Crítica: "En primera plana / Spotlight", suyo es el reino, el poder... pero no la gloria
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Por Jon Apaolaza
El poder corrompe y convierte a quienes lo comparten en una comunidad reacia a la autodepuración y laxa a la hora de disculpar a los correligionarios, por mucho que cometan pecados de los que la propia organización, la Iglesia en este caso, considera más ominosos. De eso va, en parte, "En primera plana / Spotlight" (2015), de Tom McCarthy, un relato pormenorizado de la investigación periodística que dio lugar a uno de los más importantes escándalos de abusos por parte de religiosos en los Estados Unidos, país donde pese a la multiconfesionalidad, la jerarquía eclesiástica se ha movido, hasta hace nada, con notable impunidad.
Convertida en favorita del año para muchos críticos, como lo ha demostrado los premios recibidos por diferentes asociaciones de columnistas, así como en los Gotham o los Critic's Choice, "Spotlight", candidata al Oscar ya estrenada en EEUU y México y enseguida en España y Argentina, sigue el minucioso proceso de recopilación de pruebas por parte de una sección de periodismo investigativo en la redacción del Boston Globe, que por fin pudo acusar en 2002 a las autoridades religiosas locales de ocultación de los numerosos casos de abusos de niños cometidos por casi un centenar de sacerdotes católicos en su diócesis.
El asunto no es nuevo en nuestros países, tanto o más católicos que los Estados Unidos, y las denuncias se han multiplicado en lo que llevamos de siglo hasta el punto de obligar al actual Papa a pedir públicamente perdón por la indolencia con el que la Iglesia ha tratado en todas partes esta lacra, sin duda emparentada con el propio pecado contra el sexto mandamiento, y la represión sexual propia del celibato.
Por tanto, no habrá sorpresa en "Spotlight", un film largo, detallado, bien construido y mejor interpretado por una colección de sólidos actores populares en cine y televisión, como Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery o Stanley Tucci. A lo largo del proceso de investigación periodística se ponen de manifiesto las tácticas ocultatorias de la Iglesia, que han sido similares en todas partes, las complicidades sociales y el poder -o la influencia- que las instituciones religiosas han tenido en sectores civiles para esquivar la persecución y castigo a los (sus) culpables.
McCarthy no sólo ha huido del sensacionalismo, sino también del exceso de emotividad, por lo que algunos pueden encontrar a su film algo frío. El acercamiento a la historia no sólo deja en un segundo plano a los acusados, sino también en parte a las víctimas, para volcar la mayor parte del protagonismo en los periodistas y su labor. Sin embargo, hay momentos claves en los que se puede empatizar con esos hombres que fueron niños cuya inocencia rompieron curas abusadores, marcados de por vida, traicionados por una fe de la que fueron devotos, cuyos ministros les sumieron en un infierno aún más psíquico que físico.
Conviene reflexionar, por otra parte, sobre la importancia de equipos de periodismo de investigación como el Spotlight del Boston Globe, cada vez más difíciles de mantener en las empresas informativas actuales devaluadas por la llegada de los medios digitales y el descenso de las ventas. No es quizás "En primera plana / Spotlight" tan apasionante como otro clásico del cine periodístico, "Todos los hombres del presidente / All the President's Men" (1976), pero sin duda tocará muchos corazones e invitará a pensar que hasta en los lugares más sagrados anida la crueldad humana.
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