Crítica: "Hotel Transilvania", donde habitan los monstruos
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Felipe Rocha
Ya son varias las ocasiones donde se ha llevado al mitico personaje de Drácula a la pantalla grande. Desde la tétrica representación de Francis Ford Coppola en "Drácula, de Bram Stoker" (1992) hasta la cómica personificación de Leslie Nielsen en "Drácula, un muerto muy contento y feliz / Drácula, muerto pero feliz" ("Dracula: Dead and Loving It", 1995), por remitirnos sólo al último cuarto de siglo y no citar a los clásicos de la Universal o la Hammer. En "Hotel Transilvania" (2012) se explora el mundo del chupasangres más famoso desde el punto de vista animado y familiar.
La cinta en 3D cuenta la historia del conde Drácula y su hija Mavis, y de cómo su relación se transforma cuando la heredera desea explorar el mundo exterior, pero las actitudes protectoras de su padre no se lo permiten. Para proteger a su hija del "afuera", el conde construye un imponente y lujoso hotel donde no sólo su hija, sino todos los monstruos, pueden resguardarse de los peligros de los humanos. El plan de Drácula es exitoso, hasta que un hiperactivo y nervioso chico humano, Jhonny, pone en riesgo el plan y cuestiona la reputación de su hotel.
La película convierte la imagen de los preestablecidos monstruos villanos plasmada en otras producciones, en personajes divertidos y bondadosos que no poseen las mismas características tétricas. Al contrario, en "Hotel Transilvania" se juega con esta percepción generalizada de los míticos monstruos y se abordan de una manera cotidiana y amena. En una escena en particular, Jhonny le pregunta a Drácula si es verdad que los vampiros mueren al clavarles una estaca en el corazón, a lo que Drácula contesta ingeniosamente “Por supuesto, ¿pero quien no se muere si se le entierra una estaca en el corazón?”. En general la película no posee un profundo desarrollo de la historia, pero lo compensa con pequeñas secuencias y personajes innovadores que agregan dinamismo a escenas no del todo originales.
Aunque la historia principal se centra en la relación entre padre e hija, en varias ocasiones son los personajes secundarios los que llaman la atención y generan mayores risas. Entre ellos está Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia y el Hombre Invisible; que aunque no tienen un arco dramático en la historia, son los que le dan matices a la estructura de la película, generando las mejores escenas cómicas y las que perdurarán en el espectador.
"Hotel Transilvania", que este fin de semana se estrena en España tras una exitosa trayectoria americana, fluye con momentos divertidos y memorables que no tratan de copiar a otros ejemplos del cine de animación. Los personajes se destacan por sus originalidad, mientras que el tratamiento del vínculo entre padre e hija convierte al film en un buen producto para ver en familia. Pocas cosas pasan desapercibidas, entre ellas el trabajo del 3D, el cual es casi innecesario y no se justifica en ningún momento.
El mayor logro del film es que se desarrolla con completa autonomía y no se esfuerza en crear historias que conlleven a la creación de una saga, lo cual, le da un valor agregado.
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