Mejor guión para Almodóvar y dos estatuillas para "Frida" en una aséptica ceremonia de los Oscars
- por © Redacción-NOTICINE.com
24-III-03
"Chicago" ganó, como se esperaba, pero sin lograr ni muchas estatuillas ni todas las más importantes. Seis fueron los Oscars para la cinta musical de Miramax, empezando por mejor película. Sin embargo, el "lobby" judío funcionó como nunca para superar los pronósticos y dar a "El pianista" tres premios, tan inesperados como el de mejor director para el prófugo por violación de una menor Roman Polanski o el de mejor actor para Adrien Brody. Mientras "Gangs of New York" se fue de vacío, Almodóvar ganó el primer Oscar en la historia por un guión latino, con "Hable con ella", y Frida obtuvo dos, a mejor banda sonora y maquillaje. La ceremonia no resultó tan anti-bélica como se esperaba. Michael Moore fue el mas radical -y hubo quienes le pitaron- y el mexicano Gael García Bernal el único presentador en saltarse las normas para criticar el ataque a Irak.
Numericamente, "Chicago" triunfó en la tarde-noche de este domingo en Los Angeles, durante una ceremonia rápida, austera, dominada por el color negro de la mayoría de los vestidos y smokings, y menos politizada de lo que se esperaba. Sin embargo, fuera de los Oscars a mejor película y mejor actriz de reparto, el resto de la cosecha de este musical fue técnico (mejor dirección artística, vestuario, montaje y sonido). Los premios de interpretación recayeron en una favorita, Nicole Kidman ("Las horas") y en un actor que no lo era, Adrien Brody ("El pianista"). El director de este film, Roman Polanski, quien no acudió a la ceremonia porque hubiera sido detenido por la policía al ser prófugo de la justicia desde hace décadas, tras sodomizar contra su voluntad a una menor en la casa californiana de Jack Nicholson, obtuvo la estatuilla a la mejor realización. "El pianista" también logró el galardón a mejor guión adaptado.
Por su parte, el Oscar a mejor actor de reparto recayó en Chris Cooper por "Adaptation-El ladrón de orquídeas". La película por la que Salma Hayek peleó durante 7 años, "Frida", fue recompensada con dos estatuillas de las 6 a las que optaba: mejor banda sonora y mejor maquillaje. El resto de los candidatos mexicanos se fueron de vacío, sorprendiendo el premio a mejor film extranjero, donde ganó el alemán "En algún lugar de Africa", en perjuicio de "El crimen del padre Amaro".
Aunque bastantes de los presentes lucieron broches con la paloma de la paz picassiana, las referencias a la guerra fueron minoritarias y en general moderadas, salvo la de Michael Moore, que calificó el conflicto de "ficticio" a cargo de un presidente "ficticio" que ha encontrado un enemigo de la misma calificación. Algunos de los invitados le pitaron mientras otros le aplaudieron en pié. El mismo Almodóvar, mucho más radical en España, hizo un comentario moderado, dedicando su Oscar (el segundo en su carrera) a quienes en todo el mundo luchan por la paz y los derechos humanos.
Sin embargo, también es cierto que no hubo declaraciones patrioteras. La situación bélica internacional se puso de manifiesto sobre todo en la sobriedad en el vestir de los presentes y en la rapidez relativa de la ceremonia, como si muchos tuvieran sus pensamientos en otro lugar. Steve Martin, maestro de ceremonias, no hizo la menor alusión a la guerra, y sólo bromeó sobre que a alemanes y franceses no les gustaba su presencia en la gala y que al militante Michael Moore se lo había llevado la mafía tras su discurso.
El caso es que esta 75 edición edición de los Oscars pasará a la historia mucho más por sus circunstancias externas que por las propias, con la única excepción del éxito logrado por Almodóvar que junto a los dos premios de "Frida" muestran la pujanza de los talentos latinos.
"Chicago" ganó, como se esperaba, pero sin lograr ni muchas estatuillas ni todas las más importantes. Seis fueron los Oscars para la cinta musical de Miramax, empezando por mejor película. Sin embargo, el "lobby" judío funcionó como nunca para superar los pronósticos y dar a "El pianista" tres premios, tan inesperados como el de mejor director para el prófugo por violación de una menor Roman Polanski o el de mejor actor para Adrien Brody. Mientras "Gangs of New York" se fue de vacío, Almodóvar ganó el primer Oscar en la historia por un guión latino, con "Hable con ella", y Frida obtuvo dos, a mejor banda sonora y maquillaje. La ceremonia no resultó tan anti-bélica como se esperaba. Michael Moore fue el mas radical -y hubo quienes le pitaron- y el mexicano Gael García Bernal el único presentador en saltarse las normas para criticar el ataque a Irak.
Numericamente, "Chicago" triunfó en la tarde-noche de este domingo en Los Angeles, durante una ceremonia rápida, austera, dominada por el color negro de la mayoría de los vestidos y smokings, y menos politizada de lo que se esperaba. Sin embargo, fuera de los Oscars a mejor película y mejor actriz de reparto, el resto de la cosecha de este musical fue técnico (mejor dirección artística, vestuario, montaje y sonido). Los premios de interpretación recayeron en una favorita, Nicole Kidman ("Las horas") y en un actor que no lo era, Adrien Brody ("El pianista"). El director de este film, Roman Polanski, quien no acudió a la ceremonia porque hubiera sido detenido por la policía al ser prófugo de la justicia desde hace décadas, tras sodomizar contra su voluntad a una menor en la casa californiana de Jack Nicholson, obtuvo la estatuilla a la mejor realización. "El pianista" también logró el galardón a mejor guión adaptado.
Por su parte, el Oscar a mejor actor de reparto recayó en Chris Cooper por "Adaptation-El ladrón de orquídeas". La película por la que Salma Hayek peleó durante 7 años, "Frida", fue recompensada con dos estatuillas de las 6 a las que optaba: mejor banda sonora y mejor maquillaje. El resto de los candidatos mexicanos se fueron de vacío, sorprendiendo el premio a mejor film extranjero, donde ganó el alemán "En algún lugar de Africa", en perjuicio de "El crimen del padre Amaro".
Aunque bastantes de los presentes lucieron broches con la paloma de la paz picassiana, las referencias a la guerra fueron minoritarias y en general moderadas, salvo la de Michael Moore, que calificó el conflicto de "ficticio" a cargo de un presidente "ficticio" que ha encontrado un enemigo de la misma calificación. Algunos de los invitados le pitaron mientras otros le aplaudieron en pié. El mismo Almodóvar, mucho más radical en España, hizo un comentario moderado, dedicando su Oscar (el segundo en su carrera) a quienes en todo el mundo luchan por la paz y los derechos humanos.
Sin embargo, también es cierto que no hubo declaraciones patrioteras. La situación bélica internacional se puso de manifiesto sobre todo en la sobriedad en el vestir de los presentes y en la rapidez relativa de la ceremonia, como si muchos tuvieran sus pensamientos en otro lugar. Steve Martin, maestro de ceremonias, no hizo la menor alusión a la guerra, y sólo bromeó sobre que a alemanes y franceses no les gustaba su presencia en la gala y que al militante Michael Moore se lo había llevado la mafía tras su discurso.
El caso es que esta 75 edición edición de los Oscars pasará a la historia mucho más por sus circunstancias externas que por las propias, con la única excepción del éxito logrado por Almodóvar que junto a los dos premios de "Frida" muestran la pujanza de los talentos latinos.