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20-III-03

Por Alberto Duque López

Siempre que se avecina esta época, como si se levantara una veda a la razón y la cordura, todos, absolutamente todos los fanáticos del cine, quieren opinar, vaticinar, analizar, anticiparse y lanzar conjeturas sobre lo que deberían ser los premios Oscar que serán entregados en medio de la mayor sobriedad este domingo 23 de marzo. Como ocurre en todas las manifestaciones del juicio humano, se imponen los caprichos, las tendencias, los buenos deseos, las simpatías y antipatías, y en muchos casos la arrogancia de quienes piensan que saben más que los académicos de Hollywood o al menos, que tienen más sentido de la justicia pero sin la capacidad de decidir y elegir.

Esta es una simple propuesta en la que pesan más el humor y la vagancia que otros elementos, porque al fin y al cabo siempre queda la sensación al termino de la ceremonia ahora dominicial que no ganaron los que debían ganar o al revés:

MEJOR ACTOR SECUNDARIO
Quisiéramos que ganara Paul Newman por su personaje solitario, nostálgico y perverso de “Camino a la Perdición”, sobre todo en esa escena de su muerte bajo la lluvia, esperando la muerte vengadora de manos de su hijo adoptivo. Con toda seguridad el premio será entregado a un formidable actor, Chris Cooper, por “El ladrón de orquídeas” (Adaptation).

MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA
Quisiéramos que ganara Meryl Streep por su papel de la escritora Susan Orlean en “El Ladrón de Orquídeas”, una mujer confundida por la sexualidad, el misterio y el magnetismo que emanan de la suciedad del delincuente. Con toda seguridad el premio será para Catherine Zeta-Jones y su extenuante personaje de “Chicago”.

MEJOR ACTOR
Quisiéramos que ganara Nicolas Cage por ese doble personaje que interpreta en “El Ladrón de Orquídeas” como los dos hermanos que escriben guiones, son como el agua y el aceite y tratan de salvarse del derrumbe que les acosa. Con toda seguridad la Academia premiará al violento y perverso personaje de Daniel Day-Lewis en “Gangs of Nueva York”.

MEJOR ACTRIZ
Quisiéramos que ganara Nicole Kidman porque es un homenaje a su sensibilidad, su fortaleza, su rebeldía y su inmensa imaginación en el papel de Virginia Woolf y otros personajes de su carrera. Sin embargo, como los desastres no llegan solos, hay que prepararse para el discurso patético y nervioso de la gordita y rubia Renee Zelwegger.

MEJOR DIRECTOR
Quisiéramos que ganara uno de los cinco grandes directores actuales, Martin Scorsese, por esa obra maestra que es una mirada, más que a las bandas de Nueva York a la intolerancia, el racismo y otras plagas que siguen muy vivas. Los académicos que ya lo premiaron hace poco, repetirán con Rob Marshall y su trabajo coreográfico en “Chicago”.

MEJOR PELÍCULA
Quisiéramos que ganara “Gangs of Nueva York” o la historia desesperante de Roman Polanski y su pianista, porque cualquiera de las dos películas refleja el lado más oscuro y perverso de la humanidad, en momentos como éste. Por supuesto, el Oscar será para el otro extremo del cine y el espectáculo y el entretenimiento, “Chicago”.