Crítica: "Pixeles / Pixels", otra del poco sutil y menos divertido Sandler
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Por Edurne Sarriegui
Aprovechando el verano boreal y el receso invernal austral se estrena “Pixels / Pixeles” (2015) que trenza acción, ciencia ficción y comedia en un entretenimiento dirigido a un público familiar que con distintos recursos busca la atención tanto de grandes como de chicos. Algunos se dejarán engañar por los efectos digitales, pero no olviden que al frente del elenco está Adam Sandler, y eso es sinónimo de comedia poco o nada inteligente. Avisados están...
Basada en un cortometraje del mismo título que escribió y dirigió Patrick Jean en 2010, Chris Columbus (“Harry Potter”, “Percy Jackson”...) es el encargado de la realización mientras que el guion está a cargo de Tim Herlihy, Timothy Dowling y el propio Jean.
Al inicio de los años ochenta la gran novedad en el entretenimiento fue la aparición de los juegos de video. Antes de que las consolas personales se pusieran a la venta, las máquinas que concedían tres vidas a cambio de una moneda convocaban en locales a montones de adolescentes que demostraban su habilidad ante sus pares.
En este contexto se sitúa el inicio de la historia. En 1982 la Nasa decide enviar una cápsula al espacio conteniendo distintas manifestaciones de la cultura terrícola, entre otras, las partidas del campeonato mundial de videojuegos.
Sam Brenner (Adam Sandler), subcampeón en aquel lejano 1982, parece haber malgastado su habilidad para deducir patrones lógicos y nunca pudo concretar una carrera relacionada con la tecnología. Trabaja como instalador domiciliario de artefactos electrónicos para una empresa que curiosamente se llama Nerds. Su amigo de la infancia Will Cooper (Kevin James) devino con el tiempo en presidente de los Estados Unidos. El presidente más desprestigiado e impopular que haya dado el cine. A pesar del tiempo transcurrido y de los disímiles puestos que les toca ocupar en la actualidad, los viejos amigos conservan su amistad.
Los habitantes de una lejana galaxia toman esas imágenes como una declaración de guerra por parte de la Tierra y cuando se inicia el ataque de la fuerza alienígena, el presidente Cooper y su amigo Sam reconocen las características de los juegos que ocuparon su infancia. Junto a su amigo Ludlow (Josh Gad), otrora genio de los jueguitos y actualmente obsesionado por descubrir complots, y Eddie Plant (Peter Dinklage), campeón en el pasado y hoy estafador convicto, se unirán en la lucha para salvar el planeta. La Teniente Coronel Violet Van Patten (Michelle Monaghan), miembro del Consejo de Seguridad de los Estados Unidos, será quien les provea de sofisticadas armas para enfrentar al peligro.
En este caso el enemigo estará conformado por los personajes de los legendarios juegos que acompañaron a aquellos que hoy están pisando la cincuentena: Galaga, Centiped, Space Invaders, Donkey Kong, Tetris y hasta un gigante Pac-Man dispuesto a devorar la ciudad de Nueva York.
Sin duda la mayor fortaleza del film está en las imágenes que generan esos juegos llevados a un tamaño gigantesco y la descomposición en miles de coloridos pixeles de todo lo alcanzado por sus ataques. Sin embargo, todo ese despliegue visual no se condice con otros aspectos.
Pareciera que Sandler puede interpretar un único personaje que se muestra ingenioso a fuerza de repetir una y otra vez el mismo tipo de bromas en la mayoría de sus films. Será por la reiterada colaboración de los mismos guionistas pero ese humor tan rústico tiene un tufillo a dejà vu que no deja lugar para las sorpresas ni para las novedades.
Con la añoranza como motor principal “Pixels /Pixeles” apunta al público adulto con múltiples referencias a los años setenta y ochenta: la banda sonora, personajes de la época y una cierta reminiscencia en la apariencia del equipo salvador del mundo con los exitosos “Cazafantasmas”. Pero a la última producción de Sony no le alcanza con este nuevo uso de los videojuegos para remontar la sucesión de gags reiterativos y los sobreactuados héroes.
No cabe duda que los nostálgicos disfrutarán todas y cada una de las emotivas expresiones del pasado y los más jóvenes encontrarán en la acción y los efectos visuales motivo de regocijo. Pero el público que acuda al cine con otras expectativas seguramente no podrá evitar la decepción ante un producto tan carente de innovación y con tan escasa sutileza en su humor.
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