Colaboración: Terrícola Beauty
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Por Josep Maria Jolis
Ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir. Es un topicazo pero no es menos cierto que se trata de una verdad como una catedral. Los sueños que te marcas son muy bonitos sobre el papel, maravillosos en nuestra imaginación. Pero luego se cumplen y resulta que ni son tan fantásticos ni nos hacen tan felices, y presentan aristas que hieren. A la larga pueden acabar robándonos la esperanza.
"American Beauty" es una de las grandes películas de las últimas décadas, una tragicomedia (muy negra y despiadada en algunos momentos) que hace un análisis muy certero sobre cómo somos y en qué mundo vivimos. Lo que la película nos cuenta, la otra cara del sueño americano, podría ser en realidad la otra cara del sueño terrícola.
Todo el mundo desea una vida apacible, una casa con jardín, una pareja, un buen trabajo, ganar dinero y tener dos semanas de vacaciones en destinos exóticos. Conseguirlo o no constituye el baremo de lo que algunos llaman éxito social. En resumen: si consigues esto eres el puto amo, has triunfado. Si no lo consigues eres un pringado.
Pero debajo de las alfombras acostumbra a haber mucho polvo. O directamente mucha basura. Y la felicidad resulta que es lo de menos. Debajo de las alfombras hay infelicidad, asco vital y muchas apariencias. Unas apariencias que nos convierten en una caricatura de lo que soñábamos.
Si no han visto "American Beauty" descubrirán una película fascinante, con interpretaciones impecables (Kevin Spacey convertido en un Jack Lemmon del siglo XXI) y un guión brillante. Es una tragicomedia pero podría ser una película de terror. Cuestión de apariencias.
Ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir. Es un topicazo pero no es menos cierto que se trata de una verdad como una catedral. Los sueños que te marcas son muy bonitos sobre el papel, maravillosos en nuestra imaginación. Pero luego se cumplen y resulta que ni son tan fantásticos ni nos hacen tan felices, y presentan aristas que hieren. A la larga pueden acabar robándonos la esperanza.
"American Beauty" es una de las grandes películas de las últimas décadas, una tragicomedia (muy negra y despiadada en algunos momentos) que hace un análisis muy certero sobre cómo somos y en qué mundo vivimos. Lo que la película nos cuenta, la otra cara del sueño americano, podría ser en realidad la otra cara del sueño terrícola.
Todo el mundo desea una vida apacible, una casa con jardín, una pareja, un buen trabajo, ganar dinero y tener dos semanas de vacaciones en destinos exóticos. Conseguirlo o no constituye el baremo de lo que algunos llaman éxito social. En resumen: si consigues esto eres el puto amo, has triunfado. Si no lo consigues eres un pringado.
Pero debajo de las alfombras acostumbra a haber mucho polvo. O directamente mucha basura. Y la felicidad resulta que es lo de menos. Debajo de las alfombras hay infelicidad, asco vital y muchas apariencias. Unas apariencias que nos convierten en una caricatura de lo que soñábamos.
Si no han visto "American Beauty" descubrirán una película fascinante, con interpretaciones impecables (Kevin Spacey convertido en un Jack Lemmon del siglo XXI) y un guión brillante. Es una tragicomedia pero podría ser una película de terror. Cuestión de apariencias.