Amores, borracheras e hijos perdidos en la nueva (auto)biográfía de Ava Gardner
- por © Redacción-NOTICINE.com
Fue a finales de los años 80 cuando el periodista y escritor británico Peter Evans, conocido por sus libros biográficos dedicados a celebridades como Peter Sellers, Brigitte Bardot o Aristóteles Onassis recibió la llamada de una de las estrellas más rutilantes de Hollywood, en decadencia por la edad y los excesos. Ava Gardner, quien recientemente había sufrido un ataque, quería que escribiera sobre su vida. Durante un tiempo, hasta que ella murió en 1990, ambos repasaron las andanzas de la llamada "El animal más bello del mundo". El año pasado, la muerte sorprendió también a Evans cuando estaba dando los últimos toques a "Ava Gardner: the secret conversation", que en su primera versión inglesa aparecerá el mes próximo.
Muchos se preguntarán por qué Evans tardó dos décadas en transcribir aquellas conversaciones, y la respuesta, fallecido el autor, puede darla la propia obra, en la que Gardner cuenta que el gran amor de su vida, el de los apasionados encuentros, las borracheras y las peleas sin cuartel, Frank Sinatra, llegó a pagarle para que no contase los detalles de sus días de vino, rosas y espinas. Hoy, ambos duermen el sueño eterno.
ANSA resume lo que adelantó el New York Post sobre el contenido del libro, centrado en lo que sin duda más interesa a sus fans, su larga e intensa vida amorosa. Desde su primer marido, el "pequeño pero matón" Mickey Rooney, tan mujeriego que no dudaba en fornicar con cualquiera en la propia cama conyugal durante una época en que ella estuvo hospitalizada.
También habla de su segundo matrimonio con el clarinetista y director de big band Artie Shaw ("Ese bastardo me rompió el corazón", dice) y su relación con el diseñador aeronaútico, productor y maniático millonario Howard Hughes (el retratado por Scorsese y DiCaprio en "El aviador"), de quien dice que nunca se enamoró.
Ava se casó en terceras nupcias con Frank Sinatra en 1951 y aunque se divorció seis años más tarde, su relación de amor-odio, generosamente regada por el alcohol, se mantuvo por años y en los más variados escenarios del mundo.
Cuenta el libro de Evans que su primera cita no tuvo exactamente mucho de romántico: Pasaron toda la noche borrachos conduciendo su auto desde Palm Springs a Indio, disparando a los faroles y escaparates de las tiendas. Gardner había aprendido a no ser mujer de un solo hombre, y a la vez que se veía con Sinatra, antes de casarse, mantuvo otra relación con Robert Mitchum, que terminó cuando él descubrió que le era infiel con el "crooner".
Asume Ava que los hombres de su vida fueron una acumulación de errores, y en el caso de Frank Sinatra, su compañera y amiga Lana Turner, que ya había tenido una relación con él, le avisó para que se mantuviera a distancia. Obviamente no le hizo caso. Se dice también que mientras estuvieron casados ella abortó dos veces.
La estrella, nacida el 24 de diciembre de 1922 en Grabtown (Carolina del Norte) y a sueldo de la MGM desde 1941, visitó España por primera vez en 1950 para rodar "Pandora y el holandés errante", junto a James Mason. Siete años más tarde, y entre otras cosas para distanciarse de Sinatra se instaló en Madrid, donde viviría por 15 años, y sería habitual de la prensa del corazón por sus romances con celebridades, toreros y algún que otro taxista que la llevaron a casa de madrugada, entre las que destaca su relación con Luis Miguel Dominguín, así como sus largas noches de bares y tablaos.
En sus últimos años, la mujer que en México fue capaz de tomar más que el bebedor John Huston, durante el rodaje de "La noche de la iguana" (1964), se resintió de tamaños excesos. Sufrió un infarto en 1986 e ingresó en el hospital a principios del 89. Murió a los 67 años de edad, el 25 de enero, la juventud marchitada y la vejez asumida, con un excepticismo profundo en torno a la vida, el cine y la gente.
Muchos se preguntarán por qué Evans tardó dos décadas en transcribir aquellas conversaciones, y la respuesta, fallecido el autor, puede darla la propia obra, en la que Gardner cuenta que el gran amor de su vida, el de los apasionados encuentros, las borracheras y las peleas sin cuartel, Frank Sinatra, llegó a pagarle para que no contase los detalles de sus días de vino, rosas y espinas. Hoy, ambos duermen el sueño eterno.
ANSA resume lo que adelantó el New York Post sobre el contenido del libro, centrado en lo que sin duda más interesa a sus fans, su larga e intensa vida amorosa. Desde su primer marido, el "pequeño pero matón" Mickey Rooney, tan mujeriego que no dudaba en fornicar con cualquiera en la propia cama conyugal durante una época en que ella estuvo hospitalizada.
También habla de su segundo matrimonio con el clarinetista y director de big band Artie Shaw ("Ese bastardo me rompió el corazón", dice) y su relación con el diseñador aeronaútico, productor y maniático millonario Howard Hughes (el retratado por Scorsese y DiCaprio en "El aviador"), de quien dice que nunca se enamoró.
Ava se casó en terceras nupcias con Frank Sinatra en 1951 y aunque se divorció seis años más tarde, su relación de amor-odio, generosamente regada por el alcohol, se mantuvo por años y en los más variados escenarios del mundo.
Cuenta el libro de Evans que su primera cita no tuvo exactamente mucho de romántico: Pasaron toda la noche borrachos conduciendo su auto desde Palm Springs a Indio, disparando a los faroles y escaparates de las tiendas. Gardner había aprendido a no ser mujer de un solo hombre, y a la vez que se veía con Sinatra, antes de casarse, mantuvo otra relación con Robert Mitchum, que terminó cuando él descubrió que le era infiel con el "crooner".
Asume Ava que los hombres de su vida fueron una acumulación de errores, y en el caso de Frank Sinatra, su compañera y amiga Lana Turner, que ya había tenido una relación con él, le avisó para que se mantuviera a distancia. Obviamente no le hizo caso. Se dice también que mientras estuvieron casados ella abortó dos veces.
La estrella, nacida el 24 de diciembre de 1922 en Grabtown (Carolina del Norte) y a sueldo de la MGM desde 1941, visitó España por primera vez en 1950 para rodar "Pandora y el holandés errante", junto a James Mason. Siete años más tarde, y entre otras cosas para distanciarse de Sinatra se instaló en Madrid, donde viviría por 15 años, y sería habitual de la prensa del corazón por sus romances con celebridades, toreros y algún que otro taxista que la llevaron a casa de madrugada, entre las que destaca su relación con Luis Miguel Dominguín, así como sus largas noches de bares y tablaos.
En sus últimos años, la mujer que en México fue capaz de tomar más que el bebedor John Huston, durante el rodaje de "La noche de la iguana" (1964), se resintió de tamaños excesos. Sufrió un infarto en 1986 e ingresó en el hospital a principios del 89. Murió a los 67 años de edad, el 25 de enero, la juventud marchitada y la vejez asumida, con un excepticismo profundo en torno a la vida, el cine y la gente.