Adiós a Deanna Durbin, alegre estrella del blanco y negro
- por © Redacción-NOTICINE.com
La sonrisa y la simpatía de Deanna Durbin eran contagiosas, y -unidas a su voz de soprano- la convirtieron en estrella a caballo de las décadas de los años 30 y 40, en comedias y musicales, antes de retirarse a la temprana edad de 26 años. Falleció este martes con 91 años la que en su época fue la actriz mejor pagada de Hollywood, protagonista de películas como "Loca por la música / Cine hombres y una muchacha", "El primer amor", "Mi encantadora esposa" o "La dama del tren", y una de las últimas supervivientes de la época dorada de Hollywood.
Canadiense de nacimiento, Edna Mae Durbin fue "descubierta" por la Metro Goldwyn Mayer a través de un concurso escolar de canto en Los Angeles, a donde se había trasladado su familia, con el objetivo de hacer una "biopic" de la cantante de ópera Ernestine Schumann-Heink, pero finalmente debutó en el cine con un corto del estudio que coprotagonizó otra adolescente de no menos fulgurante carrera, Judy Garland, "Concierto al aire libre" ("Every sunday"). Ambas rondaban los 15 años.
Sin embargo, fue la Universal la que le haría un contrato en condiciones para convertirla en la reina de sus musicales juveniles, empezando por "Tres diablillos" ("Three Smart Girls"), que fue nominado al Oscar a mejor película y dio lugar a dos secuelas. El éxito de la cinta -que dicen salvó de la bancarrota al estudio- le abrió nuevos campos a la adolescente "perfecta": contratos para hacer radio con Eddie Cantor y grabar discos con la Decca Records.
En los años siguiente, hasta finales de los años 30 encadenó otros sucesos de taquilla, como "Loca por la música", "Mentirosilla" y "Reina a los catorce", que la convirtieron en una nueva "novia de América", presente en los medios y las tiendas, con muñecas con su efigie, una línea de ropa y hasta novelas que la presentaban como heroína resolviendo intrigas. Fue también pionera en obtener "derechos" de parte de Universal, como los de dar el visto bueno a los directores, guiones y canciones que interpretaba.
Durbin siguió unida a Universal a lo largo de su vida profesional que se prolongó por más de una veintena de títulos, que también le dieron fama fuera de Estados Unidos. Tanto Winston Churchill como Benito Mussolini se contaron entre sus admiradores, y la tristemente famosa Anna Frank tenía una foto suya colgada en la pared del escondite en el que intentaba escapar de los nazis.
Decidió retirarse tras probar en vano un cambio de orientación hacia temas más serios y personajes más elaborados a partir de mediados de los 40, que aparentemente no fue del agrado del público. Su última película fue "For the love of Mary", de Frederick De Cordova, en 1948. Optó por retirarse e incluso puso tierra por medio, trasladándose a Normandía (Francia) con su tercer esposo, Charles David (el director de "La dama del tren"), quien la acompañó hasta su fallecimiento en 1999.
Sólo una vez estuvo tentada de regresar, para un montaje de "My Fair Lady" en Broadway en 1956, pero finalmente no aceptó la propuesta. En la única entrevista que dio tras su retirada, a David Shipman en 1983, dijo que consideraba su alto sueldo una especie de "indemnización" por la nula calidad de las películas que interpretaba: "Fui la estrella mejor pagada con el peor material".
Canadiense de nacimiento, Edna Mae Durbin fue "descubierta" por la Metro Goldwyn Mayer a través de un concurso escolar de canto en Los Angeles, a donde se había trasladado su familia, con el objetivo de hacer una "biopic" de la cantante de ópera Ernestine Schumann-Heink, pero finalmente debutó en el cine con un corto del estudio que coprotagonizó otra adolescente de no menos fulgurante carrera, Judy Garland, "Concierto al aire libre" ("Every sunday"). Ambas rondaban los 15 años.
Sin embargo, fue la Universal la que le haría un contrato en condiciones para convertirla en la reina de sus musicales juveniles, empezando por "Tres diablillos" ("Three Smart Girls"), que fue nominado al Oscar a mejor película y dio lugar a dos secuelas. El éxito de la cinta -que dicen salvó de la bancarrota al estudio- le abrió nuevos campos a la adolescente "perfecta": contratos para hacer radio con Eddie Cantor y grabar discos con la Decca Records.
En los años siguiente, hasta finales de los años 30 encadenó otros sucesos de taquilla, como "Loca por la música", "Mentirosilla" y "Reina a los catorce", que la convirtieron en una nueva "novia de América", presente en los medios y las tiendas, con muñecas con su efigie, una línea de ropa y hasta novelas que la presentaban como heroína resolviendo intrigas. Fue también pionera en obtener "derechos" de parte de Universal, como los de dar el visto bueno a los directores, guiones y canciones que interpretaba.
Durbin siguió unida a Universal a lo largo de su vida profesional que se prolongó por más de una veintena de títulos, que también le dieron fama fuera de Estados Unidos. Tanto Winston Churchill como Benito Mussolini se contaron entre sus admiradores, y la tristemente famosa Anna Frank tenía una foto suya colgada en la pared del escondite en el que intentaba escapar de los nazis.
Decidió retirarse tras probar en vano un cambio de orientación hacia temas más serios y personajes más elaborados a partir de mediados de los 40, que aparentemente no fue del agrado del público. Su última película fue "For the love of Mary", de Frederick De Cordova, en 1948. Optó por retirarse e incluso puso tierra por medio, trasladándose a Normandía (Francia) con su tercer esposo, Charles David (el director de "La dama del tren"), quien la acompañó hasta su fallecimiento en 1999.
Sólo una vez estuvo tentada de regresar, para un montaje de "My Fair Lady" en Broadway en 1956, pero finalmente no aceptó la propuesta. En la única entrevista que dio tras su retirada, a David Shipman en 1983, dijo que consideraba su alto sueldo una especie de "indemnización" por la nula calidad de las películas que interpretaba: "Fui la estrella mejor pagada con el peor material".