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Charlize Theron ha pasado por Barcelona (desde París y camino de Roma) para presentar ante la prensa uno de sus últimos trabajos, "Noviembre dulce" (Sweet november), una historia de seducción y enamoramiento con final melodramático. La estrella nacida en Suráfrica, lanzada como modelo por el "sexy" anuncio de un famoso vermouth italiano y afincada con éxito en Hollywood, vuelve en ella a hacer pareja con Keanu Reeves, con quien ya hizo "El abogado del diablo", y del comenta que es "muy disciplinado como actor".
Habitual en escenas eróticas y desnudos, para los que no pone pegas, Charlize reconoce que esta vez el sexo quedó "sacrificado" a cambio de una clasificación para un público amplio que ayudara a la comercialidad de la película. Vano intento, ya que "Noviembre dulce" tuvo una discreta acogida en los cines norteamericanos, lo cual ha podido influir en esta gira europea de presentación. Tiempo es precisamente algo que no le sobra a la actriz surafricana, aunque niega que sea una "adicta al trabajo", por haber intervenido en papeles más o menos importantes en cinco películas el año pasado. "Ser actriz es trabajar, y la competencia es muy dura como para desperdiciar ofertas. Para mí es una suerte -además- el haber recibido propuestas de gente con la que tenía ganas de trabajar. No hubiera sido muy inteligente rechazarlas", asegura.


Pero a Charlize Theron, a la que en los últimos meses hemos podido ver en "Hombres de honor", "La leyenda de Bagger Vance" y "Operación Reno", también le gusta divertirse además que trabajar, o combinar ambas cosas, como con Woody Allen, que ya la ha "usado" en dos ocasiones, en "Celebrity", donde hizo de "top-model" y en la próxima "The curse of the jade scorpion". "Woody es diferente de cualquier otro director, tiene una personalidad apasionante y me encanta escucharle y observarle. Por eso siempre estoy cuando me llama".

"Noviembre dulce" la presenta como una aparente devoradora de hombres, con predilección por los obsesionados por el trabajo, a los que somete a una especie de "cura" para despertar en ellos el amor por la vida. Pero cuando conoce al personaje que interpreta Reeves, ella misma cae en la trampa del amor. "No es una historia de amor convencional, eso fue lo que me atrajo, y también el que la película tiene una especie de moraleja, la de que hay que vivir la vida plénamente, sin preocuparse tanto por ambiciones y cosas materiales", comenta Theron.