Reportaje: Las “chicas-monstruo” de Hulk y Terminator
- por © Alberto Duque-NOTICINE.com
23-VI-03
Si conocemos como “chicas-Bond” a las que acompañan a 007 en sus aventuras fílmicas, bien podríamos acuñar una nueva expresión, “chicas-monstruo” para las dos bellas actrices que secundan a dos de los engendros de la ciencia que llegan a nuestras salas este verano, Jennifer Connelly y Kristanna Loken, protagonistas respectivas de “Hulk” y “Terminator 3” .
Nadie ha podido olvidarla. En 1984, la actriz Jennifer Connelly tenía catorce años e interpretaba uno de los personajes más apasionantes de “Erase una vez en América”, la saga de Sergio Leone que 19 años después acaba de aparecer en su versión completa para DVD. Connelly bailaba en un granero vacío mientras el niño que después se convierte en el feroz asesino interpretado por Robert de Niro, la observaba a través de un agujero en la pared de madera. Ella sabía que era mirada y deseada pero se hacía la indiferente hasta cuando varios años después (interpretado ya su personaje por Elizabeth McGovern) es violada en una de las escenas más crueles de la película.
Desde entonces, Connelly ha madurado como mujer y actriz, y su nuevo personaje se llama Betty Ross, hija de un general, enamorada del científico Bruce Banner (Eric Bana), sobre quien cae la maldición genética de convertirse en un descomunal monstruo verde en la nueva película del director Ang Lee, “Hulk”, estrenada en EEUU el pasado fin de semana. En medio del drama, el suspense, los efectos especiales, la contaminación en el laboratorio, la cacería montada por los militares y los funcionarios que no entienden el drama profundo que sufre ese joven con la sangre infectada, surge el personaje delicado y hermoso de Connelly como la única prueba, en medio del caos, de la fuerza redentora del amor. Este personaje tiene algunos nexos con sus papeles en películas como “Una mente maravillosa”, “Dentro del laberinto”, “De amores y de sombras”, “Resucitar un amor” (Waking the Dead) y “Réquiem por un sueño” entre otras.
Realizada con un costo de 120 millones de dólares, recibida en medio de críticas contradictorias y marcada como la primera de una serie de películas sobre el personaje de Hulk, que no es un superhéroe como los demás caracteres del emporio Marvel, ni bueno ni malo, que no tiene moral, ni causa, ni pensamiento lógico sino reacciones salvajes cuando alguien provoca su ira y lo convierte en la peor de las amenazas. Refleja la profunda pasión de Ang Lee por el cine, expresada en la manera cómo multiplica las imágenes en la pantalla, dividiéndola como si fueran las páginas de una historieta, juega con los símbolos de la naturaleza, lanza esa mole descomunal a defenderse de los enemigos (la batalla final es desastrosa, pero tiene otras escenas emocionantes como sus primeros encuentros, convertido en monstruo, con la novia y el padre a quien no conoce), y deja que el espectador le tome afecto a un personaje que no existe en la realidad y cuyos gestos fueron aportados por el mismo realizador.
La otra actriz para destacar es Kristanna Loken, figura principal en “Terminator 3” la nueva aventura de ciencia ficción protagonizada por Arnold Schwarzenegger, estrenada en medio del auge de las secuelas inspiradas en grandes éxitos del pasado. Después de una década regresa uno de los personajes más populares del cine, Terminator, en esta historia dirigida y co-escrita por Jonathan Mostow. El espectador que solo quiere entretenimiento mira cómo el T-800 modelo 101 es enviado de regreso en el tiempo para una vez más, proteger a John Connor (Nick Stahl), quien ahora tiene 25 años y está viviendo en el anonimato, sin que exista récord alguno sobre su existencia para evitar ser localizado por Skynet, la red de máquinas altamente desarrolladas que una vez intentó matarlo y provocar guerra en la humanidad. También es enviada de regreso T-X (Loken), la máquina asesina cibernética más sofisticada, y Connor y el T-800 enfrentan a la peor de las Némesis hasta ahora. La escena en que ella le arranca la cabeza a Terminator es alucinante, como dicen los chicos españoles.
¿Quién es Kristanna Loken? Es una actriz de 23 años y todavía no entiende cómo los realizadores de “Terminator 3” insistían en que ella fuera más fuerte y peligrosa que su enemigo. Escogida entre diez mil aspirantes al papel, se dedicó durante seis semanas al entrenamiento más salvaje para aprender el uso de armas de distintos calibres y tamaños, correr en tacones altos, artes marciales y expresiones mímicas de su personaje, además de agregar varios kilos de músculos a su delgada figura. Nieta de noruegos inmigrantes e hija de una modelo y un actor que montaron una granja de frutas, a los 13 años entró a la televisión en Nueva York, se mudó después a Los Angeles donde siguió en películas independientes hasta cuando fueron anunciadas las audiciones para el papel en “Terminator 3”. Lo demás puede ser observado por el espectador, incluida la famosa escena en Rodeo Drive, en Los Angeles, cuando ella aparece desnuda.
Si conocemos como “chicas-Bond” a las que acompañan a 007 en sus aventuras fílmicas, bien podríamos acuñar una nueva expresión, “chicas-monstruo” para las dos bellas actrices que secundan a dos de los engendros de la ciencia que llegan a nuestras salas este verano, Jennifer Connelly y Kristanna Loken, protagonistas respectivas de “Hulk” y “Terminator 3” .
Nadie ha podido olvidarla. En 1984, la actriz Jennifer Connelly tenía catorce años e interpretaba uno de los personajes más apasionantes de “Erase una vez en América”, la saga de Sergio Leone que 19 años después acaba de aparecer en su versión completa para DVD. Connelly bailaba en un granero vacío mientras el niño que después se convierte en el feroz asesino interpretado por Robert de Niro, la observaba a través de un agujero en la pared de madera. Ella sabía que era mirada y deseada pero se hacía la indiferente hasta cuando varios años después (interpretado ya su personaje por Elizabeth McGovern) es violada en una de las escenas más crueles de la película.
Desde entonces, Connelly ha madurado como mujer y actriz, y su nuevo personaje se llama Betty Ross, hija de un general, enamorada del científico Bruce Banner (Eric Bana), sobre quien cae la maldición genética de convertirse en un descomunal monstruo verde en la nueva película del director Ang Lee, “Hulk”, estrenada en EEUU el pasado fin de semana. En medio del drama, el suspense, los efectos especiales, la contaminación en el laboratorio, la cacería montada por los militares y los funcionarios que no entienden el drama profundo que sufre ese joven con la sangre infectada, surge el personaje delicado y hermoso de Connelly como la única prueba, en medio del caos, de la fuerza redentora del amor. Este personaje tiene algunos nexos con sus papeles en películas como “Una mente maravillosa”, “Dentro del laberinto”, “De amores y de sombras”, “Resucitar un amor” (Waking the Dead) y “Réquiem por un sueño” entre otras.
Realizada con un costo de 120 millones de dólares, recibida en medio de críticas contradictorias y marcada como la primera de una serie de películas sobre el personaje de Hulk, que no es un superhéroe como los demás caracteres del emporio Marvel, ni bueno ni malo, que no tiene moral, ni causa, ni pensamiento lógico sino reacciones salvajes cuando alguien provoca su ira y lo convierte en la peor de las amenazas. Refleja la profunda pasión de Ang Lee por el cine, expresada en la manera cómo multiplica las imágenes en la pantalla, dividiéndola como si fueran las páginas de una historieta, juega con los símbolos de la naturaleza, lanza esa mole descomunal a defenderse de los enemigos (la batalla final es desastrosa, pero tiene otras escenas emocionantes como sus primeros encuentros, convertido en monstruo, con la novia y el padre a quien no conoce), y deja que el espectador le tome afecto a un personaje que no existe en la realidad y cuyos gestos fueron aportados por el mismo realizador.
La otra actriz para destacar es Kristanna Loken, figura principal en “Terminator 3” la nueva aventura de ciencia ficción protagonizada por Arnold Schwarzenegger, estrenada en medio del auge de las secuelas inspiradas en grandes éxitos del pasado. Después de una década regresa uno de los personajes más populares del cine, Terminator, en esta historia dirigida y co-escrita por Jonathan Mostow. El espectador que solo quiere entretenimiento mira cómo el T-800 modelo 101 es enviado de regreso en el tiempo para una vez más, proteger a John Connor (Nick Stahl), quien ahora tiene 25 años y está viviendo en el anonimato, sin que exista récord alguno sobre su existencia para evitar ser localizado por Skynet, la red de máquinas altamente desarrolladas que una vez intentó matarlo y provocar guerra en la humanidad. También es enviada de regreso T-X (Loken), la máquina asesina cibernética más sofisticada, y Connor y el T-800 enfrentan a la peor de las Némesis hasta ahora. La escena en que ella le arranca la cabeza a Terminator es alucinante, como dicen los chicos españoles.
¿Quién es Kristanna Loken? Es una actriz de 23 años y todavía no entiende cómo los realizadores de “Terminator 3” insistían en que ella fuera más fuerte y peligrosa que su enemigo. Escogida entre diez mil aspirantes al papel, se dedicó durante seis semanas al entrenamiento más salvaje para aprender el uso de armas de distintos calibres y tamaños, correr en tacones altos, artes marciales y expresiones mímicas de su personaje, además de agregar varios kilos de músculos a su delgada figura. Nieta de noruegos inmigrantes e hija de una modelo y un actor que montaron una granja de frutas, a los 13 años entró a la televisión en Nueva York, se mudó después a Los Angeles donde siguió en películas independientes hasta cuando fueron anunciadas las audiciones para el papel en “Terminator 3”. Lo demás puede ser observado por el espectador, incluida la famosa escena en Rodeo Drive, en Los Angeles, cuando ella aparece desnuda.