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Por Josep Maria Jolis

Podría ser el argumento de una película de ciencia ficción: un tipo entra en el metro y ve a la gente mirando la pantalla del móvil, del Ipad, escribiendo tweets, consultando Facebook. Un vagón lleno de gente que se comunica constantemente, que está interconectada con el mundo… pero que no mira a la persona que tiene al lado. No es una película de ciencia ficción.

Nunca nos habíamos comunicado tanto. Y nunca nos habíamos comunicado tan mal. Estamos permanentemente enganchados pero ya no prestamos atención a las pequeñas cosas que nos rodean (que son las más importantes). El concepto de privacidad ha desaparecido. Hazte una sola pregunta: ¿puedes dejar de consultar Facebook o Twitter?

Un servidor ha llegado a ver a gente escribiendo tweets en un cine durante la proyección de una película. Y esto me lleva a una segunda conclusión: la pérdida de atención. La mayoría de gente es incapaz de ver una película (o programa de televisión) en el que durante los 5 primeros minutos no haya 174 muertos, 7 polvos y 212 peleas. Vivimos en un gigantesco videoclip.

"La red social" es (para mí) una de las mejores películas de los últimos años. Es la historia del fundador de Facebook. Una historia con planteamientos clásicos: el motor del argumento es el despecho, el rencor de una persona hacia otra… la ambición hará el resto. Con una dirección sosegada (obra de David Fincher), un guión de Aaron Sorkin lleno de  diálogos brillantes y unas interpretaciones realistas, "La red social" tiene una gran moraleja: una persona incapaz de comunicarse puede inventar una red social y convertirse en el rey de la comunicación. Y los demás todos borregos.