Crítica: "Tiempo de caza / Temporada para matar", rutina vengativa

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De Niro contra Travolta, en 'Killing season'


Por Edurne Sarriegui

"Tiempo de caza / Temporada para matar / Killing Season" (2013), dirigida por Mark Steven Johnson y con guión de Evan Daugherty, resulta prometedora con dos actores reconocidos y taquilleros como Robert De Niro y John Travolta al frente del elenco y contando una historia sobre las consecuencias de la guerra en sus protagonistas. Sin embargo, este "thriller" que llega a las pantallas argentinas tras previos estrenos en EEUU y México (en España sigue inédito)  resulta decepcionante por su guion tan trillado, previsible y maniqueo.

Benjamin Ford (Robert De Niro) es un militar retirado del ejército de Estados Unidos  que vive en una aislada cabaña de los Apalaches. Sus experiencias traumáticas durante su vida militar activa le llevaron primero a perder a su familia y después a vivir en esa incomunicación y soledad voluntarias, incapaz de relacionarse afectivamente con nadie, ni siquiera con su hijo y con su nieto.

Emil Kovac (John Travolta) fue miembro de un grupo de élite del ejército serbio abocado durante la guerra de los Balcanes a cometer acciones de limpieza étnica. Obsesionado con vengarse de Ford, quién le disparó y le dejó dándole por muerto, dedica su vida a buscarle. Viaja hasta la región donde vive su enemigo, planea un encuentro fortuito con él y pone en marcha su venganza largamente planeada.

En este enfrentamiento pasaran uno y otro de perseguidor a perseguido sucesivamente y en varias ocasiones, poniendo en evidencia que lejos de renegar de los horrores vistos y vividos durante sus experiencias de guerra éstos se encarnaron en ellos. Harán gala de un sadismo digno del mejor cine gore. Los amantes de este género, encantados. El resto de los espectadores en más de una ocasión desviará la mirada de la pantalla. Eso sí, a pesar de la edad de los protagonistas y de las lesiones que arrastran por antiguas heridas, resulta sorprendente, admirable y poco creíble su capacidad para recuperarse de las terribles daños que se infligen uno a otro.

Haciendo hincapié en su preocupación por viejos pecados y la culpa que sobreviene a ellos, los dos protagonistas matizaran con extensos diálogos sobre el tema en sus sesiones de tortura mutua.

Y un final sorprendente dado el cariz que traía la historia. O tal vez no, si tenemos en cuenta la edad de los protagonistas y la sabiduría que ésta conlleva. O a lo mejor son las disquisiciones seudoreligiosas….¡A saber! El caso es que esta cinta independiente se estrenó en sólo 12 salas norteamericanas y pasó absolutamente ignorada, con unos ingresos de menos de 40 000 dólares.

¿Lo mejor de la película? Sin duda la fotografía, las locaciones naturales maravillosas, bosques otoñales y montañas que quitan el aliento, sobrevoladas casi siempre por la majestuosa águila de cabeza blanca.