El cáncer silenció definitivamente la voz crítica de Roger Ebert

por © Redacción-NOTICINE.com
Ebert, antes de que se le detectara el cáncer
Fue un crítico que hizo historia, pionero en diferentes momentos de su vida. Ganó el Pulitzer (el primer columnista de cine en lograrlo), tuvo una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood como actores y directores, trasladó sus comentarios, originalmente publicados en el Chicago Sun Times a la televisión y a luego a los nuevos medios electrónicos, y creó escuela. Los aficionados al cine en Estados Unidos, desde el presidente al último de los ciudadanos cinéfilos, han tenido en las últimas horas un recuerdo de cariño y dolor por el fallecimiento de Roger Ebert, quien deja atrás 45 años de entrega al Séptimo Arte en los que hizo gala de independencia y criterio.

El escritor cinematográfico murió este jueves a los 70 años en el Instituto de Rehabilitación de Chicago, donde estaba siendo tratado del cáncer de tiroides que -detectado hace once años- le costó varias intervenciones y grandes dificultades para usar su boca. Esta misma semana, a través de las redes sociales, había compartido con sus "correligionarios" que estaba recibiendo de nuevo tratamiento radiológico al haberse detectado la extensión de su mal. Con su tradicional ironía, escribió: "Por fín voy a poder hacer realidad mi viejo sueño de ver sólo las películas que me apetece ver".

De las páginas de su diario de Chicago, en el que empezó a publicar a mediados de los años 60, Ebert saltó a la televisión, junto a su compañero (fallecido años atrás) Gene Siskel, del Chicago Tribune. Ambos popularizaron, a modo de resumen de sus opiniones, los "romanos" pulgares para arriba o abajo según les gustaran o no las películas.

Aunque escribió una veintena de libros y llegó a fundar su propio festival de cine, Roger Ebert rechazó siempre el tratamiento de erudito, y se declaró ante todo "fan del cine". Pese a ocasionales y públicos enfrentamientos con Siskel en el programa que ambos protagonizaban lo consideraba su "hermano" y mantuvo con él, que trabajaba para un medio de la competencia, una profunda amistad hasta su fallecimiento.

Las reacciones desde que se dio a conocer la luctuosa noticia han sido muy numerosas. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, originario como él de Chicago, hizo público un comunicado en el que afirma: "Para una generación de estadounidenses - y especialmente los de Chicago - Roger era el cine. Cuando no le gustaba una película, era honesto, y cuando le gustaba, efusivo,  capturando el poder único de las películas para llevarnos a algún lugar mágico. Incluso en medio de su propias batalla contra el cáncer, Roger fue tan productivo como resistente, para seguir compartiendo con el resto del mundo su pasión y perspectiva. El cine no será lo mismo sin Roger".

Por su parte, Steven Spielberg ha dicho del crítico estadounidense que "escribió con pasión con un conocimiento real del cine y la historia del cine y al hacerlo ayudó a que muchas películas encontraran a su público. Su desaparición marca el final de una era y su palco ha quedado cerrado para siempre".