Reportaje: "El sueño de Ellis / Sueños de libertad / The inmigrant", duros recuerdos del pasado
- por © Cristian Moure-NOTICINE.com
La Estatua de la Libertad marca la llegada al sueño americano, la primera visión que durante años han tenido los inmigrantes europeos del nuevo continente. Después de pasar semanas dentro de un barco, con todos los ahorros gastados en unos cartones que les daban el permiso para entrar en él y grandes esperanzas en el futuro, fueron muchos los que se embarcaron en una aventura en busca de una mejor vida en la tierra donde lo prometen todo, pero que, al igual que cualquier parte del mundo, te hace sangrar. Así comienza "El sueño de Ellis / Sueños de libertad / The inmigrant", una película que se estrena esta semana en México y España y traslada su contexto histórico a unos años donde la llegada de nuevos ciudadanos europeos a la ciudad de Nueva York se podía contar por miles cada semana.
Dirigida por James Gray, esta película nos sitúa a principios del siglo XX y cuenta la historia de Ewa -interpretada por la francesa Marion Cotillard-, una polaca que llega acompañada de su hermana al país de las oportunidades buscando una prosperidad que no tienen en su Polonia natal. El problema llega cuando Magda, la hermana, es detenida porque padece tuberculosis y es enviada a un campo en cuarentena para que no pueda contagiar al resto de ciudadanos. El problema reside en que Ewa, que ha estado en continuo contacto con su hermana, es considerada un peligro y propuesta para la vuelta a Polonia. La quieren expulsar del país. Por suerte o por desgracia, encuentra a Bruno, que la mantendrá dentro de las fronteras si trabaja como prostituta en su casa de citas. Ella acepta e indudablemente se produce una empatía entre el espectador y la víctima, una mujer humillada y vendida porque sí es la más cruda muestra de la injusticia. Luego vendrá Orlando, el primo de Bruno y el interés romántico de Ewa, que habrá salvar a la muchacha de las fechorías de los norteamericanos.
La sinopsis de la película deja clara sus intenciones, un drama de sabor clásico donde Gray pone en práctica todo lo aprendido tras cuatro películas como director y casi cinco años de preparación hasta presentar "El sueño de Ellis / Sueños de libertad / The inmigrant", que se estrenó en Estados Unidos en mayor y ahora llega a México y España. Y lo hace más de un año después de su presentación en el Festival de Cannes, donde fue aplaudida por algunos, pero abucheada por unos cuantos más. Gray defendió la historia que venía a contar como si de su propia familia se tratase. Según declaró tras la proyección de su película en una entrevista con el diario El País: "Hacer "El padrino" es muy difícil. Como decía Orson Welles: 'Hacer un película, cualquiera, es un reto. Hacer una grande, un milagro'. ¿Cuántas obras maestras tienen los genios del cine? ¿Dos, tres? Hitchcock logró seis o siete de sesenta, John Ford nueve de ochenta. El porcentaje es bajo, con lo que lo habitual es fallar. Nunca es fácil, te balanceas en el fracaso. Así que la única manera de no caer es decir lo que quieres decir".
Sin duda alguna, este nieto de inmigrantes sabía de lo que hablaba hace un año y puso en escena lo que su abuelo le contó cuando era niño. Porque a pesar de ser mujer, de origen polaco y católica, la protagonista no es más que el reflejo de las historias de su abuelo, un inmigrante de origen ruso y religión judía que llegó a Estados Unidos huyendo de un futuro poco prometedor en las sometidas tierras de la naciente Unión Soviética, que nunca llegó a hablar inglés con destreza y que, a pesar de alabar las grandezas del país que le acogió, nunca dejó de llorar por haber abandona su patria. Es algo que marcó mucho al director que admite "no reniego de mis raíces, pero soy un director muy americano".
La película, según afirma el propio Gray, nace de diferentes ideas que iba anotando en pequeños papeles. Diferentes gags reales que vivieron sus familiares en su llegada a América y la historia de una mujer que se encontraron en un viaje turístico a la isla de Ellis, donde el abuelo habló en ruso con una señora incapaz de articular vocablo en inglés que buscaba a su hermana, ingresada en cuarentena por culpa del tifus.
Pero no se trata tan sólo de un trazo veraz, sino clásico de uno de los cineastas más reconocidos y, a la vez, menos valorados de su generación. Ninguneado frente al gran público, la crítica ha valorado la obra cinematográfica de Gray, en la que este viaje de Ewa por Nueva York alcanza la cifra de un 86% de valoraciones positivas en el portal RottenTomatoes.
En el elenco, donde destacan Marion Cotillard y Jeremy Renner, tiene al actor Joaquin Phoenix -veterano colaborador de las películas de Gray- como figura imponente. Muchos destacan que la película no tiene un valor actoral destacable, pero el director y guionista defiende a Phoenix como uno de los "mejores actores con los que se puede contar. Odio los ensayos. Las películas solo se pueden hacer una vez y aprovechando los accidentes. La clave es escuchar a los actores en las tomas. Entre películas Joaquin y yo no somos amigos. De vez en cuando nos enviamos mensajes de texto. Pero en el rodaje sé que irá al máximo, que piensa como yo, que nada le atará. Y es una fiera". A lo que añade, "tiene el coraje de hacer cosas que haría su personaje. No puedes pedirle que se masturbe en medio de una toma, pero él puede dártelo. Por eso es brillante".
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Dirigida por James Gray, esta película nos sitúa a principios del siglo XX y cuenta la historia de Ewa -interpretada por la francesa Marion Cotillard-, una polaca que llega acompañada de su hermana al país de las oportunidades buscando una prosperidad que no tienen en su Polonia natal. El problema llega cuando Magda, la hermana, es detenida porque padece tuberculosis y es enviada a un campo en cuarentena para que no pueda contagiar al resto de ciudadanos. El problema reside en que Ewa, que ha estado en continuo contacto con su hermana, es considerada un peligro y propuesta para la vuelta a Polonia. La quieren expulsar del país. Por suerte o por desgracia, encuentra a Bruno, que la mantendrá dentro de las fronteras si trabaja como prostituta en su casa de citas. Ella acepta e indudablemente se produce una empatía entre el espectador y la víctima, una mujer humillada y vendida porque sí es la más cruda muestra de la injusticia. Luego vendrá Orlando, el primo de Bruno y el interés romántico de Ewa, que habrá salvar a la muchacha de las fechorías de los norteamericanos.
La sinopsis de la película deja clara sus intenciones, un drama de sabor clásico donde Gray pone en práctica todo lo aprendido tras cuatro películas como director y casi cinco años de preparación hasta presentar "El sueño de Ellis / Sueños de libertad / The inmigrant", que se estrenó en Estados Unidos en mayor y ahora llega a México y España. Y lo hace más de un año después de su presentación en el Festival de Cannes, donde fue aplaudida por algunos, pero abucheada por unos cuantos más. Gray defendió la historia que venía a contar como si de su propia familia se tratase. Según declaró tras la proyección de su película en una entrevista con el diario El País: "Hacer "El padrino" es muy difícil. Como decía Orson Welles: 'Hacer un película, cualquiera, es un reto. Hacer una grande, un milagro'. ¿Cuántas obras maestras tienen los genios del cine? ¿Dos, tres? Hitchcock logró seis o siete de sesenta, John Ford nueve de ochenta. El porcentaje es bajo, con lo que lo habitual es fallar. Nunca es fácil, te balanceas en el fracaso. Así que la única manera de no caer es decir lo que quieres decir".
Sin duda alguna, este nieto de inmigrantes sabía de lo que hablaba hace un año y puso en escena lo que su abuelo le contó cuando era niño. Porque a pesar de ser mujer, de origen polaco y católica, la protagonista no es más que el reflejo de las historias de su abuelo, un inmigrante de origen ruso y religión judía que llegó a Estados Unidos huyendo de un futuro poco prometedor en las sometidas tierras de la naciente Unión Soviética, que nunca llegó a hablar inglés con destreza y que, a pesar de alabar las grandezas del país que le acogió, nunca dejó de llorar por haber abandona su patria. Es algo que marcó mucho al director que admite "no reniego de mis raíces, pero soy un director muy americano".
La película, según afirma el propio Gray, nace de diferentes ideas que iba anotando en pequeños papeles. Diferentes gags reales que vivieron sus familiares en su llegada a América y la historia de una mujer que se encontraron en un viaje turístico a la isla de Ellis, donde el abuelo habló en ruso con una señora incapaz de articular vocablo en inglés que buscaba a su hermana, ingresada en cuarentena por culpa del tifus.
Pero no se trata tan sólo de un trazo veraz, sino clásico de uno de los cineastas más reconocidos y, a la vez, menos valorados de su generación. Ninguneado frente al gran público, la crítica ha valorado la obra cinematográfica de Gray, en la que este viaje de Ewa por Nueva York alcanza la cifra de un 86% de valoraciones positivas en el portal RottenTomatoes.
En el elenco, donde destacan Marion Cotillard y Jeremy Renner, tiene al actor Joaquin Phoenix -veterano colaborador de las películas de Gray- como figura imponente. Muchos destacan que la película no tiene un valor actoral destacable, pero el director y guionista defiende a Phoenix como uno de los "mejores actores con los que se puede contar. Odio los ensayos. Las películas solo se pueden hacer una vez y aprovechando los accidentes. La clave es escuchar a los actores en las tomas. Entre películas Joaquin y yo no somos amigos. De vez en cuando nos enviamos mensajes de texto. Pero en el rodaje sé que irá al máximo, que piensa como yo, que nada le atará. Y es una fiera". A lo que añade, "tiene el coraje de hacer cosas que haría su personaje. No puedes pedirle que se masturbe en medio de una toma, pero él puede dártelo. Por eso es brillante".
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