
Mia Farrow, una de las estrellas homenajeadas el pasado fin de semana en el español Festival de Las Palmas de Gran Canaria, no perdona a su ex pareja Woody Allen y a pesar de que ambos colaboraron en películas que hicieron mucho por su propia carrera como actriz, como "Hannah y sus hermanas", "Alice", "La rosa púrpura de El Cairo", "Delitos y faltas"... se niega en redondo a futuros trabajos de común: "Definitivamente no. No estaría con él jamás ni siquiera en la misma habitación", afirma en entrevista con NOTICINE.com.
Reconoce la protagonista de "La semilla del diablo" que recurrió al psicoanálisis (tan caro a Allen) cuando se produjo su ruptura: "Era increíble lo que nos estaba pasando, la separación de mi hija, la ruptura de la relación de mis otros hijos con su hermana, él convirtió a mis hijos en cuñados de su hermana y se convirtió en suegro de sus hijos... En fin, algo muy duro y difícil de digerir, y necesité ayuda, pero luego pasó. Pienso que uno debe usar el psicoanálisis sólo en momentos en los que no hay otra solución, pero Woody Allen lleva cincuenta años utilizándolo. Eso es enfermizo y te hace estar fuera de la realidad y tener una visión muy alejada de que es la vida".
A pesar de sus críticas al cineasta y actor, Mia Farrow admite que con él hizo buenos films: "Tuve suerte de trabajar con él. La película que más me gusta es "La rosa púrpura de El Cairo”. Fue una época muy productiva para mí".
En los últimos años, la intérprete norteamericana -de 59 años- ha estado más atareada en el cuidado de su numerosísima prole y en la labor humanitaria para UNICEF que en cine. "últimamente me ocupo más de mis hijos y de mi papel como embajadora de UNICEF porque me satisface mucho. Algunos de mis hijos son discapacitados. Tengo diez hijos adoptados y además soy madre soltera, lo cual me hace trabajar más. Esto me obliga a no poder hacer mucho cine, y además estoy en una edad en la que sólo me ofrecen papeles de madre o abuela. Ahora bien, si Polanski me llamara para trabajar en una película suya no me lo pensaría, pero mientras esto sucede vuelco mi vida en mis hijos".
Aunque dice que no le parece oportuno llegar a España, país donde le encantaría trabajar -"sobre todo con Saura"- , para criticar a su presidente, se manifiesta opuesta a la actuación exterior de su gobierno y decididamente favorable a un cambio político. "Soy una demócrata convencida y haré lo posible para que en mi país ganen los demócratas, pero soy americana, amo a América y me parece que éste no es el lugar para criticar a mi país. De joven pertenecí al movimiento hippie, eso creo que lo dice todo de mí".
Mia Farrow, una de las estrellas homenajeadas el pasado fin de semana en el español Festival de Las Palmas de Gran Canaria, no perdona a su ex pareja Woody Allen y a pesar de que ambos colaboraron en películas que hicieron mucho por su propia carrera como actriz, como "Hannah y sus hermanas", "Alice", "La rosa púrpura de El Cairo", "Delitos y faltas"... se niega en redondo a futuros trabajos de común: "Definitivamente no. No estaría con él jamás ni siquiera en la misma habitación", afirma en entrevista con NOTICINE.com.
Reconoce la protagonista de "La semilla del diablo" que recurrió al psicoanálisis (tan caro a Allen) cuando se produjo su ruptura: "Era increíble lo que nos estaba pasando, la separación de mi hija, la ruptura de la relación de mis otros hijos con su hermana, él convirtió a mis hijos en cuñados de su hermana y se convirtió en suegro de sus hijos... En fin, algo muy duro y difícil de digerir, y necesité ayuda, pero luego pasó. Pienso que uno debe usar el psicoanálisis sólo en momentos en los que no hay otra solución, pero Woody Allen lleva cincuenta años utilizándolo. Eso es enfermizo y te hace estar fuera de la realidad y tener una visión muy alejada de que es la vida".
A pesar de sus críticas al cineasta y actor, Mia Farrow admite que con él hizo buenos films: "Tuve suerte de trabajar con él. La película que más me gusta es "La rosa púrpura de El Cairo”. Fue una época muy productiva para mí".
En los últimos años, la intérprete norteamericana -de 59 años- ha estado más atareada en el cuidado de su numerosísima prole y en la labor humanitaria para UNICEF que en cine. "últimamente me ocupo más de mis hijos y de mi papel como embajadora de UNICEF porque me satisface mucho. Algunos de mis hijos son discapacitados. Tengo diez hijos adoptados y además soy madre soltera, lo cual me hace trabajar más. Esto me obliga a no poder hacer mucho cine, y además estoy en una edad en la que sólo me ofrecen papeles de madre o abuela. Ahora bien, si Polanski me llamara para trabajar en una película suya no me lo pensaría, pero mientras esto sucede vuelco mi vida en mis hijos".
Aunque dice que no le parece oportuno llegar a España, país donde le encantaría trabajar -"sobre todo con Saura"- , para criticar a su presidente, se manifiesta opuesta a la actuación exterior de su gobierno y decididamente favorable a un cambio político. "Soy una demócrata convencida y haré lo posible para que en mi país ganen los demócratas, pero soy americana, amo a América y me parece que éste no es el lugar para criticar a mi país. De joven pertenecí al movimiento hippie, eso creo que lo dice todo de mí".