Murieron el director Elia Kazan y el actor Donald O'Connor
- por © Redacción-NOTICINE.com
29-IX-03
Luctuoso fin de semana el pasado para el cine de Hollywood. El sábado fallecía Donald O'Connor, el compañero de reparto y canciones de Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" o de la mula Francis; y este domingo nos dijo adiós uno de los más decisivos directores del teatro y el cine norteamericano en los años 50 y 60, Elia Kazan, ganador de tres Oscars. el primero tenía 78 años y el segundo 94.
Nacido en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) en el seno de una familia griega que emigró luego a Estados Unidos, Elia Kazan murió en su casa neoyorquina de Manhattan. Allí precisamente, en la Gran Manzana, desarrolló sus primeros pasos teatrales, brillando por sus montajes desde la década de los 40. Preocupado tanto por puestas en escena vanguardistas como por el trabajo de los actores, fue uno de los fundadores, con Lee Strasberg, del celebre Actors' Studio. A partir de 1945, compatibilizó los escenarios con los platós cinematográficos. Debutó ese año con "Lazos humanos" (A tree grows in Brooklyn), y ya con su tercer título, "La barrera invisible" (Gentleman's agreement), ganó un primer Oscar a mejor director.
Fue no obstante en los años 50 cuando Kazan conoció a la vez el éxito profesional y el descrédito por parte de la izquierda norteamericana, que le había considerado uno de sus creadores más comprometidos. Estrenó títulos -muchos de origen treatral- convertidos en clásicos del cine, como "Un tranvía llamado deseo", "La ley del silencio" (On the waterfront), "¡Viva Zapata!", "Al este del Eden" y "baby doll". Tres de ellos le hicieron obtener otras tantas nominaciones a la estatuilla de la Academia, que volvió a ganar con "La ley del silencio". Son títulos claves para sus protagonistas: Marlon Brando, James Dean, Karl Malden...
Pero también por entonces, en 1952, compareció ante la comisión de Actividades Antiamericanas y confesó haber pertenecido al Partido Comunista en los años 30. Para evitar ser colocado como tantos otros creadores brillantes de la época en la "Lista negra", Kazan aceptó denunciar a varios de sus correligionarios en Hollywood, algo que se convirtió en una losa posterior en su carrera. "Uno siente tristeza cuando hiere a alguien, pero yo prefiero herir un poco a otros que causarme gran daño a mí mismo", dijo a modo de justificación en alguna ocasión.
Incluso cuando hace cuatro años la Academia le entregó un tercer Oscar por toda su contribución al cine, algunos de los presentes se negaron a aplaudir o abandonaron sus asientos como protesta hacia quien fue considerado un "delator".
Sin embargo, aunque nunca llegó a arrepentirse de su colaboración con el McCarthysmo, los dilemas morales y el sentido de culpa dominaron gran parte de su cinematografía desde mediados de los 50 y en los 60: "Río salvaje", "Esplendor en la hierba", "América, América" y "El compromiso". Estas dos últimas eran adaptaciones de novelas escritas por él mismo. Se despidió del cine en 1976 con su retrato de Hollywood "El último magnate" (The last tycoon), que aunque ayudó a lanzar a un entonces poco experimentado actor llamado Robert de Niro tuvo muy poca repercusión.
Por su parte, Donald O'Connor, artista de circo, actor cómico, bailarín, cantante, presentador... dejó de existir el sábado en Calabasas (California) a los 78 años, de un ataque al corazón. Había nacido en el seno de una familia dedicada como él después al vodevil y el circo, el 28 de agosto de 1925. Siendo un adolescente, tras hacer de "bala humana", debutó en la gran pantalla a finales de los 30, consagrándose la década siguiente como compañero de fatigas de una mula parlanchina en "Mi mula francis", que daría lugar a una saga en cine y TV. Fueron los años 50 los que conocieron su momento de esplendor en el cine y la naciente televisión. Trabajó con Gene Kelly, Marilyn Monroe, Debbie Reynolds, Bing Crosby o Glenn Ford. En su larga filmografía, de más de 50 títulos, destacan "Cantando bajo la lluvia", "Luces de candilejas", "Trampa para un soltero"... Después de abandonar en los años 70 los platós, regresó en los 80 como secundario en cintas como "Ragtime", "Toys" y "Por rumbas y a lo loco" (Out to sea), que en 1997 fue su adiós al cine.
Luctuoso fin de semana el pasado para el cine de Hollywood. El sábado fallecía Donald O'Connor, el compañero de reparto y canciones de Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" o de la mula Francis; y este domingo nos dijo adiós uno de los más decisivos directores del teatro y el cine norteamericano en los años 50 y 60, Elia Kazan, ganador de tres Oscars. el primero tenía 78 años y el segundo 94.
Nacido en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) en el seno de una familia griega que emigró luego a Estados Unidos, Elia Kazan murió en su casa neoyorquina de Manhattan. Allí precisamente, en la Gran Manzana, desarrolló sus primeros pasos teatrales, brillando por sus montajes desde la década de los 40. Preocupado tanto por puestas en escena vanguardistas como por el trabajo de los actores, fue uno de los fundadores, con Lee Strasberg, del celebre Actors' Studio. A partir de 1945, compatibilizó los escenarios con los platós cinematográficos. Debutó ese año con "Lazos humanos" (A tree grows in Brooklyn), y ya con su tercer título, "La barrera invisible" (Gentleman's agreement), ganó un primer Oscar a mejor director.
Fue no obstante en los años 50 cuando Kazan conoció a la vez el éxito profesional y el descrédito por parte de la izquierda norteamericana, que le había considerado uno de sus creadores más comprometidos. Estrenó títulos -muchos de origen treatral- convertidos en clásicos del cine, como "Un tranvía llamado deseo", "La ley del silencio" (On the waterfront), "¡Viva Zapata!", "Al este del Eden" y "baby doll". Tres de ellos le hicieron obtener otras tantas nominaciones a la estatuilla de la Academia, que volvió a ganar con "La ley del silencio". Son títulos claves para sus protagonistas: Marlon Brando, James Dean, Karl Malden...
Pero también por entonces, en 1952, compareció ante la comisión de Actividades Antiamericanas y confesó haber pertenecido al Partido Comunista en los años 30. Para evitar ser colocado como tantos otros creadores brillantes de la época en la "Lista negra", Kazan aceptó denunciar a varios de sus correligionarios en Hollywood, algo que se convirtió en una losa posterior en su carrera. "Uno siente tristeza cuando hiere a alguien, pero yo prefiero herir un poco a otros que causarme gran daño a mí mismo", dijo a modo de justificación en alguna ocasión.
Incluso cuando hace cuatro años la Academia le entregó un tercer Oscar por toda su contribución al cine, algunos de los presentes se negaron a aplaudir o abandonaron sus asientos como protesta hacia quien fue considerado un "delator".
Sin embargo, aunque nunca llegó a arrepentirse de su colaboración con el McCarthysmo, los dilemas morales y el sentido de culpa dominaron gran parte de su cinematografía desde mediados de los 50 y en los 60: "Río salvaje", "Esplendor en la hierba", "América, América" y "El compromiso". Estas dos últimas eran adaptaciones de novelas escritas por él mismo. Se despidió del cine en 1976 con su retrato de Hollywood "El último magnate" (The last tycoon), que aunque ayudó a lanzar a un entonces poco experimentado actor llamado Robert de Niro tuvo muy poca repercusión.
Por su parte, Donald O'Connor, artista de circo, actor cómico, bailarín, cantante, presentador... dejó de existir el sábado en Calabasas (California) a los 78 años, de un ataque al corazón. Había nacido en el seno de una familia dedicada como él después al vodevil y el circo, el 28 de agosto de 1925. Siendo un adolescente, tras hacer de "bala humana", debutó en la gran pantalla a finales de los 30, consagrándose la década siguiente como compañero de fatigas de una mula parlanchina en "Mi mula francis", que daría lugar a una saga en cine y TV. Fueron los años 50 los que conocieron su momento de esplendor en el cine y la naciente televisión. Trabajó con Gene Kelly, Marilyn Monroe, Debbie Reynolds, Bing Crosby o Glenn Ford. En su larga filmografía, de más de 50 títulos, destacan "Cantando bajo la lluvia", "Luces de candilejas", "Trampa para un soltero"... Después de abandonar en los años 70 los platós, regresó en los 80 como secundario en cintas como "Ragtime", "Toys" y "Por rumbas y a lo loco" (Out to sea), que en 1997 fue su adiós al cine.