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Por Edurne Sarriegui

"Tomorrowland" es la última producción de Disney y como tal viene con un mensaje claro y bien definido: El futuro se construye con optimismo. Con ello quiere diferenciarse del bombardeo de cintas futuristas de Hollywood que se desarrollan en sociedades distópicas que no dan la menor envidia. Dirigida por Brad Bird ("Los increíbles/ The incredibles", "Ratatouille", "Misión: Imposible- Protocolo fantasma/ Mission: Imposible- Ghost Protocol" entre otras)  y coescrita por el mismo Bird junto a Damon Lindelof ("Lost"), se trata de un entretenimiento familiar que promete más de lo que da.

Frank Walker (George Clooney), un inventor que vive recluido en una casa protegida como una fortaleza, se ve obligado a viajar al futuro junto a Casey Newton (Britt Robertson), una jovencita interesada por la ciencia, y a una niña robot, Athena (Raffey Cassidy), para salvar a la humanidad de un final ineludible.

La película comienza con un Frank Walker niño (Thomas Robinson) que asiste a la Feria Mundial de Nueva York de 1964 para presentar su invento, una mochila propulsora que no funciona. No consigue ser admitido por David Nix (Hugh Laurie), miembro del jurado, pero sin embargo logra el pasaporte – a través de la misteriosa niña Athena - hacia el maravilloso mundo de Tomorrowland. Este mundo futurista pone toda su confianza en la ciencia como reflejo de los años cincuenta y sesenta en los que la esperanza en el conocimiento y la tecnología auguraban un mundo feliz. Esta parte, con una estética retro que remite a las imágenes cinematográficas de cincuenta años atrás, es la más promisoria y atractiva.

Cuando Frank crece y se produce el encuentro con Casey gracias a los manejos de Athena, las cosas se complican. Aquí cambian el tono y la estética y la historia se vuelve un poco caótica. Una buena parte de los ciento treinta minutos se van en tratar de organizar las historias de los protagonistas y ponerlos en el camino hacia la redención de ese mundo que se resignó a su oscuro futuro. Entre escenas de acción contra los malvados robots que intentan eliminarlos y viajes transdimensionales en fabulosas naves, el guión trata de revelarnos el nudo de la trama que por momentos no pasa de ser una maraña de ideas confusas.

Basada en el parque temático del mismo nombre, "Tomorrowland" fue filmada en locaciones de Estados Unidos, Canadá y España donde aprovechó la sorprendente y futurista arquitectura de Santiago Calatrava en La Ciudad de Las Artes y Las Ciencias en Valencia.

Fluyendo desde las ideas positivistas de un grupo de científicos y soñadores del siglo XIX – que supuestamente crean la sociedad secreta Plus Ultra para asegurar un futuro brillante para la sociedad-, hacia el pesimismo del nuevo milenio, esta cinta pone su énfasis en mantener el optimismo y la esperanza y poco más.  Dirigida a los más jóvenes y con el sello inconfundible de la casa -incluida moraleja- "Tomorrowland" se deja ver aunque seguramente no pasará a la historia como uno de los grandes clásicos de Disney.

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