Crítica: "Blue Jasmine", robando risas desde el comienzo
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Por Cristina F. Fimia
El primer comentario que he escuchado a la salida del cine ha sido “es muy divertida, ¿no?”. Si a ello añadimos el hecho de que a lo largo de toda la cinta han resonado carcajadas, hay que quitarse el sombrero desde un primer momento. Siempre se dice por ahí que resulta más complicado robarle las risas al público que los llantos y Woody Allen, una vez más, lo ha logrado, con la agridulce "Blue Jasmine" (2013), que llega a España con cierto retraso respecto de su lanzamiento en EEUU y algunos otros países iberoamericanos.
No tenía depositadas demasiadas esperanzas en el nuevo film del neoyorquino. Si bien es cierto que la crítica y la taquilla mundial se han rendido ante él, el tráiler desmerecía bastante el resultado final. Sin embargo, ha tardado solamente unos dos minutos en hacerse con una de mis sonrisas.
La película cuenta la historia de Jasmine, una rica y glamourosa mujer de la alta sociedad venida a menos tras su fracaso matrimonial y los fraudes de su exesposo. Sin un centavo en el bolsillo, se ve obligada a mudarse a San Francisco con su hermana Ginger, una mujer de clase trabajadora que representa todo aquello odiado por la protagonista. Jasmine, con momentos de locura transitoria, sobrevive a base de antidepresivos recordando su vida anterior.
Una sinopsis que bien podría haber encajado en la realización de un drama al estilo europeo se convierte en una comedia cargada de elementos propios del gran Allen: un guión sencillamente brillante envuelto por una perfecta banda sonora. Una historia de personajes contada a base de "flashbacks", encargados de rememorar los éxitos de Jasmine.
Es imposible no hacer mención al elenco, pues todos y cada uno de los personajes son representados con suma calidad. Cate Blanchett se convierte en la perfecta Jasmine; gestos adecuados en cada momento y una enorme credibilidad. Alec Baldwin no brilla en este caso por su papel protagónico, pero sabe representar el secundario como uno de los grandes. Sally Hawkins ya destacó en “Happy Go Lucky” (ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical) y en esta ocasión tampoco ha defraudado. Peter Sarsgaard, Alden Ehrenreich o Louis C.K son otras de las caras que se dejan ver en la cinta.
A destacar, “barriendo para casa”, la gran valía del director de fotografía vasco Javier Aguirresarobe, que contribuye a crear un acabado visual inigualable; el guipuzcoano, con una amplia carrera internacional que incluye dos de las cintas de la saga Crepúsculo, y Allen ya trabajaron juntos en “Vicky Cristina Barcelona” y repiten en esta ocasión, con una cinta que muchos han calificado como la mejor película del neoyorquino desde “Match Point / La provocación”.
Final un tanto inesperado, eso sí, con la clara demostración de que el protagonista de una película no tiene por qué sufrir un arco de transformación. Jasmine es emocionalmente lineal y a pesar de ello, mantiene la atención de aquél que lo ve sin esfuerzo alguno.
Con la crítica en el bolsillo y los espectadores internacionales de su lado, Allen vuelve a demostrar que el cine de autor puede cautivar al gran público, sin dejar a un lado sus dosis de ingenio y su peculiar humor.