¡Al abordaje!: 80 años de pirateria en la gran pantalla
- por © Laura Andrés-NOTICINE.com
13-VIII-03
Ellos son los malos de la película pero, guapos o feos, todos parecen cortados por el mismo patrón: tienen un parche en el ojo y una pata de palo, son grandes bebedores de ron y muy mujeriegos, poseen un enorme galeón y espadas que utilizan sin compasión cuando se trata de encontrar un tesoro. Durante un tiempo han estado tranquilos pero sus barcos navegan a toda vela por las carteleras del mundo para lanzarse al abordaje con "Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra". Esta vez el tesoro está en las taquillas de los cines.
Al principio estos hombres rudos vivían sus hazañas en las páginas de los libros hasta que en torno a mediados de los años 20 decidieron dar el salto a la gran pantalla con películas como "El capitán Blood", de David Smith; "El pirata negro", con Douglas Fairbanks, o "Aguila de Mar", de Frank Lloyd y abrieron la puerta a un nuevo género de hazañas, abordajes, motines y búsqueda de tesoros que llamó la atención del espectador.
Y es que todos, en algún momento, hemos soñado con vivir una gran aventura a su lado, volar de un mástil a otro agarrados a una cuerda, tener un mapa en nuestras manos con la x marcada en rojo, nadar en una de sus galerías llenas de joyas y de monedas de oro y secuestrar a una guapa dama para batirnos en duelo a muerte al final de la película.
No se puede hablar de piratas sin pensar en la novela de R.L Stevenson, "La isla del tesoro", que tiene en su haber cinematográfico una treintena de adaptaciones entre las cuales destaca la del director Víctor Fleming ("Lo que el viento se llevó") que en 1934 creaba el clásico de este género.
Los galanes del cine entraron en este género con la película "El Capitán Blood" realizada en 1935 por Michel Curtiz y en la que Errol Flynn se enfrentaba a la flota española en el asedio de Jamaica. Desde entonces muchos guapos del cine se han puesto el parche en el ojo como Tyrone Power, John Payne, Charles Laugthon o Clark Gable, entre otros.
El éxito de estos señores del mar y de sus compinches hizo que sus hazañas se multiplicasen en la cartelera cinematográfica hasta que en los años cincuenta las aguas se calmaron y las pocas películas que se produjeron eran de escaso presupuesto y pésimo resultado.
Los directores tenían que dar una vuelta de tuerca a este género y no dudaron en cambiar el carácter rudo de los corsarios por una cara más amable y desenfadada. Un ejemplo sería "El temible burlón" (The crimson pirate), un piratilla protagonizado por Burt Lancaster que aprovechó sus habilidades acrobáticas para introducir variadas situaciones que tenían un aire casi coreográfico.
Desde entonces los grandes bucaneros como Barbarroja se convirtieron en leyenda y dejaron paso a nuevas historias más centradas en la aventura y en la acción. Películas como "Los Goonies" demostraban que los piratas todavía podían ganarle la partida al tiempo y, sobre todo, que este género tenía mucho que ofrecer todavía.
Sin embargo, los viejos lobos marinos quedaban en un segundo plano para dar paso a la curiosidad y el deseo que tiene cualquier adolescente de vivir una aventura y conseguir un tesoro. Lo mismo ocurrió con "Hook" de Steven Spielberg en la que ofrecía una visión, más infantil y extravagante, del mítico Capitán Garfio de Peter Pan. Y, siempre para los niños, hasta los muppets tuvieron su propia "Isla del tesoro".
Las más recientes producciones sobre piratas no han tenido demasiada suerte en la taquilla, de ahí lo sorpresivo del éxito de "Piratas del Caribe", que va camino de ser la segunda cinta con mayor recaudación del 2003. En 1986, Roman Polanski embarcó con pobres resultados a Walter Matthau en "Piratas", cuyo galeón estuvo varios años "aparcado" en el puerto de Cannes. Una década después, el director Renny Harlin se lanzó a conquistar los mares con "La isla de las cabezas cortadas" pero se estampó contra el mástil de la vela en el que fue uno de los mayores fracasos de la historia del cine, a pesar de muchos ingredientes de sabor clásico.
Su gran innovación fue abrir este género, que hasta entonces había estado dominado por los hombres, a una protagonista femenina, en este caso, a la actriz Geena Davis que por aquel entonces era la esposa del director. Muchos críticos comentan que el error no fue convertir a una mujer en pirata sino que la guapa actriz norteamericana interpretaba su papel como un hombre en vez de darle un toque especial acorde con su feminidad. Sus pérdidas fueron tan estrepitosas que la productora Carolco no tuvo más remedio que cerrar por bancarrota.
Ahora, los piratas vuelven a surcar los océanos de butacas con nuevas aventuras, leyendas y maldiciones, abordajes, tesoros y botellas de ron caribeño. "Piratas del Caribe" es ya un éxito en Estados Unidos y América Latina, y también lo será en España, donde se estrena este viernes.
Ellos son los malos de la película pero, guapos o feos, todos parecen cortados por el mismo patrón: tienen un parche en el ojo y una pata de palo, son grandes bebedores de ron y muy mujeriegos, poseen un enorme galeón y espadas que utilizan sin compasión cuando se trata de encontrar un tesoro. Durante un tiempo han estado tranquilos pero sus barcos navegan a toda vela por las carteleras del mundo para lanzarse al abordaje con "Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra". Esta vez el tesoro está en las taquillas de los cines.
Al principio estos hombres rudos vivían sus hazañas en las páginas de los libros hasta que en torno a mediados de los años 20 decidieron dar el salto a la gran pantalla con películas como "El capitán Blood", de David Smith; "El pirata negro", con Douglas Fairbanks, o "Aguila de Mar", de Frank Lloyd y abrieron la puerta a un nuevo género de hazañas, abordajes, motines y búsqueda de tesoros que llamó la atención del espectador.
Y es que todos, en algún momento, hemos soñado con vivir una gran aventura a su lado, volar de un mástil a otro agarrados a una cuerda, tener un mapa en nuestras manos con la x marcada en rojo, nadar en una de sus galerías llenas de joyas y de monedas de oro y secuestrar a una guapa dama para batirnos en duelo a muerte al final de la película.
No se puede hablar de piratas sin pensar en la novela de R.L Stevenson, "La isla del tesoro", que tiene en su haber cinematográfico una treintena de adaptaciones entre las cuales destaca la del director Víctor Fleming ("Lo que el viento se llevó") que en 1934 creaba el clásico de este género.
Los galanes del cine entraron en este género con la película "El Capitán Blood" realizada en 1935 por Michel Curtiz y en la que Errol Flynn se enfrentaba a la flota española en el asedio de Jamaica. Desde entonces muchos guapos del cine se han puesto el parche en el ojo como Tyrone Power, John Payne, Charles Laugthon o Clark Gable, entre otros.
El éxito de estos señores del mar y de sus compinches hizo que sus hazañas se multiplicasen en la cartelera cinematográfica hasta que en los años cincuenta las aguas se calmaron y las pocas películas que se produjeron eran de escaso presupuesto y pésimo resultado.
Los directores tenían que dar una vuelta de tuerca a este género y no dudaron en cambiar el carácter rudo de los corsarios por una cara más amable y desenfadada. Un ejemplo sería "El temible burlón" (The crimson pirate), un piratilla protagonizado por Burt Lancaster que aprovechó sus habilidades acrobáticas para introducir variadas situaciones que tenían un aire casi coreográfico.
Desde entonces los grandes bucaneros como Barbarroja se convirtieron en leyenda y dejaron paso a nuevas historias más centradas en la aventura y en la acción. Películas como "Los Goonies" demostraban que los piratas todavía podían ganarle la partida al tiempo y, sobre todo, que este género tenía mucho que ofrecer todavía.
Sin embargo, los viejos lobos marinos quedaban en un segundo plano para dar paso a la curiosidad y el deseo que tiene cualquier adolescente de vivir una aventura y conseguir un tesoro. Lo mismo ocurrió con "Hook" de Steven Spielberg en la que ofrecía una visión, más infantil y extravagante, del mítico Capitán Garfio de Peter Pan. Y, siempre para los niños, hasta los muppets tuvieron su propia "Isla del tesoro".
Las más recientes producciones sobre piratas no han tenido demasiada suerte en la taquilla, de ahí lo sorpresivo del éxito de "Piratas del Caribe", que va camino de ser la segunda cinta con mayor recaudación del 2003. En 1986, Roman Polanski embarcó con pobres resultados a Walter Matthau en "Piratas", cuyo galeón estuvo varios años "aparcado" en el puerto de Cannes. Una década después, el director Renny Harlin se lanzó a conquistar los mares con "La isla de las cabezas cortadas" pero se estampó contra el mástil de la vela en el que fue uno de los mayores fracasos de la historia del cine, a pesar de muchos ingredientes de sabor clásico.
Su gran innovación fue abrir este género, que hasta entonces había estado dominado por los hombres, a una protagonista femenina, en este caso, a la actriz Geena Davis que por aquel entonces era la esposa del director. Muchos críticos comentan que el error no fue convertir a una mujer en pirata sino que la guapa actriz norteamericana interpretaba su papel como un hombre en vez de darle un toque especial acorde con su feminidad. Sus pérdidas fueron tan estrepitosas que la productora Carolco no tuvo más remedio que cerrar por bancarrota.
Ahora, los piratas vuelven a surcar los océanos de butacas con nuevas aventuras, leyendas y maldiciones, abordajes, tesoros y botellas de ron caribeño. "Piratas del Caribe" es ya un éxito en Estados Unidos y América Latina, y también lo será en España, donde se estrena este viernes.