¡Tanta agua!: Antes de "Noé", otros diluvios, naufragios y tsunamis

por © Cristian Moure-NOTICINE.com
'Abbyss'
Todos conocemos la historia bíblica. Dios habla a Noé y le convence para crear un arca lo suficientemente grande que dé cobijo dentro a una pareja de toda especie animal existente en el planeta. Una vez terminada y con todos los animales dentro, Dios manda lluvias torrenciales, resetea el planeta y vuelta a empezar con una tierra diezmada. Y así lo recoge la nueva película de Darren Aronofsky, “Noé / Noah”, en la que el actor neozelandés Russell Crowe interpreta a Noé, descendiente directo de Set, tercer hijo de Adán y Eva. Muchos, desde el pasado fin de semana en México y desde este en Norteamérica pueden decir "¡Tanta agua!", sin referirse al film de las uruguayas Ana Guevara y Leticia Jorge. Pero el cine ha recurrido con frecuencia al exceso en el líquido elemento...

Como si se tratase de un arca de Noé contemporánea, en “La vida de Pi / Una aventura extraordinaria / Life of Pi” se cuenta la historia del naufragio de un barco que transportaba todos los animales de un zoo desde la India hasta Canadá. Para más inri religioso, la aventura del único superviviente humano del barco es, en una lectura más profunda pero obvia del relato, la búsqueda de Dios. La película, recreada a partir que un Pi adulto cuenta a un escritor en crisis creativa, basa la mayoría de sus escenarios en mitad del océano donde el infinito tan sólo es marcado por agua y cielo.

Y si de vistas en medio del océano hablamos, donde el infinito es marcado sólo por agua y cielo; entonces debemos hablar de “Waterworld / Mundo acuático”. Protagonizada por Kevin Costner y dirigida por Kevin Reynolds, la cinta narra la historia de un personaje sin nombre, híbrido entre pez y humano que es condenado a muerte. Contada en un contexto donde los casquetes polares se han derretido y la tierra ha sido sepultada bajo el océano. Con todas estas premisas, la película se quedó en film de acción con una pequeña e incoherente base ecologista que, masacrada por crítica y público, no hizo honor al título de película más cara de la historia en su fecha de estreno.

De un presupuesto desmesuradamente alto para una producción española dispuso la catastrofista y, a la vez optimista “Lo imposible”. La película de J.A. Bayona no sólo rompió el record de la película más cara dentro de la filmografía española sino también se convirtió desde el momento de su estreno en la película con mayor recaudación de la historia en España, superando los 40 millones de euros antes de ser distribuida por América latina y el resto del mundo. Rodada en inglés y con estrellas hollywoodienses, la película cuenta la historia real de una familia española que se encontraba en Tailandia cuando fue arrasada por un tremendo tsunami en diciembre de 2004. Escrita por el director y la superviviente protagonista de la historia real, “Lo imposible” es, sin duda, una de las mejores películas del género que nos ocupa y una de las mejores cintas del 2012.

Con mucho menos acierto que J.A. Bayona, el director fetiche de las películas apocalípticas Roland Emmerich también tocó -aunque de un modo más discreto- las lluvias, las inundaciones y los maremotos  en su película “El día de mañana / El día después de mañana / The day after tomorrow”. En ella, multitud de catástrofes naturales asolan todo el hemisferio norte del planeta dejando a Europa –nombrada de pasada durante una sobredosis de información en las escenas posteriores al maremoto que inicia la película- y los Estados Unidos sumidos en el caos de una tierra inundada y su posterior glaciación provocada por un enorme y enigmático tifón aparecido de la nada. La película, a pesar de tener un tinte claramente americanocentrista, se ha convertido en todo un ícono moderno del género, siendo su portada –la estatua de la libertad sepultada bajo una ola gigante- una de las imágenes más usadas en multitud de plataformas.

Otra película en la que el agua provoca letales efectos es “La tormenta perfecta / Tormenta perfecta / The perfect storm”. En ella, un grupo de carismáticos marinos mercantes capitaneados por George Clooney se introducen en la inmensidad del océano para desempeñar su trabajo: pescar. Pero, al ver que sus capturas son paupérrimas –al igual que todas las anteriores- el capitán y la tripulación deciden faenar en una zona más allá de las fronteras frecuentadas por el gremio, sin saber que se acerca la mayor y terrorífica tormenta. Casi olvidada por las nuevas generaciones, la aventura del Andrea Gail –así se llama el barco pesquero- tuvo un notable éxito debido a su bien elegido reparto y de una dirección abalada por la anterior película de su realizador, Wolfgang Petersen, la nominada al Oscar “Air Force One (El avión del presidente) / Avión presidencial / Air Force One”.

Parece ser que la experiencia del agua entrando por todas las esquinas del set y poniendo en más de un apuro a sus personajes le gustó al director de “La tormenta perfecta” ya que seis años después de su estreno, Wolfgang Petersen volvió a contar otra historia de un barco y su naufragio. “Poseidon”, remake del clásico del cine de desastres setentero “La aventura del Poseidón / The Poseidon adventure”, cuenta el naufragio del crucero de lujo que otorga el título a la película y la lucha de los personajes que van a bordo por conseguir atravesar el barco invertido por un tsunami y salir con vida de allí. La película terminó de estancar la carrera de un director que, si bien había conseguido varios éxitos en el pasado, dos derrotas como esta y “Troya / Troy” le dejaron fuera de todo proyecto hasta el día de hoy.

Pero si hay una película que englobe a la perfección todo lo hablado, esa es la híper oscarizada “Titanic”. Dirigida por James Cameron y protagonizada por unos jovencísimos Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, cuenta la historia de dos pasajeros, pertenecientes a distintas clases sociales, que se encuentran y se enamoran durante el único viaje de uno de los transatlánticos más famosos de la historia. Aunque el naufragio del Titanic ha sido llevado al cine en multitud de ocasiones, ninguna de ellas tuvo tanto calado en el público y la academia de cine estadounidense. Esto se debe a diferentes factores entre los que destaca un enorme trabajo de producción –en el que se destrozaron cientos de decorados a fuerza de manguera- y un final tan melodramático como controvertido. Tanto es así, que más de diez años después de su estreno, la película fue repuesta en los cines comerciales de todo el mundo, esta vez acompañada de la tecnología 3D creada para la posterior obra de Cameron, “Avatar”.

Tal como le pasase a Wolfgang Petersen, parece que al ganador del Oscar James Cameron también le gustó la experiencia de hacer de las toneladas de agua y la inmensidad del océano el contexto perfecto para su película. Años antes de rodar su -hasta la fecha- película más premiada, ya usó este contexto para enmarcar “Abyss / El secreto del abismo / El abismo”. En ella se cuenta la aventura de un grupo de científicos que son contratados por la marina estadounidense para rescatar un submarino nuclear atrapado al borde de una grieta geográfica de varios kilómetros de profundidad. Pronto el grupo de científicos se da cuenta de que seres de otro planeta tienen la responsabilidad del suceso y que todo escapa a su control. Esta película, un hito en el cine de ciencia-ficción, tiene el honor de ser la primera película cuyos efectos visuales fueron creados íntegramente por ordenador, en conseguir el Oscar a mejores efectos especiales ya que, hasta ese año, el uso del ordenador había sido considerado trampa.

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