Opinión: "Pearl Harbor" y "De aquí a la eternidad"
- por © Justo de la Torre-FP / NOTICINE.com
La montaña del bosque sagrado (Hollywood) ha parido un ratón. La pelicula más cara de la historia, producida por la Disney, ha organizado en Hawai una fiesta en un acorazado alquilado a la Marina que ha costado mil millones de pesetas. Vuelve con ello el colosalismo bélico-patriótico. Desde "Salvar al soldado Ryan" hasta "Stalingrado" el cine de guerra está de moda.
La película, "Pearl Harbor" es, según los críticos, un bodrio, premiosa, sentimentaloide, inflada. El ataque japonés, los 350 aviones del almirante Yamamoto y el comandante Fuchida lanzados sobre la base norteamericana en el Pacífico aquel infausto 7 de diciembre de pronto hará sesenta años, está contado como melodrama de dos amigos y una misma novia. Hasta que ella, la enfermera, se enrolla con uno de los dos soldados porque el otro ha desaparecido en el frente europeo. Pero el caso es que no ha muerto y vuelve a Pearl Harbor para preguntar que qué pasa con lo suyo. En medio, el ataque. El productor se ha disculpado diciendo que el film no es un libro de historia. Eso es cierto, pero la historia o no cuela o cuela mal. Y el rigor histórico, con la de especialistas que hay sobre el tema en Estados Unidos podían haber elegido, aunque Gordon Prangue murió, a los mejores, a los mas cualificados.
Pesa tanto la anécdota, esa historia de amor a tres bandas, que ha escrito un critico que después de una hora y pico de tontunas el espectador desea que llegue el bombardeo. Esos cuarenta minutos del ataque japonés dicen que es lo mejor de la pelicula. Se ve el dinero invertido en pólvora y barrenos, en pirotecnia y balas de fogueo.
Los de la Disney han querido repetir la fórmula del "Titanic" de James Cameron, una historia de amor en medio de un drama, y salvados esos cuarenta minutos espectaculares el resto es filfa. Y vamos a ver lo que dicen los japoneses, tan exigentes y tan orgullosos, tan hipersensibles. De momento han hecho una versión para ellos, para no herir suceptibilidades. Los nipoamericanos han protestado. Con tanto revuelo, diga lo que diga la crítica, asegurada la respuesta patriótica del público todo conduce a pensar que va a ser un taquillazo. Claro que para amortizar veinte millones de dólares... Donde esté "De aqui a la eternidad" de Fred Zinnemann, con Burt Lancaster, Deborah Kerr, Frank Sinatra y Monty Cliff... Costó mucho menos, se rodó en blanco y negro, pero tiene una base sólida en la novela de James Jones. Son amores imposibles, frustraciones de cuartel, historias de malos tratos en la milicia estadounidense de la época y la agresión japonesa se trata de manera muy funcional. Es un peliculón.
La película, "Pearl Harbor" es, según los críticos, un bodrio, premiosa, sentimentaloide, inflada. El ataque japonés, los 350 aviones del almirante Yamamoto y el comandante Fuchida lanzados sobre la base norteamericana en el Pacífico aquel infausto 7 de diciembre de pronto hará sesenta años, está contado como melodrama de dos amigos y una misma novia. Hasta que ella, la enfermera, se enrolla con uno de los dos soldados porque el otro ha desaparecido en el frente europeo. Pero el caso es que no ha muerto y vuelve a Pearl Harbor para preguntar que qué pasa con lo suyo. En medio, el ataque. El productor se ha disculpado diciendo que el film no es un libro de historia. Eso es cierto, pero la historia o no cuela o cuela mal. Y el rigor histórico, con la de especialistas que hay sobre el tema en Estados Unidos podían haber elegido, aunque Gordon Prangue murió, a los mejores, a los mas cualificados.
Pesa tanto la anécdota, esa historia de amor a tres bandas, que ha escrito un critico que después de una hora y pico de tontunas el espectador desea que llegue el bombardeo. Esos cuarenta minutos del ataque japonés dicen que es lo mejor de la pelicula. Se ve el dinero invertido en pólvora y barrenos, en pirotecnia y balas de fogueo.
Los de la Disney han querido repetir la fórmula del "Titanic" de James Cameron, una historia de amor en medio de un drama, y salvados esos cuarenta minutos espectaculares el resto es filfa. Y vamos a ver lo que dicen los japoneses, tan exigentes y tan orgullosos, tan hipersensibles. De momento han hecho una versión para ellos, para no herir suceptibilidades. Los nipoamericanos han protestado. Con tanto revuelo, diga lo que diga la crítica, asegurada la respuesta patriótica del público todo conduce a pensar que va a ser un taquillazo. Claro que para amortizar veinte millones de dólares... Donde esté "De aqui a la eternidad" de Fred Zinnemann, con Burt Lancaster, Deborah Kerr, Frank Sinatra y Monty Cliff... Costó mucho menos, se rodó en blanco y negro, pero tiene una base sólida en la novela de James Jones. Son amores imposibles, frustraciones de cuartel, historias de malos tratos en la milicia estadounidense de la época y la agresión japonesa se trata de manera muy funcional. Es un peliculón.