"Sicario", el último gran papel de Benicio del Toro, alcanza su máxima difusión norteamericana mirando al Oscar
- por © Redacción-NOTICINE.com
La película del canadiense Denis Villeneuve (“Incendies”), un potente thriller sobre la guerra no siempre limpia contra el narcotráfico de los carteles mexicanos, protagonizada por Benicio del Toro, Emily Blunt y Josh Brolin, que debutó hace dos fines de semana en sólo seis salas de Los Angeles y Nueva York y aumentó a menos de 60 el viernes pasado, alcanzará por fín este fin de semana su más amplia difusión por toda Norteamérica, días después de conocerse que su productora Lionsgate ya trabaja en una secuela que desarrollará el personaje de Alejandro, personaje del boricua Del Toro. Para su director, "Sicario", que desde su estreno mundial en Cannes suena como una de las posibles candidatas al Oscar, "ofrece una impactante mirada a las operaciones encubiertas y a los cárteles mexicanos. Pero esta historia también trata sobre Estados Unidos, sobre el choque que se produce entre realismo e idealismo a la hora de tratar los problemas de otros países”.
"La película -agrega el cineasta canadiense- trata en parte sobre un fantasma: la vieja idea de que Estados Unidos será capaz de resolver los problemas más violentos del mundo de modo muy eficiente e invisible. Esa era en otro tiempo una noción reconfortante, pero el mundo parece haber ido volviéndose cada vez más complicado. Tenemos necesidad de superhéroes. Sin embargo, en la realidad actual, los héroes no suelen tener las manos limpias. Los héroes tienen que vérselas con decisiones morales sumamente difíciles, la clase de decisiones que hay que tomar al afrontar el mal. Las decisiones morales de 'Sicario' me fascinan. ¿Hasta dónde deberíamos llegar para detener a los cárteles? ¿Podemos detener a los cárteles sin volvernos como ellos?”.
Por su parte Benicio del Toro, opina que “es una película sobre elecciones. Es difícil decir si cualquiera de los personajes de 'Sicario' es verdaderamente bueno o malo. ¿El fin justifica los medios? ¿Qué pasa cuando te encuentras en una situación en la que quieres matar a un tipo y acabas matando a 20 personas inocentes? Has acabado con el malo pero, ¿a qué precio?".
Recientemente se anunciaba que "Sicario" tendrá una secuela, dedicada a profundizar en el personaje más fascinante de la cinta, Alejandro, que tiene un pasado como antiguo fiscalque llora a su familia asesinada, se convierte en protector del personaje de la poco experimentada agente del FBI Kate (Blunt) y también en un ejecutor, un sicario, dispuesto a cruzar cualquier línea con tal de acabar con los cárteles que le destrozaron la vida.
El guionista Taylor Sheridan ("Hijos de la anarquia / Sons of Anarchy"), ya se imaginaba a Benicio del Toro en el papel incluso mientras estaba aún escribiendo la historia. Al fin y al cabo, no era casualidad que el carismático actor de origen portorriqueño ya hubiera ganado anteriormente un Oscar por su inolvidable retrato de un aspecto muy diferente de la guerra contra las drogas, como un espabilado policía de Tijuana en la cinta de Steven Soderbergh “Traffic”. Obtuvo otra nominación por hacer de un ex presidiario que ha redescubierto su fe, en el drama de Alejandro González Iñárritu “21 gramos”, y ha ofrecido multitud de interpretaciones memorables más, ya sea como parte del universo de cómic de “Sin City (Ciudad del pecado)”, o por hacer de ‘Che Guevara’, o su reciente papel de abogado de la década de 1960 en “Puro vicio”, de Paul Thomas Anderson.
Del Toro dice que se sintió atrapado por la complejidad del guion. La pregunta que más le rondaba por la cabeza era si Alejandro podía realmente vivir con todo lo que había hecho, o si había aceptado que el precio que debía pagar era seguir siendo siempre un marginado de la sociedad.
“Alejandro era fiscal, hasta que su familia fue asesinada en la guerra contra las drogas; a raíz de esos hechos, se convirtió en una especie de asesino de capos de la droga. Pero, ¿es un villano? No lo sé”, reflexiona el actor. “No diría que ha tomado malas decisiones para llegar al punto en que se encuentra, circunstancias controladas por otros seres humanos lo han obligado a ser quien es. El gobierno estadounidense le ha asignado ese papel de sicario, así que vive en ese mundo oscuro y sangriento. Tiene sus propios motivos por los que está dispuesto a hacerlo pero, ¿podrá volver alguna vez a integrarse en la sociedad, teniendo en cuenta en lo que se ha convertido?”.
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"La película -agrega el cineasta canadiense- trata en parte sobre un fantasma: la vieja idea de que Estados Unidos será capaz de resolver los problemas más violentos del mundo de modo muy eficiente e invisible. Esa era en otro tiempo una noción reconfortante, pero el mundo parece haber ido volviéndose cada vez más complicado. Tenemos necesidad de superhéroes. Sin embargo, en la realidad actual, los héroes no suelen tener las manos limpias. Los héroes tienen que vérselas con decisiones morales sumamente difíciles, la clase de decisiones que hay que tomar al afrontar el mal. Las decisiones morales de 'Sicario' me fascinan. ¿Hasta dónde deberíamos llegar para detener a los cárteles? ¿Podemos detener a los cárteles sin volvernos como ellos?”.
Por su parte Benicio del Toro, opina que “es una película sobre elecciones. Es difícil decir si cualquiera de los personajes de 'Sicario' es verdaderamente bueno o malo. ¿El fin justifica los medios? ¿Qué pasa cuando te encuentras en una situación en la que quieres matar a un tipo y acabas matando a 20 personas inocentes? Has acabado con el malo pero, ¿a qué precio?".
Recientemente se anunciaba que "Sicario" tendrá una secuela, dedicada a profundizar en el personaje más fascinante de la cinta, Alejandro, que tiene un pasado como antiguo fiscalque llora a su familia asesinada, se convierte en protector del personaje de la poco experimentada agente del FBI Kate (Blunt) y también en un ejecutor, un sicario, dispuesto a cruzar cualquier línea con tal de acabar con los cárteles que le destrozaron la vida.
El guionista Taylor Sheridan ("Hijos de la anarquia / Sons of Anarchy"), ya se imaginaba a Benicio del Toro en el papel incluso mientras estaba aún escribiendo la historia. Al fin y al cabo, no era casualidad que el carismático actor de origen portorriqueño ya hubiera ganado anteriormente un Oscar por su inolvidable retrato de un aspecto muy diferente de la guerra contra las drogas, como un espabilado policía de Tijuana en la cinta de Steven Soderbergh “Traffic”. Obtuvo otra nominación por hacer de un ex presidiario que ha redescubierto su fe, en el drama de Alejandro González Iñárritu “21 gramos”, y ha ofrecido multitud de interpretaciones memorables más, ya sea como parte del universo de cómic de “Sin City (Ciudad del pecado)”, o por hacer de ‘Che Guevara’, o su reciente papel de abogado de la década de 1960 en “Puro vicio”, de Paul Thomas Anderson.
Del Toro dice que se sintió atrapado por la complejidad del guion. La pregunta que más le rondaba por la cabeza era si Alejandro podía realmente vivir con todo lo que había hecho, o si había aceptado que el precio que debía pagar era seguir siendo siempre un marginado de la sociedad.
“Alejandro era fiscal, hasta que su familia fue asesinada en la guerra contra las drogas; a raíz de esos hechos, se convirtió en una especie de asesino de capos de la droga. Pero, ¿es un villano? No lo sé”, reflexiona el actor. “No diría que ha tomado malas decisiones para llegar al punto en que se encuentra, circunstancias controladas por otros seres humanos lo han obligado a ser quien es. El gobierno estadounidense le ha asignado ese papel de sicario, así que vive en ese mundo oscuro y sangriento. Tiene sus propios motivos por los que está dispuesto a hacerlo pero, ¿podrá volver alguna vez a integrarse en la sociedad, teniendo en cuenta en lo que se ha convertido?”.
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