A los 100 años del nacimiento de Gary Cooper
- por © J.A.-NOTICINE.com
Frank James "Gary" Cooper nacía un 7 de mayo de 1901 en Montana (EE.UU.). Han pasado 100 años y todavía la pantalla no ha conseguido borrar el brillo transparente que desprendía una mirada por la que en su época suspiraron muchas de las actrices que coincidieron con él en el más de un centenar de películas que protagonizó durante su carrera, malograda por un cáncer. Si una vez Pilar Miró pensó en rezarle a través de una película es porque Gary Cooper está en el cielo, o al menos eso indica su filmografía, por la que queda en nuestro recuerdo como un hombre íntegro, de honradez a toda prueba, y justo hasta con el revolver en la mano. Trabajó con los mejores directores norteamericanos de su época y tras su muerte, en 1961, nadie ha sido capaz de llenar el hueco que dejó. Algunos quieren conceder ese lugar en este momento a Kevin Costner, con quien guarda cierto paralelismo físico, pero en el cine, nada ni nadie es como en la época dorada de Gary Cooper.
Nacido en Helena (Montana), en 1901, Frank James Cooper tenía inquietudes artísticas desde pequeño. Su padre era juez, de origen británico, por lo que le mandó a estudiar a su país natal. De vuelta a EEUU, Gary Cooper pensó dedicarse a la pintura, y para sobrevivir en Los Angeles, donde montó su estudio, empezó a trabajar como extra en varias películas, ayudado por su destreza como jinete, adquirida en Montana.
Fue la práctica cinematográfica su escuela. La mayor parte de sus cintas filmadas desde 1923 eran "westerns", género en el que brilló durante toda su carrera. El estrellato le llegó durante la siguiente década, en la que fue dirigido por Von Sternberg ("Marruecos"), Frank Borzage ("Adios a las armas"), Lubitsch ("Una mujer para dos"), Hathaway ("Tres lanceros bengalíes"), Capra ("El secreto de vivir"), De Mille ("Buffalo Bill"), y Wellman ("Beau Geste").
Junto al cine bélico, del Oeste o de aventuras, Cooper supo sumar algunos antológicos papeles en comedias "con mensaje", como "Juan Nadie", de Capra. Se convirtió en un modelo, y siguió ganando credibilidad y enteros con el tiempo, mientras no paraba de trabajar. Ya maduro, nos regaló antológicos títulos: "Por quién doblan las campanas", "Tambores lejanos", "Sólo ante el peligro", "Veracruz", "El árbol del ahorcado"... Algunos de ellos tuvieron su participación financiera, ya que desde 1950 había fundado su propia productora.
En 1961, poco antes de fallecer en su casa de Holmby Hills (California), Gary Cooper rodó la que sería su última película, "Sombras de sospecha". Detrás quedaron dos Oscars (por "El sargento York", de Howard Hawks, y "Solo ante el peligro", de Zinneman), y el recuerdo de una de las personalidades más entrañables del séptimo arte.
Nacido en Helena (Montana), en 1901, Frank James Cooper tenía inquietudes artísticas desde pequeño. Su padre era juez, de origen británico, por lo que le mandó a estudiar a su país natal. De vuelta a EEUU, Gary Cooper pensó dedicarse a la pintura, y para sobrevivir en Los Angeles, donde montó su estudio, empezó a trabajar como extra en varias películas, ayudado por su destreza como jinete, adquirida en Montana.
Fue la práctica cinematográfica su escuela. La mayor parte de sus cintas filmadas desde 1923 eran "westerns", género en el que brilló durante toda su carrera. El estrellato le llegó durante la siguiente década, en la que fue dirigido por Von Sternberg ("Marruecos"), Frank Borzage ("Adios a las armas"), Lubitsch ("Una mujer para dos"), Hathaway ("Tres lanceros bengalíes"), Capra ("El secreto de vivir"), De Mille ("Buffalo Bill"), y Wellman ("Beau Geste").
Junto al cine bélico, del Oeste o de aventuras, Cooper supo sumar algunos antológicos papeles en comedias "con mensaje", como "Juan Nadie", de Capra. Se convirtió en un modelo, y siguió ganando credibilidad y enteros con el tiempo, mientras no paraba de trabajar. Ya maduro, nos regaló antológicos títulos: "Por quién doblan las campanas", "Tambores lejanos", "Sólo ante el peligro", "Veracruz", "El árbol del ahorcado"... Algunos de ellos tuvieron su participación financiera, ya que desde 1950 había fundado su propia productora.
En 1961, poco antes de fallecer en su casa de Holmby Hills (California), Gary Cooper rodó la que sería su última película, "Sombras de sospecha". Detrás quedaron dos Oscars (por "El sargento York", de Howard Hawks, y "Solo ante el peligro", de Zinneman), y el recuerdo de una de las personalidades más entrañables del séptimo arte.