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Clint Eastwood fue la "guest appearance" en la última noche de la convención republicana que se celebra en Tampa, Florida, una sorpresa si no inesperada en el fondo, dada su ideología, sí en el forma, al llevar a cabo un particular show consistente en entrevistar a un invisible presidente Barack Obama en la silla de al lado. Desde el Twitter del presidente, sí hubo respuesta: "La silla está ocupada", acompañada por una foto del mandatario sentado, de espaldas, en la Casa Blanca.

En su intervención ante el congreso de los republicanos que consagró a Mitt Romney como el aspirante del partido a ocupar el despacho oval, el octogenario actor y director, considerado ya una leyenda viva de Hollywood, expresó que no todos en la meca del cine simpatizaban con Obama y los demócratas y crítico al actual presidente por los incumplimientos en su programa electoral.

"Cuando alguien no hace el trabajo, hay que echarlo", dijo Eastwood, improvisando en todo momento y en ocasiones fingiendo que su inexistente interlocutor le interrumpía. Dirigiéndose a una silla vacía a su lado, el cineasta dijo que durante la anterior campaña Obama "prometía cambio y esperanza", e hizo llorar a Oprah Winfrey en su programa de televisión. "Ahora debería de llorar con fuerza por los 23 millones de personas desempleadas". Por supuesto, en ningún momento el exinspector Harry Callahan aludió a la crisis económica que el actual presidente heredó de su antecesor republicano Bush.

"El país es nuestro, los políticos son nuestros empleados, y cuando alguien no hace el trabajo hay que echarlo, así es que es hora de que otro venga y resuelva el problema", sentenció Eastwood, para mostrar su apoyo a Romney, "un empresario estelar", según él.

Esta presencia suscitó numerosos comentarios de todo tipo en las redes sociales de inmediato, y numerosas personalidades criticaron (las más) o apoyaron al veterano realizador e intérprete.