Crítica: "Invisibles / Time Out of Mind", poderoso alegato humano
- por © NOTICINE.com
Por Sonia R. Castellanos
Cuando en una película prevalece la función de denuncia del cine por encima de su función social de entretenimiento, dicha cinta puede llevar al espectador a pensar que la sociedad realmente tiene un problema al que el cuarto poder no dedica suficiente tiempo. Ni el cuarto, ni los tres anteriores. Cuando una película da cuenta de la situación de una parte de la sociedad y lo hace a través de un actor de la talla de Richard Gere, y además se une la labor de dirección del cineasta iraní Oren Moverman, quiere decir que el cine ha iniciado sus mecanismos de poder y podría afirmarse que ocupa el quinto lugar en esa escala de autoridad. Seguramente al actor, muy implicado con la causa de las personas sin hogar, no se le ocurrió mejor forma de darle alcance al problema que llevándolo a su terreno: de esta forma y tras largos años esperando el momento adecuado nace "Invisibles / Time Out of Mind" (2015), que se estrena este viernes en España.
George Hammond (Richard Gere) se despierta de forma abrupta y desconcertante en la bañera de un destartalado piso. Más acertado sería decir que le despiertan, sin muchos miramientos, los nuevos propietarios de la vivienda en la que el personaje de Gere ha estado viviendo, de mala manera, durante un tiempo indeterminado. Es en ese preciso momento cuando George, que representa en las dos horas de película a todas las personas sin hogar del mundo, se cuelga la etiqueta de intruso y no se la vuelve a quitar. Ni por un segundo. Vaya donde vaya, el espectador, y seguramente también el propio George, tiene la sensación de que sobra: en un frío banco donde intenta conciliar algo de sueño, en la vida de su hija Maggie (Jena Malone), en la sala de espera de un hospital, incluso se siente intruso en un refugio para hombres sin hogar al que va a pasar las noches, donde conoce a otras personas en su misma situación. Es el caso de Dixon (Ben Vereen), un parlanchín compañero que, entre charla y charla, infundirá a George fuerza y esperanza para que intente recuperar la relación perdida con su hija.
Lo cierto es que aunque se podría pensar que, como en toda película, hay un héroe y un villano, un bueno y un malo, los antagonistas no aparecen como tal en el relato: no hay buenos, ni malos, tan solo personas con diferentes reacciones hacia la mendicidad que despiertan también sus propias reacciones al espectador. Aunque es inevitable sentir empatía por el personaje interpretado por Gere: en medio de su deambular por las duras calles de Manhattan, de enfrentarse al rechazo de los que no se ven en su situación, de desear que algo le salga bien, uno se siente afortunado por no encontrarse en una posición similar. La labor social funciona, el alegato está bien hecho: las personas sin hogar también son seres humanos.
Sin embargo, la fuerza de la interpretación de Gere y el poderoso llamamiento que se hace a través de la historia de George pierde una parte de su efecto con la ejecución, a veces demasiado larga, en ocasiones un poco cuesta arriba. Esa pesadez que transmiten los planos largos, las pocas palabras de George y su merodeo por Manhattan hacen referencia al desasosiego de su situación, pero la falta de definición de una historia concreta, que el objetivo de salir de las calles sea a largo plazo, hace que el espectador sienta muy lejos el final de las dos horas de film. Eso no quita que algunos de los detalles de la forma, como esos planos a través de los cristales que no hacen otra cosa que aumentar la sensación de aislamiento del personaje, resulten muy adecuados y den buena cuenta, una vez más, de la soledad y los problemas a los que se enfrentan las personas sin hogar.
"Invisibles / Time Our of Mind" es un poderoso discurso de concienciación sobre un problema universal que traspasa fronteras. Hay miles de George Hammond esperando ya no una ayuda por parte del prójimo, sino una mínima muestra de que también son considerados seres humanos. El título es una buena metáfora de los sin techo y se refleja en varias de las escenas del prolongado film, pero en manos de la sociedad está que ese manto de invisilibidad deje de cubrirles definitivamente.
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.