Crítica: "Amor y letras", el sentimiento que nace de las palabras

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'Amor y letras'


Por José Daniel Díaz

Ha tardado bastante en estrenarse "Amor y letras" ("Liberal Arts", 2012). Cuando se presentó en la Seminci de Valladolid, en octubre del año pasado, todo apuntaba a que su estreno comercial sería inminente. Incluso llegó a tener fecha de estreno el año pasado pero por motivos que desconocemos el "pequeño retraso" se ha alargado hasta este mes de marzo. No importa. Se agradece que finalmente haya llegado el día de su presentación en España.

Este próximo 15 de marzo llegará a nuestras pantallas el segundo trabajo en la dirección del actor Josh Radnor al que todos conocemos por su participación en la serie "Cómo conocí a vuestra madre" y que ya debutó con la exitosa "Happythankyoumoreplease".

El carácter de la película es eminentemente "indie". No va dirigido a grandes masas ni basa su éxito en una gran recaudación en taquilla. Da la impresión de ser una apuesta personal de Josh Radnor, que, no sólo dirige y escribe, sino que también interpreta el papel principal. Su relato, enfocado al diálogo profundo, a la creación de sensaciones a través de las palabras y a un engañoso humor inteligente, es un pretendido cauce hacia la madurez y a encontrar tu camino cuando estás perdido.

Desencadena la trama la invitación de un antiguo profesor de Jesse, a que hable en su cena de jubilación ya que él fue uno de sus alumnos más queridos. Su reencuentro con la Universidad le traerá recuerdos y mucha melancolía. Sin embargo, lo que parecía más difícil, que era volver a sentir interés en una chica, se produce con la joven Zibby. Su extraña relación le despertará de nuevo las ganas de luchar y ser feliz.

Las crisis entre los 30 y los 40 empiezan a ser habituales en las películas. Ese momento donde te replanteas tu vida y caes en el desánimo por no haber logrado todo aquéllo que te propusiste. Las luchas internas por lo que te gustaría ser y lo que realmente eres, el desconcierto sobre lo que debe ser una relación de pareja, la rutina que agota y la soledad que te destruye, son la base en la que Josh Radnor se fundamenta para crear a Jesse.

Le acompaña una joven de 19 años vitalista, soñadora, con ganas de divertir el cuerpo pero sobre todo ansiosa por alimentar la mente. Ella es Zibby, interpretada por Elisabeth Olsen que ya deslumbró en "Martha, Marcie, May, Marlene". La diferencia de edad es la principal barrera para que pueda surgir el amor con Jesse.

Aunque la película marca algunos instantes para el recuerdo, adolece en ocasiones de más humor. Las conversaciones, algo pretenciosas en algún momento, son densas y poco creíbles. Ese interés por crear poesía en cada diálogo está al alcance de muy pocos y, el que llaman "nuevo Woody Allen", se queda lejos de la brillantez.

Sin embargo, es justo admitir la buena y disciplinada dirección del joven Radnor. Sutil y sobrio, muestra buenos mimbres en su labor tras la cámara. Además acompañarse de Richard Jenkins engrandece el producto y da mucha frescura a la historia. Menos alabable es la presencia de Zac Efron en un hippie pijo extrañamente filosófico cuyo destino no queda marcado.

Se agradecen proyectos amables, introspectivos, que se fundamenten en la interlocución como un camino para el encuentro y la propia salvación. Con sus pros y contras, "Amor y letras" desemboca sentimientos con un resultado irregular. Sembrar amor a través de las palabras siempre será la forma más efectiva de llegar al corazón. Palabra de Josh Radnor.