Crítica: "Hércules: el origen de la leyenda", mucho músculo, ninguna fuerza

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'Hércules: el origen de la leyenda / The legend of Hercules'


Por Alejandro Chacón

Hubo un tiempo en el que la proliferación de películas basadas en la mitología y la historia griegas y romanas consiguió acuñar un nuevo género denominado "peplum" que gozó de gran popularidad y que nos dejó películas de muy baja calidad. La que hoy nos ocupa parece resucitar los viejos fantasmas de esas cintas italianas que algunos recuerdan con nostalgia.“Hércules: el origen de la leyenda / The legend of Hercules” nos narra la historia del hijo de Zeus, que deberá liberar a su pueblo de la tiranía de su malvado rey Anfitrión y de su hijo Ificles, que ha sido prometido en matrimonio con la amada del semidiós. El film está dirigido por Renny Harlin, responsable de éxitos como “La jungla 2: alerta roja / Duro de matar 2 / Die hard 2” o “Máximo riesgo / Riesgo total / Cliffhanger” y cuenta en el reparto con Kellan Lutz, Liam McIntyre, Scott Adkins, Roxanne McKnee, Liam Garrigan entre otros.

El guion toma el nombre de Hércules como referencia para el espectador para luego olvidarlo por completo con vagas referencias a lo que se ha escrito sobre la vida del griego. En vez de optar por adaptar algunas de sus grandes hazañas como los famosos doce trabajos, se ha creado una trama en la que lo único que mueve al protagonista es el amor por una mujer a la que apenas conoce. Ello convierte a Hércules en un ser que solo busca reencontrarse con la mujer que ama, cuando su misión es mucho más grande. El argumento está estructurado en torno a secuencias de acción hilvanadas con cortas escenas de diálogo que hacen avanzar las situaciones torpemente. El mayor desacierto es el de crear un personaje con características mesiánicas que nos acercan a Superman o a Jesucristo, referenciado este último en una vergonzosa escena que emula su crucifixión y que hacen sonrojar a cualquiera que sea capaz de ver el paralelismo. Dotando al conjunto de una ridiculez extrema en lo que debería haber sido el clásico viaje del héroe descrito por Joseph Campbell, y que ha inspirado a tantos relatos que tienen su base en lo que debería haber sido esta película. Por el contrario, nos encontramos con personajes excesivamente maniqueos y con situaciones ya vistas en muchos films de la última década como “Gladiator” o “300” y casi rozando la copia de la serie “Espartaco / Spartacus” de la que han tomado prestado hasta a su protagonista, el actor Liam McIntyre.

El director, que en el pasado nos proporcionó dignos entretenimientos del cine de acción parece haberse hundido definitivamente. La puesta en escena es muy torpe y el abuso del “travelling de avance” parece revelar que el realizador no tiene más herramientas a su alcance, olvidando la función narrativa de dicho movimiento de cámara. Es casi imposible contar las veces que se repite este recurso. Las secuencias de acción pasan por imitar los ralentizados y acelerados marca discursiva de Zack Snyder; y que han sido tan imitados que ya no sorprenden a nadie provocando un profundo hastío.

Los actores tampoco salen beneficiados de la labor del director. Kellan Lutz goza de un físico imponente muy adecuado para su papel, pero no es capaz de expresar nada con su cara. Si en la saga “Crepúsculo / Twilight” se podía achacar este defecto a que era un secundario sin apenas diálogo, aquí se confirma que en realidad estamos ante un pésimo interprete que no provoca emoción alguna. El resto del reparto tampoco mejora el conjunto, recurriendo algunos a la sobreactuación como es el caso del rey Anfitrión o su hijo. Mención especial para los extras y figurantes, alguno de ellos sonriendo y mirando a cámara entre el gentío.

La estética de la película pasa por un diseño de producción copiado de las citadas “300” y “Spartaco / Spartacus” donde el cartón piedra es más que visible, y una fotografía cambiante que por momentos copia descaradamente la paleta de colores y el contraste extremo de “300” para en la siguiente escena pasar a un naturalismo mucho más tradicional. Así, la cinta vaga de escena en escena sin encontrar un estilo definido. Los efectos especiales son dignos de una producción de Asylm, donde sorprende la ausencia de sangre a pesar de los salvajes golpes que propina el protagonista o de asistir a varios planos donde las armas atraviesan a enemigos que carecen de hemoglobina en sus venas.

Es difícil contenerse en aspectos de la trama para no revelar nada de esta y no poder comentar escenas absoluta e involuntariamente cómicas, pero aquel que quiera verlas deberá asistir a la sala si es que se atreve. “Hércules: el origen de la leyenda / The legend of Hercules" es un subproducto que debería haber salido directamente al mercado doméstico. Aquellos osados que se acerquen al cine quizá la disfruten si no buscan nada más allá del entretenimiento o para desfogarse con una nueva comedia involuntaria de esas que últimamente proliferan tanto en Hollywood; y es que el mayor error de la película es que se toma en serio a sí misma.