Adiós a Eli Wallach, un villano con corazón de oro
- por © J.A.-NOTICINE.com
Su rostro, entre duro y pícaro, forma parte de la memoria de cualquier cinéfilo, ya que Eli Wallach ha vivido 98 años de los que casi 60 dedicó al Séptimo Arte con más de un centenar de títulos. Eli Herschel Wallach falleció este martes en Nueva York, la misma ciudad donde vio la luz del mundo por primera vez un 7 de diciembre de 1915. Entre el más de centenar y medio de personajes que nos regaló, baste citar su presencia en cintas tan conocidas como "El bueno, el feo y el malo / The Good, The Bad and the Ugly / Il buono, il brutto, il cattivo", "Baby Doll", "Vidas rebeldes / The Misfits", "La conquista del Oeste / How the West Was Won", "Los 7 magníficos / The Magnificent Seven", "El padrino III / The Godfather III" o la española "Two Much", dirigida por Fernando Trueba. Se mantuvo activo hasta hace cuatro años, y "Wall Street 2: El dinero nunca duerme / Wall Street 2: Money Never Sleeps" fue su último trabajo.
Defensor del "Método" de Stanislavski y miembro de las primeras promociones del Actors Studio de Lee Strasberg, Wallach vio truncadas sus primeras ambiciones interpretativas por la llamada del Tío Sam para unirse al ejército -como administrativo del cuerpo médico, es decir, por suerte para él bastante lejos del frente- durante la II Guerra Mundial. Su servicio duró más de cuatro años, hasta el final del conflicto, y entonces pudo dar rienda suelta a su vocación, primero en los escenarios teatrales y ya en la década de los 50 en la televisión. Su debut en el cine se produjo de la mano de un director -Elia Kazan- y un autor -Tennesse Williams- que conocía muy bien: fue el oponente de Karl Malden a la hora de seducir a la virgen Carroll Baker en "Baby Doll", y por su papel recibió una candidatura al Globo de Oro. A partir de ahí, y con un físico que no le ayudaba precisamente a aspirar a papeles de galán, se convirtió en un recurrente secundario, y se benefició del auge del western europeo y estadounidense en los 60.
Trabajó con directores de la talla de John Sturges, Sergio Leone, John Ford, Henry Hathaway, Richard Brooks, William Wyler, Francis F. Coppola, Clint Eastwood, Lasse Hallstrom o Roman Polanski.
Ganador del Oscar honorario en 2010, ya había recibido anteriormente el Tony teatral y el Emmy televisivo y el BAFTA británico.
En 2006, cuando ya tenía 90 años, no dudó en subirse en un avión para cruzar el océano y recoger el Premio-Homenaje ‘Almería, tierra de cine’, en el festival de esa provincia andaluza, donde 40 años antes había rodado, junto a Clint Eastwood y Lee Van Clief, el espagueti-western "El bueno, el feo y el malo" (1966), bajo la dirección del italiano Sergio Leone.
Nada más aparecer ante los medios de comunicación en rueda de prensa, exclamó: "¡Viva Almería!" y se mostró esperanzado en que la provincia “se convierta algún día en el Hollywood de España”. Trabajar en Almería fue una experiencia “muy positiva” para Wallach y recordó que en los años sesenta “no había hoteles” sólo “gente muy maja” y ahora se ha convertido en una ciudad “limpia y rica” y a la que da “placer volver”. Se mostró “orgulloso” de regresar para recoger el galardón que le ofreció la institución provincial. “Me fui con muy buen recuerdo de la gente almeriense y española”, resumió entonces.
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Defensor del "Método" de Stanislavski y miembro de las primeras promociones del Actors Studio de Lee Strasberg, Wallach vio truncadas sus primeras ambiciones interpretativas por la llamada del Tío Sam para unirse al ejército -como administrativo del cuerpo médico, es decir, por suerte para él bastante lejos del frente- durante la II Guerra Mundial. Su servicio duró más de cuatro años, hasta el final del conflicto, y entonces pudo dar rienda suelta a su vocación, primero en los escenarios teatrales y ya en la década de los 50 en la televisión. Su debut en el cine se produjo de la mano de un director -Elia Kazan- y un autor -Tennesse Williams- que conocía muy bien: fue el oponente de Karl Malden a la hora de seducir a la virgen Carroll Baker en "Baby Doll", y por su papel recibió una candidatura al Globo de Oro. A partir de ahí, y con un físico que no le ayudaba precisamente a aspirar a papeles de galán, se convirtió en un recurrente secundario, y se benefició del auge del western europeo y estadounidense en los 60.
Trabajó con directores de la talla de John Sturges, Sergio Leone, John Ford, Henry Hathaway, Richard Brooks, William Wyler, Francis F. Coppola, Clint Eastwood, Lasse Hallstrom o Roman Polanski.
Ganador del Oscar honorario en 2010, ya había recibido anteriormente el Tony teatral y el Emmy televisivo y el BAFTA británico.
En 2006, cuando ya tenía 90 años, no dudó en subirse en un avión para cruzar el océano y recoger el Premio-Homenaje ‘Almería, tierra de cine’, en el festival de esa provincia andaluza, donde 40 años antes había rodado, junto a Clint Eastwood y Lee Van Clief, el espagueti-western "El bueno, el feo y el malo" (1966), bajo la dirección del italiano Sergio Leone.
Nada más aparecer ante los medios de comunicación en rueda de prensa, exclamó: "¡Viva Almería!" y se mostró esperanzado en que la provincia “se convierta algún día en el Hollywood de España”. Trabajar en Almería fue una experiencia “muy positiva” para Wallach y recordó que en los años sesenta “no había hoteles” sólo “gente muy maja” y ahora se ha convertido en una ciudad “limpia y rica” y a la que da “placer volver”. Se mostró “orgulloso” de regresar para recoger el galardón que le ofreció la institución provincial. “Me fui con muy buen recuerdo de la gente almeriense y española”, resumió entonces.
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