Crítica: "Gru - Mi villano favorito 2", un papá genial
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Sapia
Lo primero que entendemos en el comienzo de "Gru - Mi villano favorito 2" ("Despicable Me 2", 2013) es que el genio malvado que era Gru (voz original de Steve Carell), que en la primera parte había robado nada menos que la luna, quedó en la historia, y en su lugar hay un tierno padre de familia que se desvive por sus tres hijas.
La prueba más contundente de esto es la transformación de su laboratorio, que ahora es una especie de fábrica de Willy Wonka, destinada a fabricar mermelada. Sin embargo, como consecuencia de un encargo de la Liga Anti Villanos, que lo contrata como espía en un shopping, Gru conocerá el amor con la agente Lucy (voz original de Kristen Wiig), y su nueva vida dará un vuelco.
Si en la primera película la novedad pasaba por el desdibujamiento de la figura del archivillano (igual que Megamente, igual que el doctor Doofenshmirtz), en esta secuela el personaje de Gru se nos aparece mediocre, predecible, más parecido a un tipo entrañable que a un villano de Disney. No así el resto de los personajes: El Macho, uno de los personajes, es una caricatura acertadísima acerca del paradigma de lo latino, o el Dr Nefario (voz original de Russell Brand) que mezcla el Alfred de Bruce Wayne con el Doctor Strangelove.
Al igual que los pingüinos de "Madagascar", o Scrat en "Ice Age 4 / La Era de Hielo 4", los Minions, las criaturas que ayudan a Gru, se desenvuelven con independencia de la película, tanto es así que su "spin off" ya tiene fecha de estreno: diciembre del año que viene. Con la versatilidad de los Oompa Loompas de Tim Burton, y los movimientos de los marcianos de "Toy Story", plantean un humor casi mudo, a la vez simple de formas y complejo de expresión, que recuerda la tradición clásica del "slapstick". Es tan importante la presencia de los Minions, que definen tanto el bando bueno como el malo: el plan del villano de la película los incluye como parte fundamental de su plan de dominación mundial.
Con momentos de brillante surrealismo – como cuando El Macho, antiguo villano, en un acto supremo de virilidad, se arroja a un volcán en erupción vestido con dinamita y montando un tiburón- y el protagonismo apto para todo público de los Minions, "Mi villano favorito 2" supera la difícil tarea de hacer reír simultáneamente a más de una generación.